Cuando el país vivía una situación de seguridad compleja a mediados de los años noventa, y pocas compañías se atrevían a mirar a estas latitudes, Legrand fortaleció la industria eléctrica colombiana al producir localmente.
Desde 1996, cuando Legrand adquirió la empresa colombiana Luminex, el sector eléctrico del país ha experimentado una enorme transformación. El grupo multinacional francés apostó por la industria colombiana y luego de 22 años es una marca consolidada que ofrece una amplia gama de productos. Para la compañía ha implicado ajustarse a las variaciones económicas, la transformación tecnológica y a las nuevas necesidades del consumidor colombiano, en un país que ha cambiado a la velocidad de la luz.
Legrand Colombia empezó a abrir su propio camino en un momento en el que la nación atravesaba dificultades de orden económico, social y de seguridad como resultado de las luchas contra el narcotráfico y los diversos grupos al margen de la ley. Otras empresas del sector se arriesgaban poco e iban por lo seguro al importar algunos productos esperando que la situación cambiara. Pero Legrand se metió de lleno a formar una industria local que evolucionó con una estructura sólida, un portafolio variado y una marca reconocida en el mercado eléctrico y de redes de comunicación.
El éxito de Legrand tiene varias claves, pero en su aporte al país se destaca la buena relación con sus colaboradores y el entendimiento de su entorno en general. La sinergia con los empleados ha generado una dinámica innovadora que no solo se nota en sus productos, sino en la gestión en la empresa. Esto le ha permitido fortalecerse con valores realmente diferenciales con respecto a otras firmas de su sector.
En Legrand fueron pioneros con la introducción al país de la domótica, es decir, los sistemas de gestión eléctrica o de comunicación para automatizar diversas funciones de una vivienda o edificación, que ayudaron a optimizar la eficiencia y el ahorro de energía en muchas casas y edificios. También se han convertido en impulsores de programas que hoy generan un impacto económico y social importante, como Mentes Brillantes, Elle Legrand o el Club del Electricista.
Mentes Brillantes, un una iniciativa dirigida a los trabajadores, les ofrece un formato por medio del cual pueden proponer sus ideas innovadoras para ayudar a mejorar procesos de producción y de gestión de la compañía, y un comité evalúa las propuestas. Para el presidente de Legrand Colombia, Gianpaolo Rossetti, los resultados son satisfactorios, pues les ha ido muy bien no solo en cuanto a crear y mejorar algunos métodos o formas de gestión que en principio los empleados propusieron y probaron por medio de prototipos. También porque ellos se sienten partícipes de la empresa y eso da paso a otro valor agregado, el sentido de pertenencia y compromiso, dos conceptos que siempre buscan que estén en permanente desarrollo.
Por otra parte, el proyecto Elle Legrand trabaja de forma conjunta con la Secretaría Distrital de la Mujer, entidad que a través de sus asesores busca sensibilizar a los empleados en temas como la equidad de género y los derechos de las mujeres.
Finalmente, el Club del Electricista, un programa abierto a cualquier persona, tiene un alcance nacional que entrena y certifica a ingenieros, electricistas, instaladores y distribuidores en el manejo de los productos de la marca Legrand. El club no solo es reconocido por dignificar la profesión de electricista, sino que se ha convertido en un eslabón más en la cadena de respaldo y garantía de los productos de esta compañía. De hecho, dictan varios cursos prácticos al año en Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla y Pereira. En la actualidad, más de 20.000 personas hacen parte del Club del Electricista.
Al entendimiento de su entorno, la calidad de sus productos y su sincronía con proveedores y cadena de suministro, se suman las buenas prácticas en el tema ambiental, ya que la empresa cuenta con las certificaciones ISO 14001 e ISO 9001. También en la dimensión económica muestra resultados importantes: Legrand Colombia es una compañía sólida y eso se ve reflejado en sus más de 180.000 millones de pesos de ingresos operacionales anuales, mientras que hace el 30 por ciento de sus ventas en países como Brasil, Perú, Chile y México. También exporta a Europa productos hechos en Colombia, algo que hace unas décadas era impensable para el sector eléctrico y de comunicaciones en el país.
Para Rossetti, una empresa es una oportunidad para Colombia y se necesitan muchas compañías comprometidas, pues no solo son importantes porque generan empleo, sino porque son un punto de referencia para el entorno, los profesionales, los clientes, los proveedores e incluso los trabajadores. “Nosotros llegamos aquí en una etapa complicada, apostando por algo diferente, corrimos riesgos y hoy vemos que los objetivos se han materializado, formamos una base industrial fuerte y estamos seguros de que podemos seguir contribuyendo de gran manera al país”, asegura el directivo.
En la actualidad, Legrand Colombia, con sus más de 600 colaboradores, es una de las filiales en el mundo que desarrolla sus propios productos. Este es el resultado de la unión del trabajo colombiano con la experiencia de la casa matriz francesa en el sector eléctrico, que genera buena energía para seguir aportándole al país.