Su innovación y estrategia diversificada se hace evidente con su presencia, además de Colombia, en Brasil, Perú, Chile, Bolivia, Ecuador, Argentina, Panamá y países de América Central.
Hay compañías que nacen para trabajar de manera silenciosa, sin que nadie sepa, y a pesar de todo, se convierten en el motor fundamental para el crecimiento de un país. Como Interconexión Eléctrica S. A. (ISA), que nació en 1967 para integrar los sistemas eléctricos regionales, crear un gran conglomerado nacional y llevar energía a todo el territorio. Desde entonces, responde por la construcción, mantenimiento y administración de la red de alto voltaje, conocida como el sistema interconectado nacional.
La transparencia ha sido uno de los sellos de ISA. En efecto, en Colombia la red de transmisión de energía crece por medio de convocatorias públicas con procesos regulados, abiertos y competitivos, promovidos por la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), adscrita al Ministerio de Minas y Energía. Una vez establecido el Plan de Expansión de la Transmisión Nacional, que incorpora los proyectos necesarios para mantener un sistema confiable para las necesidades del país, la Upme abre las convocatorias para diseñar, ejecutar, operar y mantener los proyectos, y luego los adjudica a quien hizo la mejor propuesta.
Bernardo Vargas Gibsone, presidente de la compañía, explica que desde 2003, año en el que se definió el mecanismo, ISA ha participado en todas las convocatorias, de acuerdo con lo establecido en la Ley 143 de 1994, pero sobre todo por su interés de continuar creciendo en Colombia y generando conexiones. Desde entonces, ISA ha ganado 17 proyectos con una inversión total aproximada de más de 1.600 millones de dólares.
Quizá ISA ofrece una prueba fehaciente de que una empresa con inversión estatal puede funcionar como un reloj suizo. A pesar de que la Nación es la principal accionista con un 51,4 por ciento del control, la compañía es un referente en la región por su autonomía administrativa, transparencia y buen gobierno corporativo. Ha recibido por dos años consecutivos el premio Alas20 como la empresa con mejor gobierno corporativo, un reconocimiento sin precedentes para una firma de carácter mayoritariamente público.
También en 2017 obtuvo la máxima calificación posible en la encuesta Transparencia por Colombia por sus altos estándares de apertura y transparencia en los procesos. Vargas asegura que ISA tiene con el gobierno el compromiso de respetar y promover el Estado de derecho, y actuar proactivamente en sugerir mejoras y nuevas propuestas en torno a la mayor estabilidad y confiabilidad del sector; pues el mayor interés de la empresa es el fortalecimiento de unas relaciones de confianza, el respeto y la transparencia que redunden en la construcción de un mejor país.
En lugar de beneficiarse de sus contactos oficiales, ISA y sus empresas en Colombia han cumplido responsablemente con el pago de sus impuestos. Entre 2010 y 2017 entregó más de 3,2 billones de pesos en tributos entre propios y recaudados a terceros, los cuales han facilitado que el Estado cumpla con su inversión social, por ejemplo, con obras públicas, programas de expansión y desarrollo energético. Asimismo, en ese periodo, ISA entregó 1.060 millones de pesos correspondientes a dividendos al Estado.
Además, es una de las empresas ejemplo en sus prácticas. “En ISA no realizamos ‘lobby’ con el Estado ni con ningún otro grupo de interés. Para nosotros el diálogo es la mejor forma de construir relaciones transparentes, trazables, de profundo respeto y confianza, que contribuyan a garantizar un entorno favorable para la prestación de los servicios”, asegura. Por eso, siempre han respetado las decisiones en materia de reglamentación y regulación y han sido aliados del Estado en la construcción de un sector sólido y competitivo, con reglas claras.
Para lograr los objetivos anticorrupción, la compañía ha hecho de la ética el “valor de valores”, Cuenta con mecanismos para evitar la deshonestidad, fraude o corrupción, para lo cual se creó un Código de Ética, un instrumento que consolida las relaciones de confianza y define el carácter global del grupo empresarial además de la Línea Ética y el Comité de Ética que permiten darle vida y gestionar el código.
A este último, también se suma el Código Antifraude, en el que ISA y sus empresas formalizan su voluntad respecto al fraude y la corrupción. De hecho, declara una política de cero tolerancia y establece los lineamientos corporativos y responsabilidades para prevenir, detectar, investigar y responder ante cualquier caso a nivel interno y externo.
Aparte de un cuerpo de gobierno sólido con políticas de transparencia aplaudidas por los sectores público y privado, ISA se concentra en la innovación, considerado un proceso deliberado y sistemático que permite desarrollar capacidades para que ideas y conocimiento generen valor: mediante un modelo de innovación se articulan la cultura, las redes, las ideas, los proyectos y los recursos. Se facilita la planeación, el desarrollo de proyecto, el control, la toma de decisiones y la contribución a la estrategia de ISA, dice el directivo.
La expansión de ISA, gracias a su innovación y estrategia diversificada, queda en evidencia con su presencia, además de Colombia, en Brasil, Perú, Chile, Bolivia, Ecuador, Argentina, Panamá y países de América Central, lo que ha logrado a través de sus 33 filiales. Cerca del 81 por ciento de sus activos están fuera del país. Todo esto lo logrado con un equipo transparente, que a diario le aporta a Colombia.