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TECNOGLASS - 'Made in Colombia'

Una empresa barranquillera ha demostrado que sí es posible crear negocio con productos no tradicionales. Su apuesta: la innovación y la conquista de nuevos mercados internacionales.

Antes de que el Grupo Tecnoglass se posicionara como líder en la industria del vidrio, Christian Daes, presidente de la compañía, ya había fracasado varias veces en el intento de crear empresa. Comenzó vendiendo calentadores solares en Barranquilla, pero quebró muy pronto debido al auge que tuvo la llegada del gas natural en la década de los ochenta. Sin embargo, asegura que hay que montar 20 negocios para que uno funcione, y tras pensar por varios días en cómo salvar la inversión, tuvo la idea de fabricar ventanas con el vidrio y aluminio que ya producía.

De ese giro inesperado nació Tecnoglass, en el garaje de una casa y con un personal muy limitado, que producía al año ingresos cercanos a 1.400 millones de pesos. En los 24 años que han pasado ha tenido un crecimiento monumental: una planta de 260.000 metros cuadrados que emplea más de 5.500 personas. Para entender la dimensión de sus operaciones, basta tener en cuenta que Tecnoglass fabrica a diario unas 2.500 ventanas, y que sus productos se distribuyen a más de 30 países, como Estados Unidos, Singapur, Alemania, España, Turquía, Israel y la mayoría de naciones de América Latina. De hecho, 70 por ciento de su producción va a mercados internacionales.

El Grupo Tecnoglass abarca actualmente tres compañías: Energía Solar ESWindows, Tecnoglass y Alutions, y vende 1,2 billones de pesos al año. Todas lideran el negocio de ventanas, fachadas de aluminio y vidrios para proyectos residenciales y comerciales. Su fuerte reside en su capacidad de innovar y en su habilidad para conquistar mercados internacionales. Aprendieron a vender sus productos en momentos de crisis al adaptarse a las tendencias y necesidades de la industria extranjera.

A finales de la década de los noventa, por ejemplo, cuando el sector constructor en Colombia atravesaba un mal momento, Tecnoglass decidió abrirse camino en Estados Unidos. "No teníamos nadie a quién venderle, estuvimos tan mal que no había con qué pagar la luz, pero tocamos varias puertas en Miami y logramos establecernos allí", cuenta Daes. Rápidamente, la compañía se volvió experta en la construcción de ventanas antihuracán, invirtió en la última tecnología para producirlas, y así, junto a la política de cumplir rigurosamente los tiempos de entrega, se convirtió en el proveedor favorito de muchas compañías constructoras de Miami.

Tuvo tanto éxito que para 2005 el 90 por ciento de sus productos iban a parar a este mercado. De hecho, uno de sus clientes más fieles ha sido Donald Trump, el actual presidente de Estados Unidos. Tecnoglass trabajó en la construcción de ventanas y marcos de aluminio en 14 torres construidas bajo el logotipo del magnate. Pero años después, cuando la depresión llegó al país norteamericano, la compañía capoteó la crisis al ampliar sus mercados a nuevos destinos de Centroamérica y Europa.
Desde ese momento, Tecnoglass creció en forma extraordinaria. Debutó en 2013 en la bolsa de valores Nasdaq, el mercado bursátil más importante de acciones tecnológicas, en el que cotizan empresas de la talla de Apple, Facebook, Microsoft y Amazon. En enero de 2016 ingresó a la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), bajo el mnemotécnico TGLSC. Hoy es una de las compañías más valiosas del país y, al mismo tiempo, una de las más transparentes, pues ejerce rigurosos procesos de control anticorrupción y de lavado de activos.

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Christian Daes
Presidente de Tecnoglass

Foto: Archivo particular

Tecnoglass trabaja para ser la empresa de vidrio más innovadora del continente. Recientemente, inauguró la primera planta en Colombia de vidrio Soft Coat (de baja emisividad) y la segunda planta en América Latina. En 2015 comenzó a ofrecer a sus clientes TecnoAir, un novedoso y sofisticado proceso de última tecnología que hace posible fabricar el vidrio más delgado del mundo. No hay ninguna tecnología nueva que el grupo no tenga. Y la razón, según Daes, es que están enamorados de su negocio, “y cuando uno está enamorado de algo, quiere hacer lo mejor posible”, asegura el presidente.

Estas buenas prácticas en innovación, transparencia y calidad también se extienden a las políticas de derechos humanos y la relación con sus trabajadores.

Promueve la igualdad de género y ha identificado grupos de interés vulnerables en el barrio Las Flores de Barranquilla –donde se ubica la planta–, con quienes trabajan por medio de la Fundación Tecnoglass ESWindows. Ofrece diferentes actividades culturales, sociales, deportivas y educativas; e incluso, brinda a la comunidad la oportunidad de vincularse de forma permanente a la compañía. También ha donado obras de infraestructura para el sector como una estación de bomberos y un CAI de Policía que contribuye con la seguridad del entorno.

Daes, además, asegura que los jóvenes juegan un rol fundamental en el desarrollo de la empresa. "La gente joven ha sido el motor de Tecnoglass. Escogemos casi todos nuestros trabajadores recién salidos de la universidad. Nos gusta educar a nuestros empleados", explica. Como resultado de esta política, dice, su compañía va a la vanguardia en calidad, desarrollo de ingeniería e innovación.
En un país donde la gente piensa que solo los grandes alcanzan el éxito, Tecnoglass demuestra que una pequeña fábrica de familia, con un producto no tradicional, puede sacar adelante su negocio. "El único problema que tenemos los colombianos es no creer en nosotros", concluye.

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