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POSTOBÓN - Aliado social

Está entre las que mejor se relaciona con su entorno: tiene una marca de agua que aporta a la educación y alianzas con cultivadores de mora, lulo y mango, para beneficiar la economía agrícola de varias regiones del país.

Cuando Postobón nació en 1904 en Medellín, el negocio de los refrescos florecía en el país; cada región tenía sus propias marcas de gaseosas de propiedad de algunas familias acaudaladas. Muchas de esas empresas desaparecieron con el paso de los años, pero la firma paisa se consolidó en los años sesenta con la entrada como accionista del industrial Carlos Ardila Lülle. Desde ese tiempo, el empresario santandereano trazó su ruta de crecimiento y dio origen a uno de los grupos económicos más relevantes de América Latina: la Organización Ardila Lülle.

Desde entonces, Postobón se ha consolidado como una compañía sólida, con crecimiento rentable, sostenible y generadora de valor para sus grupos de interés, con un alto compromiso con el desarrollo de Colombia, dice Miguel Fernando Escobar Penagos, presidente de la firma. Agrega que el éxito de la empresa tiene su fundamento en el gobierno corporativo. “Nos rige actuar con ética, transparencia y cumplir con el ordenamiento jurídico. Respetar las normas y demostrar con criterio lo que hacemos respalda la generación de confianza y credibilidad ante los grupos de interés”, asegura.

A lo largo de los años, la compañía ha diseñado un sistema de gobierno corporativo enfocado en evaluar, prevenir y mitigar los riesgos de conductas ilícitas como la corrupción, el lavado de activos, la financiación del terrorismo, el conflicto de intereses, la competencia desleal y los comportamientos que atenten contra la ética y la legalidad. El sistema se basa en las buenas prácticas y el autocontrol.

De hecho, pocas compañías como esta han sido reconocidas por el gobierno nacional como empresa activa anticorrupción, gracias al sistema de gobierno corporativo, con altos estándares para prevenir esta práctica. “Nosotros le cerramos las puertas al tema por medio de una filosofía clara: cero tolerancia con la ilegalidad”, dice Escobar Penagos.

Esto ha llevado a Postobón al grupo de las 15 compañías con mejor reputación en el país y a ser una de las más admiradas por los colombianos. También atribuye esos éxitos a su gran fortaleza en comunicaciones corporativas, que abre nuevos canales de difusión para estimular la credibilidad y la confianza.

Para escuchar a sus grupos de interés, en 2015, la compañía desarrolló actividades con las comunidades cercanas a las ochos plantas principales del país, para entender los impactos que generan, optimizar la interacción y planear iniciativas para mejorar los barrios del entorno. Para esto, sus directivos estudiaron los contextos locales, los planes de ordenamiento, los intereses de las personas y asignaron recursos para ejecutar proyectos.

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Miguel Escobar
Presidente de Postobón

Foto: Juan Carlos Sierra

El directivo dice que los hace exitosos la confianza y la credibilidad que tienen por parte de los grupos de interés. Esa confianza y credibilidad va más allá de brindar relaciones comerciales de calidad y un ejemplo claro es lo que hacen con el programa Hit Social Postobón, en el que vinculan a los agricultores de fruta como proveedores, les compran la producción a precios competitivos y les dan oportunidades de desarrollo, inclusión, equidad y productividad.

Con esta iniciativa han nacido 26 asociaciones de productores de mora, lulo y mango en Bolívar, Santander, Risaralda, Valle, Cauca y Tolima, todos cultivadores de base que encuentran dónde vender sus productos, lo que genera 2.187 empleos y 3.810 toneladas de fruta compradas al año a estos emprendedores del campo. El gobierno nacional ha catalogado este programa como una verdadera herramienta para el posconflicto, y por eso mereció el premio Emprender Paz. Este año comenzó a operar su segunda etapa, en la que planean crear nuevos cultivos de mango, mora y guayaba, que beneficiarán a víctimas del conflicto y población vulnerable. La meta apunta a generar cerca de 3.000 empleos.

A esto se suma la presencia en 18 departamentos de programas sociales que vinculan a la comunidad y brindan a la empresa la posibilidad de construir relaciones de valor, sobre las cuales se basa en gran medida el progreso y desarrollo de la gente. Además, aportan a la educación con recursos provenientes de la venta de su marca de agua Oasis.

El orden en el gobierno corporativo y la asertividad en las comunicaciones permiten a Postobón tener un horizonte planeado. Fijó su meta estratégica a 2024: quiere ser una empresa sostenible, con unos fundamentos anticorrupción cada vez más sólidos, pues sabe que los consumidores tienen en gran estima este tema, y que nadie quiere apoyar una firma que no se preocupa por la sostenibilidad y la ética administrativa.

En materia de innovación, un tema presente en la vida cotidiana de la compañía, la meta para 2024 apunta a lograr que el 25 por ciento de sus ingresos provengan de innovaciones. El directivo sostiene que por esto dedican recursos económicos y humanos, y hacen seguimiento a los indicadores permanentemente, para generar estrategias que les permitan alcanzar este objetivo. La innovación es una condición intrínseca en Postobón y el mercado así lo reconoce, asegura, pues crean categorías, marcas y desarrollan canales. “Pero vamos más allá de las innovaciones en el portafolio porque nos gusta mejorar continuamente”, concluye.

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