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ESPECIAL RIO MAGDALENA

Sí hay que navegarlo El proyecto de recuperación de navegabilidad brinda una oportunidad no solo para mejorar la competitividad del país, sino también para dejar de darle la espalda al río. El río Magdalena ha sido, históri-camente, ugsadar el primer encuentro de la caribbean shipping association.et et vendi in cor maximpe vendi qui at volestendamUcil ipsa esequid milique quatent et inveles am natium quatur, nobis untium et dita ditiusapid magnihicit, 14 un punto de encuentro y vía de comunicación para el país. Desde la época precolombina, pobla-ciones migrantes o expansivas como las culturas caribes, penetraron por el río, y en el siglo XVI este les permitió a los conquistadores adentrarse en el terri-torio. Hasta el siglo XX era la principal ruta de transporte y de comercio en Colombia, conectando Bogotá con los puertos de Barranquilla y Cartagena, y de ahí con el mundo. Con la llegada de los ferrocarri-les y las carreteras, el río fue perdiendo importancia como medio de trans-porte y eje del territorio, quedando como opción, principalmente, para carga especializada que recorre tra-yectos puntuales sobre el cauce, como por ejemplo los hidrocarburos que son trasladados desde Barrancabermeja hasta la refinería de Cartagena. Hoy se requiere un transporte moderno y eficiente que se vincule con los modos carreteros del país. El rezago existente tiene impactos con-siderables sobre la competitividad en términos de comercio exterior, pues implica costos más altos para la ope-ración de mercancías hacia y desde el interior del país. En este contexto, el río ha vuelto a cobrar relevancia como vía fluvial que atraviesa gran parte del territorio nacional y que puede conectar los prin-cipales centros de producción y con-sumo, reduciendo costos de transporte en un esquema intermodal. En 2014 Cormagdalena adjudicó el proyecto de recuperación de la navegabilidad con miras a asegurar el tránsito todo el año desde Puerto Salgar hasta Bocas de Ceniza. Las obras del proyecto se lle-varán a cabo a lo largo de seis años y requerirán una inversión de 1,3 billones de pesos, la más grande que se haya hecho para el río y se espera que transforme el transporte en Colombia, reduzca emisiones de POR Helena García Romero* * Investigadora de Fedesarrollo. Formó parte del Estudio de Impacto Socioeconómico para el P royecto de recuperación de la navegabilidad por el r ío Magdalena, de Fedesarrollo. foto: jorge serrato EL RÍO QUE SOMOS


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