Suecia “NO BASTAN LAS NORMAS” Elisabeth Ungar, directora de Transparencia por Colombia, explica las virtudes de la ley de prensa sueca. Con ella, los funcionarios públicos están obligados a responder peticiones de cualquier persona. 68 formación que, por defecto, permi-ten que los datos que manejan los funcionarios sean públicos. El ar-gumento de que se verán abruma-dos no es válido; es como decir que la democracia cuesta mucho y por eso no hagamos elecciones. Ac-ceder a la información pública es un ejercicio democrático y es una obligación del Estado proveerla. En una visita del presidente de Transparencia Internacional, la embajadora de Suecia decía que su país tiene unas tasas im-positivas altísimas, pero, en ge-neral, la gente paga impuestos por dos motivos: cree que los recursos se van a invertir bien y puede hacerles seguimiento por-que le rinden cuentas. SEMANA: ¿Cómo lograr algo similar en Colombia? E.U.: Colombia tiene una muy bue-na ley de transparencia y acceso a información pública, promovida por organizaciones de la sociedad civil. Es un paso importante, pero absolutamente insuficiente si no va acompañado de otros elementos. SEMANA: ¿Y entonces? E.U.: Hay que crear las condiciones técnicas y tecnológicas, e incluso económicas, para que efectivamente los servido-res públicos puedan generar, archivar y entregar informa-ción, pero no de cualquier tipo. La ley es muy clara en que debe ser comprensible, actualizada y socialmente útil. Hay que vencer la cultura de la opacidad y del secretismo, tan fuerte en países como Colombia. SEMANA: El triunfo del ‘brexit’ en el Reino Unido o de Donald Trump en Estados Unidos y el rechazo al plebiscito en Colombia podrían interpre- El mundo tiene mucho que apren-der de los suecos en cuestiones de transparencia. Sus ciudada-nos pueden pedir documentos oficiales sin dar explicaciones y los servidores públicos les cuen-tan cómo se gastan el dinero que pagan en impuestos sin miedo a represalias. Tales son, entre otras muchas, las virtudes que destaca la politóloga Elisa-beth Ungar, directora de Transparencia por Colombia, en la Ley de prensa sueca, expedida hace 250 años; “Marcó un hito por ser la primera que les dio acceso a los ciudadanos a una información que, como su nombre lo indica, es pública, no les pertenece a los funcionarios, aunque muchos de ellos no lo entiendan”, explica. En Colombia señala avances como el “pequeño triunfo de Transparencia por Colombia” al lograr que el presidente, el vicepresidente y los ministros hicie-ran públicas sus declaraciones de renta. Pero también hay problemas, porque las bases de datos del Estado no dialogan entre sí o algunos servidores se niegan a entregar su información porque no quieren, no pueden o sienten que estos son fuente de poder. “No bastan las nor-mas, si no las hacemos cumplir”, advierte. SEMANA: Para lograr un escenario como el de Suecia se necesitan acciones pedagógicas fuer-tes y una ciudadanía distinta. ¿Cómo se evita que un funcionario se vea abrumado por las peticiones o que entregue datos que no sirven? Elizabeth Ungar: La ley por sí sola va a servir muy poco. Hoy existen tecnologías de la in- ANA LUCÍA DUQUE SALAZAR Periodista
SUECIA
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