Page 84

ESPECIAL RIO MAGDALENA

EL RÍO QUE SOMOS 1984) redujo el número de curvas de 93 a 50 y aumentó su ancho de 45 metros a más de 100; también lo profundizó a 2,5 metros. Su caudal, en consecuencia, se triplicó. Desde 1984 entran por Calamar 10 millo-nes de 7 millones, principalmente a las bahías de Barbacoas y Cartagena, lo que causa, como dijo Eduardo Lemaitre en su último escrito, “grandes estragos ecológicos”. posible encontrar agua dulce todo el año en la dársena de Gambote. Allí se instalaron en 1936 las bombas de la bocatoma del primer acueducto de La Heroica, que reemplazó a los 700 grandes aljibes construidos durante la Colonia. poderosa bocatoma en el complejo lagunar ‘Juan Gómez-Bohórquez- Dolores’. De los acueductos del canal en Bolívar, beben, aparte de 84 La última ampliación (1981- de metros cúbicos de sedimen-tos, de los cuales salen al mar cerca Sin embargo, esas tres amplia-ciones del dique han traído ¡albri-cias! algo maravilloso para Car-tagena y su región. Desde 1930 es Después de la segunda amplia-ción se construyó una nueva y más A las bahías coralinas no llegará sedimento, mientras que un pequeño porcentaje del que hoy ingresa por Calamar saldrá por el Caño de Correa al mar. más de 1 millón de cartageneros, unos 400.000 habitantes de las pobla-ciones ribereñas. ADIÓS A LAS INUNDACIONES Con las obras planteadas por Royal Haskoning desde 2015 –manejo activo de caudal en Calamar con esclusa para la navegación, y una segunda esclusa en Puerto Badel para atajar la intrusión de la cuña salina– se acabarán las inundaciones del dique hacia sus antiguas ciénagas, como las desecadas por el Incora en 1970 en el sur del Atlántico. En Calamar habrá una esclusa con una estructura para manejar el caudal en su costado sur. El diseño de Royal Haskoning conserva lo ganado por el agua dulce –incluido el Corchal– con la segunda esclusa, en Puerto Badel, pero reduce en Calamar la entrada de los sedimen-tos del río (15 por ciento arenas, 85 por ciento finos de arcilla y limo), que tanto daño han hecho a las cié-nagas, bahías y corales. Por lo anterior, a las bahías coralinas no llegará sedimento, mientras que un pequeño porcen-taje del que hoy ingresa por Cala-mar saldrá por el Caño de Correa al mar, justo al norte de Tigua. Permi-tirá la restauración coralina de las bahías de Barbacoas y Cartagena, y la recuperación de los arrecifes del Parque Nacional Natural Corales del Rosario. El estudio del proyecto lleva 36 meses y faltan más. La interven-toría ha sido implacable, y el diseño es hasta ahora muy coherente. Todo funciona. Salva lo que hay que salvar y evita desastres ambientales, como podrían ser, para dar dos ejemplos, el crecimiento histórico continuado de dos deltas: el de Pasacaballos hacia los bajos de Tierra Bomba, y el de Matunilla hacia las islas. El sur del Atlántico y el norte de Bolívar sufrieron inundaciones por el desbordamiento del dique durante el fenómeno de La Niña del 2011. a las mujeres que desde su tradición cultural y raíces le cantan al río se les denomina ‘cantadoras’. Totó la Momposina y Petrona Martínez son dos de las más reconocidas. foto: el heraldo


ESPECIAL RIO MAGDALENA
To see the actual publication please follow the link above