Sonidos peculiares de ranas

No solo las selvas son escenarios importantes para estos organismos. También lo son las zonas desérticas de La Guajira, el valle del Magdalena o las planicies en los Llanos Orientales. Aprenda aquí a identificar sus sonidos.
Uno de los aspectos más ignorados por algunos habitantes del territorio colombiano es la inigualable riqueza en biodiversidad que posee el país. Somos privilegiados por albergar y preservar en nuestro territorio el mayor número de anfibios por kilómetro cuadrado –749 especies de ranas– lo que, a pesar de las limitaciones en estudios relacionados, nos permite ocupar el segundo lugar a nivel mundial, después de Brasil.

Así se reproducen

El sapo vaquero de los Llanos Orientales (Physalaemus fischeri)

Esta diminuta rana aparece solo una vez, iniciado el invierno, en los Llanos Orientales. Todos la escuchan pero nadie la ve debido a su singular comportamiento terrestre: permanece casi siempre oculta en la base de los pastizales de la sabana. Su reproducción es otro aspecto enigmático dado que construye nidos de espuma que permiten mantener frescos sus huevos del inclemente sol llanero del día.

Physalaemus fischeri

La rana trueno del río Orinoco (Hypsiboas wavrini)

Entre los sonidos de la noche, alrededor de los ríos de arenas blancas que desembocan en el Orinoco, sobresale uno que retumba en los bosques: es el de esta rana de largas patas y ojos rojos que habita en los árboles que circundan los lechos de los ríos.
Contrario a otras especies llaneras, su reproducción se da al inicio de la estación seca cuando los ríos exponen sus playas y los machos construyen nidos en la arena muy cerca al borde para después atraer la pareja y colocar los huevos lejos de los peces.

Hypsiboas wavrini

Sapo enano pustuloso (Engystomops pustulosus)

No se trata de un juego de video pero su sonido así lo parece. Este habitante de los bosques secos del valle del Magdalena y la región Caribe habita en pequeñas charcas formadas durante la estación lluviosa. Por lo general, varios machos se agregan a estas para cantar en busca de pareja. Al vocalizar, su cuerpo aumenta hasta tres veces el tamaño.

Engystomops pustulosus

La rana de lluvia de Bogotá (Pristimantis bogotensis)

Esta especie habita en las montañas y bosques de niebla que circundan la sabana de Bogotá. Hace parte de un grupo importante de ranas endémicas –que representan el 33% del total de ranas en el país– y que habitan los Andes, desde los páramos hasta las selvas de las estribaciones. Una particularidad es el colocar sus huevos en la hojarasca del bosque o bajo rocas de donde emergen pequeñas ranas; a esta reproducción se le conoce como desarrollo directo.

Pristimantis bogotensis

Rana de las quebradas (Hyloscirtus palmeri)

Esta rana vive en las montañas de las estribaciones de las cordilleras de los Andes en el Valle del Magdalena y el Pacífico colombiano. Es una especie semiacuática y a su vez arborícola ya que está asociada al lecho de las quebradas.

Hyloscirtus palmeri

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La rana paradójica (Pseudis paradoxa)

Su nombre se deriva de su paradoja reproductiva debido a que el renacuajo es dos veces más grande que el tamaño de la rana adulta, aspecto que utilizan para evitar ser consumidos por peces en los esteros y lagunas donde ocurre su desarrollo.

Pseudis paradoxa

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La rana llanera de Kennedy (Scinax kennedyi)

Su sonido se asemeja a una distante sierra eléctrica que rompe el silencio en la mitad de la sabana de los Llanos Orientales de Colombia. Esta pequeña rana endémica posee colores vivos y solo es posible escucharla durante la mitad del invierno llanero. La reproducción, por lo general, ocurre en charcas temporales ocultas por pajonales y arbustales en medio de la sabana.

Scinax kennedyi

Rana cuei o rana silbona (Leptodactylus fuscus)

Conocida en la región Caribe como sapo cuei y en los llanos orientales como rana picuda, vive bajo tierra durante la estación seca. Al inicio de las primeras lluvias empieza su actividad reproductiva en la que se congregan miles de ejemplares ocultos entre la grietas. Con las primeras charcas formadas aparecen nidos de espuma donde colocan sus huevos despigmentados.

