CONFLICTO y SALUD MENTAL

EL LADO OLVIDADO DE LA VIOLENCIA

Heridas universales

Nunca ha sido fácil sanar el dolor de las víctimas. Así lo han hecho algunos países.

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En el mundo hay muchos conflictos de larga duración como el palestino-israelí. La atención a las víctimas en Colombia se ha construído a partir de este tipo de experiencias, y en especial de los casos latinoamericanos.

“Los conflictos armados son el tipo de catástrofe –causada por el hombre– más devastadora y abominable”, sostiene la Organización Mundial de la Salud en un informe sobre el impacto que estos han tenido en la salud mental de millones de personas. Aunque hay cientos de estudios sobre las secuelas físicas de la guerra, no hay receta sobre cómo se cura el alma de quienes la padecen. Psiquiatras, gimnasia, teatro y música son algunas de las fórmulas que se ha inventado en otros países para intentar borrar o, al menos, paliar lo que nunca debió suceder.

 

 

Liberia

Niños que ya son grandes

 

Más de 30.000 niños soldados tuvo el régimen de Charles Taylor en Liberia. En ese país una generación fue entrenada para matar y torturar. Cuando el conflicto terminó, más del 90 por ciento de ellos sufrían estrés postraumático y un 65 por ciento, depresión. El 87 por ciento había visto asesinar a un familiar y el 60 por ciento había sido testigo de cómo golpeaban a otro niño hasta la muerte. “La atención en salud mental demostró sine qua non ser una estrategia de reintegración muy exitosa para ellos”, concluye la revista Forbes. Como la guerra había arrasado hasta los hospitales y el país no contaba con más de 15 psiquiatras, el centro del expresidente norteamericano, Jimmy Carter, entrenó a cientos de enfermeras y personal para atender esa emergencia. Hoy la Universidad de Harvard reconoce a Liberia como “un modelo de atención en salud mental para el mundo”. Ahora que estos niños son grandes sus testimonios evidencian la importancia de atender las heridas emocionales una vez se firma la paz.

 

 

Palestina

La franja maldita

 

“Los desórdenes de salud mental son el mayor problema de salud en el territorio ocupado de Palestina”, explica Abdel Hamid Afana, del programa comunitario de Salud Mental de la Franja de Gaza. Se estima que la tercera parte de la población necesita tratamiento psicológico en esa zona. Con un problema adicional y es que en la cultura musulmana las enfermedades mentales son explicadas como la posesión de fuerzas sobrenaturales. La franja de Gaza ha sido durante las últimas décadas el escenario de la guerra entre Israel y Palestina. Dos terceras partes de la población son refugiados. Desde los años noventa, Gaza cuenta con el programa comunitario de salud mental que hoy tiene un equipo de más de 100 especialistas, clínicas en varios puntos de la franja y un centro de investigación. Son líderes en proyectos de empoderamiento de la mujer. Estos llevan el nombre de Rachel Corrie, una joven norteamericana que murió cuando un bulldozer le pasó por encima en una protesta contra la demolición de casas en Gaza.

 

 

Chile

Gimnasia para el alma

 

En Chile cobró vida la tesis del enemigo interno, que llevó a que el Estado cometiera más de 4.000 ejecuciones, torturas y ejecuciones entre la población civil. La Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación reconstruyó lo sucedido en el régimen de Augusto Pinochet, pero el país ha tardado años en sanar las heridas de esa época. Una de las organizaciones que se ha dedicado a hacer esa tarea es Cintra. Han atendido a más de 3.000 personas afectadas psicológicamente por la dictadura militar. Además de consultas psiquiátricas utilizan la kinesiterapia, una práctica que aborda “síntomas tensionales, musculares y psicosomáticos ocasionados por las situaciones de tortura”. Así, con técnicas de relajación, ejercicios físicos, gimnasia, ultrasonidos y luces infrarrojas han logrado que las víctimas de la dictadura recuperen su vida. También hacen talleres laborales en los que capacitan a quienes han sufrido enfermedades mentales para que tengan una actividad para pasar la página.

 

 

Ruanda

¡Se abre el telón!

 

El genocidio de los tutsis es una de las mayores vergüenzas de la humanidad. Se estima que cerca de 800.000 personas murieron en apenas 100 días en 1994 y miles de mujeres fueron violadas. La Organización Mundial de la Salud rastreó los impactos de la masacre. El 80 por ciento de la población había vivido un hecho traumático y el 60 por ciento sufría de depresión. Organizaciones internacionales crearon en el país un Centro de Trauma y capacitaron a más de 25.000 líderes comunitarios para guiar a los sobrevivientes sobre cómo manejar ese dolor. Una ONG se encargó de producir obras de arte en las que participaban hutus y tutsis que relatan las vivencias de esos días de horror. Las presentaron en escuelas, campos de refugiados, cárceles y teatros. La experiencia es reconocida mundialmente por haber unido a dos antiguos enemigos y haberles enseñado que se podía crear algo a partir de esa guerra.

 

 

Estados Unidos

Victima por televisión

 

Ningún otro acto terrorista ha dejado una huella tan grande en la mente de la humanidad como el 11 de septiembre. Los psicólogos norteamericanos detectaron que las imágenes de las dos torres gemelas derrumbándose en medio del humo causaron impactos en la salud mental incluso de quienes los vieron por televisión. El Journal of the American Medical Association encontró que meses después de la tragedia el 4,3 de los estadounidenses sufrían de estrés postraumático, una cifra que se duplicaba en Manhattan. En el caso de los policías socorristas este síndrome pasó del 7,8 por ciento en 2003 al 16,5 en 2006. La ciudad de Nueva York garantizó la atención médica a los socorristas y los sobrevivientes de esa tragedia. Más de 1.100 personas asistieron a las terapias el año pasado, casi once años después de los hechos.

 

 

El Salvador

En honor a Gregoria

 

El único país del mundo en el que los programas de salud mental fueron impulsados por unos niños es El Salvador. Hace tres años la Corte Interamericana condenó al país por la desaparición en una operación militar de los hermanos Gregoria, Cristian y Julia Contreras, quienes en 1982 tenían 4 años, 20 meses y 4 meses de edad. En la sentencia obligó a prestarles atención psicológica a las víctimas, entre ellos Gregoria, quien apareció luego registrada con otro nombre. El canciller de ese país, Hugo Martínez, anunció un Programa Estatal de Atención Psicosocial para las víctimas de un conflicto armado que duró más de una década. Muchos han criticado que el programa empezó tarde, pues este plan se lanzó más de 20 años después de la firma de la paz.

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CRÉDITOS

Dirección y edición periodística: Silvia Camargo  |  Periodista: Cristina Castro  |  Diseño y montaje interactivo: Carlos Arango  |  Fotografía: Juan Carlos Sierra, León Darío Peláez, Daniel Reina, Jesús Abad  Colorado, Carlos Julio Martínez  |  Video: Sandra Janer y Silvia Camargo, Diego Llorente, Camilo Bonilla, Alexander Guerrero.