Durante sus 18 años de trabajo, esta compañía ha demostrado que el negocio de la recolección y disposición de residuos genera ganancias y contribuye a preservar el medioambiente.
Dedicarse a recoger y depositar desechos de otros no es una labor fácil o grata. Pocas personas están dispuestas a hacerse cargo de las basuras de los demás, y buena parte de las empresas que lo hacen han estado involucradas en escándalos de corrupción o malos manejos ambientales. Ni qué decir de los problemas con su disposición final: en Colombia, la mayoría de los rellenos sanitarios no cumplen la reglamentación ambiental y han puesto en riesgo a las comunidades que viven a sus alrededores. Bogotá no escapa a ese problema, y a los inconvenientes de los habitantes del barrio Mochuelo Bajo, con las plagas y malos olores causados por el relleno de Doña Juana recientemente, se sumó la denuncia del vertimiento de lixiviados al río Tunjuelo.
En medio de este panorama que para muchos huele mal, sobresale Aseo Urbano, una empresa del Grupo Sala que busca cambiarle la fama al sector de la recolección y disposición de desechos en Colombia. Al mando del grupo está el cartagenero Humberto Rodríguez Cobo, CEO del Grupo Sala (Aseo Urbano), que comenzó operaciones en el año 2000 en Cúcuta y luego se expandió a Yopal, Aguachica y Cartagena.
A lo largo de estos 18 años, la compañía ha demostrado que el negocio de las basuras se puede hacer bien y con ganancias. En comparación con el sector, su operación se destaca: no solo ha estado ajeno a escándalos por malos manejos ambientales, sino que sus ingresos operacionales han crecido constantemente en los últimos siete años. Mientras los ingresos de Aseo Urbano crecieron el 26,6 y 44,3 por ciento en 2015 y 2016, respectivamente, en el sector decrecieron 34,8 y 115,4 por ciento en esos años.
En un momento en que las preocupaciones ambientales son difíciles de conciliar con el lucro, Aseo Urbano logró convertirse en una empresa sostenible. Rodríguez explica que su éxito se debe a tres pilares: una auténtica preocupación por el medio ambiente, un excelente trato a los trabajadores e innovación en el negocio de recolección de basuras. Rodríguez asegura que han demostrado que las soluciones ambientales sí dan plata y que esa rentabilidad no se da a costa de malos salarios y prácticas. Al contrario, obtiene ganancias porque tienen trabajadores a los que tratan de colaborar con aspectos de su vida económica y emocional para que puedan ser productivos. "Innovamos tecnológicamente para ofrecer un buen servicio así eso represente un costo mayor para nuestros clientes. A nosotros nos contratan sin importar nuestros precios porque los usuarios saben que ofrecemos un servicio de calidad", afirma Rodríguez
Aseo Urbano se distingue por dignificar a sus trabajadores, en especial, a los encargados de la difícil tarea de limpiar las calles y recoger las basuras. Además de sus buenas relaciones con el sindicato que opera en Cúcuta, la firma otorga una serie de beneficios como subsidios funerarios, educativos y de vacaciones; incluso tiene a su disposición psicólogos y trabajadores sociales que les colaboran en crisis personales. Un trabajador con angustias económicas o problemas personales o familiares no es productivo, por eso se invierte en ellos, dice Rodríguez.
La innovación es fundamental tanto en materia tecnológica como operacional. Aseo Urbano se convirtió en la primera empresa que incursionó en la recolección de residuos por medio de contenedores. Esa opción en un principio no era posible con las normas legales colombianas, pero ha traído grandes beneficios a las comunidades, a los trabajadores y ha aumentado la productividad. Gracias a los contenedores las personas pueden depositar la basura un día antes de su recolección, las bolsas no están a merced de los animales que las rompen, los trabajadores no tienen que hacer esfuerzos para alzar los desechos y el tiempo de una ruta disminuye en un 50 por ciento.
Pero sin lugar a dudas el mejor ejemplo de innovación tecnológica y ambiental se encuentra en el relleno sanitario de Guayabal, Cúcuta. Allí Aseo Urbano ha invertido sumas millonarias para que la disposición de basuras no se convierta en un problema como en otros sitios del país. Cabe destacar el manejo de lixiviados, que no se vierten en ríos, sino que son tratados y usados en los procesos de biorremediación.
En la actualidad, el relleno ha comenzado a transformarse en un parque ambiental. Es decir, Aseo Urbano busca que el botadero se convierta en un clúster empresarial, en el que la basura sirva de materia prima de una economía circular. Esa estrategia busca reducir la generación de gases de efecto invernadero, producir energías limpias y aprovechar al máximo los residuos que llegan a Guayabal. Rodríguez asegura que quieren apostarle a la economía circular: la basura puede ser un bien preciado del cual se puede producir energía, es una tecnología muy cara, pero le van a apostar a eso en los próximos años. Por el momento, Guayabal cuenta con un laboratorio de investigaciones y se comienza a construir una planta para generar energía eléctrica a partir del gas emitido por los residuos sólidos
Mientras todo el mundo quiere deshacerse de las basuras y no saber de ellas, Aseo Urbano ve en ellas una mina de oro, y espera en el futuro próximo convertirlas en una importante fuente para generar energía. Una idea que de seguro revolucionará el negocio de los desechos y que demuestra que el lucro puede ir de la mano de la protección del medioambiente.