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Puerto
Candelaria

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Foto: Jorge Cano

"Queríamos un sonido totalmente nuevo"

La música de Puerto Candelaria, una agrupación que fusiona ritmos populares con el jazz, el ‘rock’, el ska y hasta la electrónica, ha contagiado públicos en más de 80 ciudades desde Suramérica hasta Asia.

Atrevida, controversial e innovadora es la propuesta de Puerto Candelaria, una agrupación que cumple casi dos décadas como referente musical en el país. El teatro, la danza y el humor acompañan el ritmo y la cumbia rebelde que los caracteriza. Juancho Valencia, El Sargento Remolacha; Eduardo González, El Caballero del Bajo; Magaly Alzate, Maga la Maga; Harlinson Lozano, El Sultán; y Didier Martínez, Diggy Pajarito, han logrado permear la escena musical de Europa, Asia, China, México y, próximamente, van por África. Al respecto, hablamos con Juancho Valencia, líder de la agrupación y uno de los protagonistas más importantes de la nueva música colombiana.

SEMANA: ¿Por qué nace Puerto Candelaria?

Juancho Valencia: Empezamos como estudiantes de música y en ese momento queríamos hacer un sonido totalmente nuevo, basado en los sonidos tradicionales y populares de Medellín, la ciudad que nos vio nacer. El folclor siempre ha sido muy lejano para alguien de la ciudad, así que escogimos los ritmos más populares: el sonido tropical, el chucu chucu y todas las sonoridades similares y empezamos a fusionarlas con los elementos del jazz, el rock y, ahora, con la música electrónica.

SEMANA: ¿Por qué el nombre de Puerto Candelaria?

J.V.: Lo que hace Puerto Candelaria es una experimentación de un sonido nuevo, y como en la música no encontrábamos puntos de referencia lo buscamos en la literatura, específicamente en Gabriel García Márquez. Él inventó un mundo llamado Macondo, en el que no sabes qué tanto es ficción y qué tanto es realidad, y ahí encontramos esa misma analogía y creamos un mundo totalmente paralelo a Colombia que a la vez expresara lo que era el país. Así nació Puerto Candelaria.

SEMANA: ¿A que hace alusión Puerto Candelaria?

J.V.: Es un mundo imaginario. Es realmente un pueblo, y su trayectoria se ha desarrollado con personajes y con historias. Cada músico que ha cruzado por el Puerto es un personaje de esta ficción y realidad de Candelaria.

SEMANA: ¿Cuánto llevan en la escena musical?

J.V.: Este año celebramos el aniversario número 18. Somos sobrevivientes de todo este movimiento de creación de música colombiana que comenzó con nosotros, al igual que con Chocquibtown y La mojarra eléctrica, entre otros. Seguimos al frente del cañón porque hemos reinventando no solo la sonoridad de Puerto Candelaria sino la de Colombia entera. Ahora somos más masivos y activos que nunca gracias a la disciplina y a la constancia.

SEMANA: ¿Cuál es el balance de estos 18 años?

J.V.: Cuando iniciamos este proyecto siendo aun unos niños inocentes, queríamos cambiar el mundo, la música de Colombia y queríamos poner al país en el ojo del planeta. Mostrar su calidad y riqueza musical. Y hoy, 18 años después, puedo decir que lo logramos.

SEMANA: ¿Qué género hacen?

J.V.: Puerto Candelaria empezó como cumbia porque cuando empezamos a viajar y a hacer gira en Europa, Estados Unidos, Brasil y Asia, la única manera de encasillarnos en un ritmo fue en ese. Ese ritmo nos ayudó a decir que la música que hacemos no era salsa, jazz o rock, sino una que nacía en Colombia. Además, la palabra cumbia fue tomando mucha fuerza alrededor del mundo y se volvió una tendencia mundial. A partir de ese primer momento empezamos a definirnos como cumbia underground o cumbia rebelde.

SEMANA: ¿Qué ritmos tiene la cumbia rebelde que proponen?

J.V.: Se basa principalmente en la música tropical o chucu chucu, que es la música que se realiza en la montaña. Incluso la de Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Los Corraleros de Majagual, Rodolfo Aicardi, Fruko y sus Tesos. Todos ellos fueron nuestros maestros y lo que hicimos fue llevar esa sonoridad a unas combinaciones mucho más arriesgadas y más inverosímiles con el jazz, la electrónica, el rock y el punk.

SEMANA: ¿Qué los diferencia?

J.V.: La diferencia más grande que tiene Puerto Candelaria es la música. Ahora somos un punto de referencia de los músicos y compositores que se atreven a mirar en lugares inimaginados en el mundo de las fusiones. Otro punto importante es que la banda se convirtió en una puesta en escena de la que la música hace parte pero no lo es todo. También están la parte técnica, teatral y las historias que se cuentan en el escenario.

SEMANA: ¿Y en la parte audiovisual?

J.V.: Los videos siempre tienen simbolismos. En los sonidos es muy fácil hacer un mundo imaginario porque estos son subjetivos y abstractos. Pero cuando se llevan a un nivel audiovisual es un gran reto pues tienen que generar ese lugar en la fotografía, en el vestuario, en los personajes y en las historias en general. Puerto Candelaria es un desarrollo multidisciplinario, por eso no solo es un grupo de músicos sino que es un conjunto que suma diseñadores, artistas, escenógrafos y arquitectos.

SEMANA: ¿Qué narran esas historias?

J.V.: Alegría. Además es un grupo que le apuesta a la crítica social con una postura política muy seria y con una filosofía determinada. Optamos por llevar esos mensajes por la línea de la felicidad y de la alegría de la fiesta. Una historia que recuerdo fue la versión que hicimos de la 'Murga'. Esta canción habla de una mujer que tiene a todos lo hombres locos por su belleza, pero Puerto Candelaria le dio un giro y eso se puede ver en el video. Allí se muestra a una mujer que además de sus encantos trabaja y lucha para salir adelante.

SEMANA: ¿Cómo los ha acogido el público en el exterior?

J.V.: Puerto Candelaria es una de las agrupaciones colombianas que más ha hecho giras en el exterior en los últimos 20 años. Precisamente porque hemos desarrollado, muy al detalle y con disciplina, cómo transmitir el mensaje a otras culturas lejanas como la asiática. Incluso Brasil, un país cerrado para la música colombiana, nos ha recibido en 15 ocasiones. En 2017 hicimos una gira de 38 conciertos en Europa y estuvimos en los principales festivales de música en el mundo, lo que demuestra que la banda cada vez más desarrolla una sonoridad para el exterior sin olvidar al público colombiano.

SEMANA: ¿Qué sigue para este año?

J.V.: Ahora estamos terminando un disco que sale en abril o en mayo, y comenzamos gira mundial en Centroamérica, Suramérica y Estados Unidos. Estaremos en Canadá, en uno de los festivales de jazz más importantes en Montreal y luego seguimos a Europa y África. Es un año de viajes y con presentaciones en Colombia, que es el público que siempre queremos hacer vibrar.