2El desarme de las Farc

Para la historia el presidente Juan Manuel Santos quedará como el hombre que desarmó a las Farc. Después de seis años de negociación y más de seis infructuosos acercamientos con otros mandatarios, la guerrilla más vieja del hemisferio occidental decidió abandonar la lucha armada en el 2017. Aunque la entrega de armas de este grupo fue objeto de todo tipo de críticas, lo cierto es la Farc cumplió su compromiso.

Según el informe que presentó la Misión de la ONU, las Farc entregaron 8.994 armas, incluyendo 1.987 armas cortas, 6.498 armas largas y 509 armas colectivas de apoyo al combate. Bajo esos cálculos los excombatientes entregaron 1.32 armas por cada hombre. En la desmovilización de los paramilitares, según las cifras oficiales de la OEA, 31.689 hombres registrados entregaron 18.024 armas, es decir, cerca de un arma por cada dos paras. En el caso del M-19, la entrega de armas ascendió a 280 cuando se calculaba que el número de militantes era de 700. En el EPL eran 2.500 combatientes y se entregaron 600 armas. Eso mostraría que el desarme de las Farc es porcentualmente el más alto que se ha registrado hasta la fecha.

El caso colombiano está entre los más significativos, con altos niveles de cumplimiento, tanto en el tiempo que tomó, como en la calidad de su implementación. De hecho, de acuerdo con el Instituto Kroc de Estudios Internacionales de Paz, adscrito a la Universidad de Notre Dame, con sede en Indiana, Estados Unidos, “la desmovilización y la dejación de armas en Colombia fueron completadas a buen ritmo, aún si se las compara con otros casos como El Salvador, Guatemala y Mozambique, que suelen considerarse modelos exitosos de desmovilización en los informes de la ONU”.