Con la amenaza latente de la corrupción, las empresas tienen el reto de mejorar sus procesos corporativos para ser más transparentes. Esta compañía barranquillera lo está logrando: ¿cómo lo hace?
En Colombia las compañías siempre han sido muy celosas con su información. En parte lo hacen por miedo a que caiga en manos inescrupulosas, pero también por la posibilidad que ven algunas de evadir el pago de impuestos u ocultar su verdadera realidad. Tanto secretismo ha terminado por jugar, en muchas ocasiones, a favor de ‘carruseles', ‘carteles' y hasta ‘ollas podridas'. Por eso, las empresas colombianas, tanto públicas como privadas, tienen el reto de sacar adelante procesos corporativos cada vez más transparentes que sirvan como antídoto para el flagelo. Y Promigás ofrece un buen ejemplo de las que lo hacen bien.
Por quinto año consecutivo esta firma obtuvo el Reconocimiento IR de la Bolsa de Valores de Colombia por su adopción de las mejores prácticas de gobierno corporativo y por su relacionamiento con los diferentes grupos de interés. "Somos administradores de recursos. Trabajamos con un bien público, por eso tenemos bien arraigado el compromiso de rendir cuentas", advierte Antonio Celia Martínez, presidente de la empresa barranquillera.
Veinte compañías conforman el portafolio de inversiones. Entre ellas está la encargada de transportar el 43 por ciento del gas natural. Es decir, la que hace posible que llegue a unos 3,7 millones de usuarios, el 38 por ciento del mercado nacional. Las cifras son astronómicas: solo en 2016 sus ingresos operacionales superaron los 4 billones de pesos. Una cifra muy por encima de los 1,5 billones de pesos de 2010 y que plantea todo un reto para la empresa en su trazabilidad y control.
Todos los empleados en Promigás se rigen por un programa de cumplimiento, cuyo gerente se certificó como Compliance Profesional ante la Society of Corporate Compliance and Ethics (SCCE). Entre las políticas y procedimientos vigentes se destacan: 1) Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA); 2) Política de Aprobación de Transacciones (PAT); 3) Política Antifraude y Anticorrupción; 4) Manual para la Prevención del Lavado de Activos; 5) Procedimiento para el Manejo de Reportes Confidenciales; y 6) Política de Transacciones con Partes Relacionadas con los Administradores.
El gas se posiciona como el combustible de transición hacia las energías renovables y Promigás está a la cabeza. No solo es de las pocas compañías que aparecen en toda la cadena hasta llegar al consumidor, sino que cada vez logra ampliar su participación en la canasta energética del país, que pasó de 22 por ciento en 2012 a 25 por ciento en 2016. Pero esa no es su única tarea. También se encarga de distribuir y comercializar la energía eléctrica y de ofrecer soluciones para la industria. Actividades que alterna con la incursión en el negocio de gas natural licuado (GNL).
En el país, solo Atlántico, Córdoba, La Guajira y Magdalena tienen cobertura de gas domiciliario al 100 por ciento. Esto se debe a que la penetración del gas natural comenzó en el Caribe hace 40 años, cuando nació la compañía, en el momento en que en la concesión Cicuco encontraron grandes cantidades de gas natural.
Pese a las limitaciones de la época, los industriales consiguieron transportar el combustible hasta Barranquilla y decidieron constituir a Gas Natural Colombiano S. A. La capital del Atlántico fue la primera ciudad en recibir gas natural por intermedio de un gasoducto. Y apenas en la década de los setenta, con la exploración de nuevos campos gasíferos de La Guajira, nació la Promotora de la Interconexión de los Gasoductos de la Costa Atlántica, Promigás.
Aunque el consumo de gas natural en el mundo mantuvo en el último lustro un crecimiento promedio anual de 2 por ciento, un aumento por encima del total del consumo energético mundial, Promigás se abre camino en la región. Un proceso que le queda fácil, pues ostenta el título de la empresa privada transportadora de gas natural más antigua de América Latina. Con la adquisición en 2006 del 40 por ciento de Cálidda, empresa distribuidora en Lima y Callao, se le metió al rancho a Perú impactando hasta 480.000 usuarios. El año pasado invirtió 260 millones de dólares con su filial Quavii para llevar el gas a Trujillo y otras ciudades del norte de Perú.
Para Antonio Celia, el buen desempeño de Promigás se debe, entre otras razones, a la gestión de sus empleados y la cultura organizacional que los rodea. "Es una organización que se ha pulido con el tiempo a partir del conocimiento, el buen trato y un buen ambiente laboral. Partimos de una idea: cuando la gente se siente bien, tiene una mejor noción de servicio y se mueve con una visión de país a largo plazo", explica. Y es que Promigás aplica, como eje primordial, el desarrollo integral de su recurso humano desde lo afectivo, intelectual, social y físico.
Al tiempo que se prepara para incursionar en nuevos mercados continentales con la transformación del GNL en generación eléctrica, se convierte en una de las que mejor reputación ha logrado por sus prácticas transparentes, su relación con sus públicos de interés y su aporte al país.