59 La vida del conde sueco Federico Tomás Adlercreutz estuvo dominada por varias fa-cetas dramáticas: nació en cuna noble y su padre era uno de los militares más prestigio-sos de su país, pero perdió a su madre a tem-prana edad. Así mismo, fue edecán del rey de Suecia, pero después de la muerte de su padre no supo administrar la fama ni la fortuna familiar. Ello le costó su carrera militar en Suecia, a la que tuvo que renunciar y buscar su destino en otros luga-res. Contó, sin embargo, con el respaldo de su rey para encaminarse a Londres a finales de 1819 y unirse a un contingente de la Legión Irlandesa, con la que marcha-ría a América para luchar por la independencia de las colonias españolas. Adlercreutz nació en Gammelbacka, Finlandia (en ese entonces perteneciente al Reino de Suecia), el 23 de julio de 1793, en el seno de una antigua familia de la nobleza escandinava. Sus padres fueron el general con-de Carlos Juan de Adlercreutz y la baronesa Henriette Amalia de Stackelberg. Luego de sortear diversos problemas financieros y personales, viajó al Caribe con la Legión Irlandesa. Pasó por las islas de San Bartolomé y Margarita, estuvo en Angostura y de allí se encaminó a Barranquilla. En esta ciudad lo recibió Simón Bolívar en agosto de 1820, quien lo incorporó al Ejército libertador con el grado de teniente coronel. La acción militar más destacada de Adlercreutz tuvo lugar en Cartagena, donde participó junto con el coronel José Padilla en el combate de ‘La noche de San Juan’, el 24 de junio de 1821. Esta batalla fue la antesala de la liberación definitiva de la ciudad, ocurrida el 22 de septiembre de ese año. Durante los años de la Independencia, los altos man-dos militares y políticos en las provincias del Caribe co-lombiano fueron oficiales extranjeros: en la sola campaña libertadora del Bajo Magdalena (1820-1821), participa-ron cerca de 240 militares vinculados al Ejército y a la Marina colombiana, de los cuales la tercera parte era ex-tranjera, y en su gran mayoría venezolanos. Una vez ganada la Independencia, Adlercreutz fue designado comandante del primer escuadrón de Húsa-res del Magdalena y jefe de Ingenieros y Fortificaciones de Cartagena. En 1823 fue ascendido al grado de coro-nel y tres años después al de comandante militar de la provincia de Santa Marta. En 1828 fue nombrado co-mandante de Armas y luego gobernador de la provincia de Mompox. Durante su gestión se estableció el primer alumbrado público de la ciudad, construyó diques con-tra las arremetidas del río Magdalena y estableció una Junta de Caminos, encargada de mejorar las rutas de ac-ceso a la ciudad. En su periodo, terminó la construcción del cementerio y la capilla del mismo. El coronel Adlercreutz fue gobernador y coman-dante militar de Mompox hasta mediados de 1830, cuando fue nombrado comandante de Armas de Carta-gena. En este cargo se le asignó una misión militar en el Zulia, Venezuela, para tratar de neutralizar el proceso de Independencia que había liderado el general Páez. Su misión no tuvo éxito. La muerte del Libertador confirmó la disolución de la Gran Colombia y el final del dominio de los bolivarianos en la Nueva Granada, quienes fueron expulsados del país, entre ellos Adlercreutz. Su exilio en Jamaica se convirtió en una de las peores épocas de su vida. Luego de múlti-ples dificultades en el Caribe, en 1838 regresó a Suecia y fue nombrado encargado de Negocios en Venezuela y cónsul general para Venezuela, Colombia y Ecuador. Permaneció en el Caribe grancolombiano cerca de tres décadas, entre 1820 y 1849. No hay duda de que con su presencia se fortalecieron las relaciones comer-ciales y diplomáticas de Suecia con las repúblicas boli-varianas de Colombia, Venezuela y Ecuador. Murió en 1852, en Estocolmo, en donde terminó su dramática y fascinante –aunque desconocida– existencia. Orden del Libertador, condecoracion entregada por Bolívar a Adlercreutz. MOCHILAS PORTABEBÉ-BABYBJÖRN Luego de casarse con una diseñadora de textiles, Björn Jokobson encontró la inspiración en sus cuatro hijos para crear, en 1961, la primera mochila portabebés, debido a la necesidad de cargarlos y mantenerlos cerca del pecho por las bajas temperaturas suecas. Una larga amistad
SUECIA
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