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SUECIA

¿Cómo es la cocina tradicional sueca y en qué está cambiando? Las bolas de carne y el puré de papas son nuestro plato más tradicional y constituyen la comida sueca para Navidad, solsticio de verano, Pascua y las celebraciones de fin de semana. La cocina nórdica es simple, pesada y similar durante casi todo el año. Sin embargo, ese modelo está cambiando. Estamos buscando comida fresca y verduras. Es tendencia la exploración de ingredientes en el agua, como las algas, o en los bosques, como las cortezas de los árboles. Por lo tanto, la cocina nórdica está retomando direcciones: el bosque y el mar. En algún momento recurrimos a esos elementos para sobrevivir, hoy lo hacemos para ofrecer una dieta más variada. FRIDA RONGE Chef sueca 119 más organizados. Eso les dio confianza para las grandes conquistas de la Gran Bretaña y luego de la Bretaña, hasta llegar a Italia, a la Sicilia, en el siglo XI, y luego, un siglo después, se metieron continente adentro y fueron a dar hasta lo que hoy es Ucrania. SEMANA: ¿Cuáles serían las herencias que dejaron a las culturas posteriores? J.E.C.: Yo creo que la literatura, porque siempre en la Edad Media se cree que toda la cultura estaba del lado de lo que había sido el Imperio Romano, pero el mayor aporte de los pueblos del norte en términos culturales, además de la navegación y de la guerra, algo espiritual y perdurable, es la literatura. Entre otras cosas descubrieron una estructura métrica que no existía en el latín, la aliterativa, muy musical, eran pueblos muy mu-sicales. De allí se deriva una literatura épica ri-quísima que tiene presencia en Inglaterra y en el norte de Francia. Esa poesía es tan grande que era la favorita de Borges. SEMANA: ¿Por qué es tan desconocido todo esto? J.E.C.: Creo que hay una limitación de tipo lin-güístico y del idioma. Ese mundo tan rico es dificilísimo y las traducciones no son las mejo-res, pero en español tenemos la gran ventaja de contar con un intermediario inmejorable que es Borges, porque su gran pasión eran los pueblos del norte, las literaturas germánicas, las lenguas en las que se escribieron esas literaturas, tanto el islandés como el anglosajón. Muchos de los poemas de Borges, muchas de sus conferencias, de sus ensayos se ocupan de ese mundo, y todos los que amamos ese mundo, lo hacemos gracias a Borges. Ese es un privilegio de los que vivimos en español. SEMANA: ¿Es cierto que tenían una mitología riquísima? La mitología de esos pueblos del norte era muy rica, vinculada siempre con la guerra en su ver-sión más drástica. Y de esa mitología se derivan la música y la literatura. Luego pasó por el ce-dazo del cristianismo y eso produjo también un mestizaje muy bonito, las versiones del cristia-nismo más místicas y mejor impregnadas de pa-ganismo son ese cristianismo nórdico, que es la combinación de las mitologías germánicas, de las que hablaban los hermanos Grimm, por ejemplo, y la cultura cristiana grecorromana. SEMANA: Eran hombres muy festivos. J.E.C.: Sí, pero creo que todos los pueblos de an-tes y en la Edad Media tenían una gran vocación festiva, que era también una vocación religiosa. En el caso de los vikingos, eran más emotivas, porque había más trago, eran más agresivos o más violentos. SEMANA: ¿Físicamente sí eran tan grandes, tan altos, tan pelirrojos y tan blancos? J.E.C.: Sí, eso sí, las descripciones eran así como uno se los imagina. SEMANA: ¿Cómo descubrió usted el mundo vikingo? J.E.C.: Siempre me interesó la Edad Media. Yo estaba situado más en la latinidad medieval, in-cluso en el mundo bizantino y mis contactos con los vikingos eran muy episódicos, pero gracias a Borges me empezó a fascinar todo ese mundo, y además sus lenguas, lograr la dicha de acceder a esas literaturas en su lengua original me parecía un lujo que merecía cualquier esfuerzo. Por esa razón llegué al anglosajón y descubrí una canti-dad de valores en ese mundo que son dignos de cualquier admiración. SEMANA: ¿Cuáles son algunos de esos valores? J.E.C.: La lealtad, el orden, un sentido del honor y de la amistad. Otra cosa que me encanta es la desmesura de todas sus empresas. Eran unos pueblos que vivían en el mar y se montaban en sus naves y no había qué los parara. Creo que de allí es de donde sale el cuento ese que los vi-kingos llegaron a América tres siglos antes de Colón, que no está comprobado y que siempre he creído que es más un mito que otra cosa, pero eran totalmente desmesurados en sus iniciativas y en sus empresas y eso les valió coronar y con-sumar varias de ellas. SEMANA: ¿Fue un pueblo poderoso en su momento? J.E.C.: Muchísimo, fue uno de los pueblos más im-portantes de la civilización medieval y europea. Merece ser estudiado y entendido, porque si uno no lo hace, le va a faltar una pieza fundamental del relato de la Edad Media y por esa misma vía de la civilización occidental.  Juan Esteban Constaín, historiador y novelista payanés. FOTO: CARLOS JULIO MARTÍNEZ / SEMANA De este laDo Del frío


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