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SUECIA

92 SOCIOS DE VIEJA DATA Las marcas suecas más famosas del sector automotor confían sus vehículos a los mejores distribuidores locales, que ofrecen calidad, cumplimiento y tradición. En los años noventa del siglo pasa-do, el rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, presidió una ceremonia particular. Impuso una condeco-ración a una empresa colombiana elegida como la mejor agente de la marca sueca Volvo en el mundo. Esa firma es Chaneme, una empresa del Grupo <a>, que surgió gracias al es-fuerzo de dos hermanos que salieron de Líbano en la década de los años treinta, huyendo de la guerra. Uno de ellos, Chaid Neme, llegó a Ocaña, Norte de Santander, en 1932, con apenas 20 años. Desde ese momento identificó en Colombia opor-tunidades de emprendimiento y montó un almacén de telas. Cinco años después, su herma-no, Hares Neme, lo siguió para comenzar a dar el primer paso hacia el negocio de repuestos de maquinaria. En los años cuarenta, con el creciente auge del sector auto-motor, la modesta compañía de El Grupo <a>, de la mano de Volvo, convirtió la marca en la única firma de automóviles extranjera que nunca ha dejado Colombia. los hermanos Neme, dedicada a la labor comercial de repuestos de auto-móvil, abrió almacenes en Barranquilla y Bogotá. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, debido a la escasez de repues-tos para vehículos, los hermanos vieron la oportunidad de dedicarse a fabricar com-ponentes y ballestas. Fue este su segundo paso en la industria. En noviembre de 1952 comenzó la relación de los Neme con Volvo. “Dos re-presentantes de la marca sueca llegaron a Colombia tra-yendo cuatro automóviles y cuatro camiones para vender en el país. Se acercaron al almacén de los Neme, en Bogotá, para preguntarles si podían guardarlos. Finalmente llega-ron al acuerdo de que los hermanos quedaran encargados de la venta de los automotores”, recuerda Rhanda Neme, directora de comunicaciones del Grupo <a> y nieta de Hares. Un año después, los representantes suecos regre-saron al país y los ocho vehículos ya habían sido ven-didos. Fue así como iniciaron las conversaciones entre las compañías para comenzar una relación comercial. En 1955, debido a los FOTO: CORTESÍA CHANEME retos en infraestructura que urgían y consciente del difícil momento por el cual pasaba Colombia (la época de La Violen-cia), Hares Neme importó, desde Cartagena, los primeros 15 camiones Volvo. “Don Chaid siempre recordó, con una sonrisa, el día que le dijo a su hermano ‘traigamos los camiones Volvo’”, cuenta la directora de comunicaciones. Esos primeros camiones influ-yeron en el desarrollo de Colombia, ya que pasa-ron a hacer parte de la industria del café en una época en que este producto alcanzaba cifras de 1 dólar por libra. Años más tarde, el país atravesaba una crisis económica y las importaciones fueron prohibidas. Entonces, la compañía importaba entre cuatro y cinco carros por año, dadas las limitaciones. En 1961 pasaron a importar entre 10 y 12 vehículos y para 1972 el permiso ascendió a 15. Desde ese momento no han dejado de crecer. Como consecuencia de la crisis, compañías como Fiat, Peugeot, Chrysler y Ford dejaron de tener actividad comercial en el país, en tanto que Chaid Neme (ahora Grupo <a>), de la mano de Volvo, no solo logró mantener la marca en el mercado, sino que la convirtió en la única firma de automóviles extranjera que nunca ha dejado Colombia. En 1980, Nayib Neme, hijo de Hares, tomó las riendas de la empresa y consolidó cambios que significaron un mayor crecimiento. “Él quería lograr Suecia


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