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SEMANA CHILE

FOTO: ALFREDO ESCOBAR VERDUGO 59  En 2015 se destinaron más de 280 millones de dólares en bonificaciones a la pequeña agricultura. Otro punto de impulso direc-to a ese sector vino de la mano de la inversión en riego. Sin agua no hay agricultura y esa máxima ha sido uno de los sellos de la actual gestión. Con un factor tan rele-vante y evidente como el cambio climático, los desafíos de adap-tación que impone ese fenómeno lo convierten en un tema central para la agricultura chilena. En 2015, gracias al total de los ins-trumentos del Estado, se invir-tieron 200 millones de dólares en Entre 2014 y 2015, Chile realizó envíos agroalimentarios equivalentes a 16.000 millones de dólares: el 25 por ciento del total de exportaciones riego y en 2016 esa cifra aumenta-rá a 220 millones de dólares. DESAFÍOS A FUTURO Así como el cambio climático se transforma en un desafío, hay otros factores que no pueden ser dejados de lado. Chile tiene una ventaja comparativa con el resto de la región por su ubi-cación del país. geográfica. Es un país libre de las principales plagas que afectan a la agricultura mundial, porque la cordillera de los Andes, el desierto de Atacama y el océano Pacífico actúan como barreras naturales y permiten mantener un estándar ele-vado de patrimonio fito y zoosanitario. Con el fin de conservar este nivel, por ejemplo, se reali-zaron profundos cambios en la estrategia del programa de control de la Lobesia Botrana, insec-to que amenaza frutos como la vid, el ciruelo y el arándano. Para ello, el presupuesto de este programa pasó de 5 millones de dólares en 2014 a más de 16 millones de dólares al año en 2016. Así, el camino trazado por la agricultura chilena va en busca de un aumento en los estándares de inocuidad y calidad de productos agroalimentarios, lo que debe ir de la mano de mayor innovación tec-nológica y un aumento de valor de los bienes y servicios para competir de manera más calificada con países referentes agrícolas, como Austra-lia y Nueva Zelanda. Pese al fenómeno del cambio climático y a los desafíos pendientes, el campo chileno se está transformando en una importante opor-tunidad de inversión y, según Furche, eso “solo puede explicarse a partir de inversión y la inversión supone capacidad, desarrollo tecnológico y confianza en el futuro, dado que los datos obje-tivos llaman a tener confianza en el sector agro-alimentario como uno de los pilares del desarrollo de Chile”. Economía


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