Leptodactylus fuscus

La rana lagunera amazónica (Sphaenorynchus lacteus)

De hábitos semiacuáticos y actividad nocturna, es muy abundante en los sistemas de humedales de las selvas de la amazonia y esteros de los Llanos Orientales de Colombia. En la selva de Puerto Nariño, durante la época de lluvias, es posible observarla en la noche vocalizando en colchones de vegetación flotante y en arbustos que sobresalen de los sitios inundados de sistemas lagunares asociados a las áreas de desbordamiento del río Amazonas.

Sphaenorynchus lacteus

El sapo común (Rhinella marina)

Considerado en Australia como una especie foránea debido a su introducción en los años 30 para controlar plagas en los cultivos de caña, este sapo colombiano se extiende en la región oriental de Suramérica ocupando casi todos los ambientes naturales: desde las planicies del extremo de la Arauca, pasando por las selvas de la Amazonía, hasta los bosques andinos por debajo de los 2.400 metros.

Rhinella marina

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Así se reproducen

Gran parte de las especies de ranas colombianas –que permanecen ocultas durante la estación seca– aprovechan las primeras lluvias para reproducirse, ya sea en la recóndita sabana llanera de la geografía nacional o en las cumbres más altas de las cordilleras de los páramos, con alturas de hasta 4.000 metros.

En casi todas las especies, la mayor actividad empieza en las primeras horas de la noche cuando la humedad de los ambientes incrementa y el calor desciende a niveles aptos para su reproducción, debido a que poseen una piel permeable y sensible a las altas temperaturas.

Es allí, en la oscuridad de la noche, cuando los machos de la gran mayoría de ranas –las hembras usualmente no vocalizan– emplean todo un sistema de comunicación único en cada especie y otorgado por la evolución para atraer a su pareja. Dichos sonidos les permiten reconocerse entre sí en áreas donde coexiste un número elevado de ranas.

Casi todas las áreas terrestres del territorio colombiano albergan ranas pero unas sobresalen sobre otras, como ejemplo está a región amazónica, específicamente en Leticia, donde en la actualidad se cuentan 141 especies distribuidas en diversos ambientes y en una sola charca selvática pueden hallarse hasta 31 especies que cantan y reproducen de forma simultánea, lo cual evidencia que estos sonidos juegan un papel fundamental en el reconocimiento.

Pero no solo las selvas son escenarios importantes para estos organismos. También lo son las zonas desérticas de La Guajira, el valle del Magdalena o las planicies en los Llanos Orientales, donde el inicio de las lluvias juega un rol crucial en la reproducción debido a que las ranas emergen de la tierra después de 3 meses de sueño y empiezan su rito reproductivo con cantos para buscar pareja. A continuación, compilamos los 10 sonidos más particulares de ranas colombianas capturados por Andrés Rymel Acosta, investigador del Instituto Humboldt.

El sapo vaquero de los Llanos Orientales (Physalaemus fischeri)

Physalaemus fischeri

Esta diminuta rana aparece solo una vez, iniciado el invierno, en los Llanos Orientales. Todos la escuchan pero nadie la ve debido a su singular comportamiento terrestre: permanece casi siempre oculta en la base de los pastizales de la sabana. Su reproducción es otro aspecto enigmático dado que construye nidos de espuma que permiten mantener frescos sus huevos del inclemente sol llanero del día.


La rana trueno del río Orinoco (Hypsiboas wavrini)

Hypsiboas wavrini

Entre los sonidos de la noche, alrededor de los ríos de arenas blancas que desembocan en el Orinoco, sobresale uno que retumba en los bosques: es el de esta rana de largas patas y ojos rojos que habita en los árboles que circundan los lechos de los ríos.

Contrario a otras especies llaneras, su reproducción se da al inicio de la estación seca cuando los ríos exponen sus playas y los machos construyen nidos en la arena muy cerca al borde para después atraer la pareja y colocar los huevos lejos de los peces.

Sapo enano pustuloso (Engystomops pustulosus)

Engystomops pustulosus

No se trata de un juego de video pero su sonido así lo parece. Este habitante de los bosques secos del valle del Magdalena y la región Caribe habita en pequeñas charcas formadas durante la estación lluviosa. Por lo general, varios machos se agregan a estas para cantar en busca de pareja. Al vocalizar, su cuerpo aumenta hasta tres veces el tamaño.

La rana de lluvia de Bogotá (Pristimantis bogotensis)

Pristimantis bogotensis

Esta especie habita en las montañas y bosques de niebla que circundan la sabana de Bogotá. Hace parte de un grupo importante de ranas endémicas –que representan el 33% del total de ranas en el país– y que habitan los Andes, desde los páramos hasta las selvas de las estribaciones.

Una particularidad es el colocar sus huevos en la hojarasca del bosque o bajo rocas de donde emergen pequeñas ranas; a esta reproducción se le conoce como desarrollo directo.

Rana de las quebradas (Hyloscirtus palmeri)

Hyloscirtus palmeri

Esta rana vive en las montañas de las estribaciones de las cordilleras de los Andes en el Valle del Magdalena y el Pacífico colombiano. Es una especie semiacuática y a su vez arborícola ya que está asociada al lecho de las quebradas.

Durante la estación reproductiva, los machos pueden ser observados vocalizando con el cuerpo sumergido y la cabeza afuera o sobre los arbustos que circundan las quebradas. Allí, los renacuajos presentan adaptaciones en la boca que les permiten pegarse a las rocas.

La rana paradójica (Pseudis paradoxa)

Pseudis paradoxa

Su nombre se deriva de su paradoja reproductiva debido a que el renacuajo es dos veces más grande que el tamaño de la rana adulta, aspecto que utilizan para evitar ser consumidos por peces en los esteros y lagunas donde ocurre su desarrollo.

Esta rana semiacuática vive en los ecosistemas de humedales de la región Caribe y los Llanos Orientales colombianos. Es activa durante la estación lluviosa cuando los cuerpos de agua aumentan el caudal.

La rana llanera de Kennedy (Scinax kennedyi)

Scinax kennedyi

Su sonido se asemeja a una distante sierra eléctrica que rompe el silencio en la mitad de la sabana de los Llanos Orientales de Colombia. Esta pequeña rana endémica posee colores vivos y solo es posible escucharla durante la mitad del invierno llanero. La reproducción, por lo general, ocurre en charcas temporales ocultas por pajonales y arbustales en medio de la sabana.

Rana cuei o rana silbona (Leptodactylus fuscus)

Leptodactylus fuscus

Conocida en la región Caribe como sapo cuei y en los llanos orientales como rana picuda, vive bajo tierra durante la estación seca. Al inicio de las primeras lluvias empieza su actividad reproductiva en la que se congregan miles de ejemplares ocultos entre la grietas. Con las primeras charcas formadas aparecen nidos de espuma donde colocan sus huevos despigmentados.

La rana lagunera amazónica (Sphaenorynchus lacteus)

Sphaenorynchus lacteus

Conocida en la región Caribe como sapo cuei y en los llanos orientales como rana picuda, vive bajo tierra durante la estación seca. Al inicio de las primeras lluvias empieza su actividad reproductiva en la que se congregan miles de ejemplares ocultos entre la grietas. Con las primeras charcas formadas aparecen nidos de espuma donde colocan sus huevos despigmentados.

El sapo común (Rhinella marina)

Rhinella marina

Considerado en Australia como una especie foránea debido a su introducción en los años 30 para controlar plagas en los cultivos de caña, este sapo colombiano se extiende en la región oriental de Suramérica ocupando casi todos los ambientes naturales: desde las planicies del extremo de la Arauca, pasando por las selvas de la Amazonía, hasta los bosques andinos por debajo de los 2.400 metros.

Entre su selecta dieta sobresalen pequeños vertebrados e invertebrados que incluyen ratones, serpientes y cucarachas, por lo que usualmente vive cerca de la actividad humana. Es considerada una de las especies más exitosas porque su reproducción puede realizarse a la orilla de ríos, estanques y charcas.

Créditos