Quizá una de las grandes fortalezas de este operador es su capacidad para innovar a través de internet, con el que llega a las regiones más apartadas del país.
En agosto de 2014 el sector de las telecomunicaciones sufrió un cambio: se fusionaron Tigo y UNE, dos gigantes de la telefonía móvil y de la televisión respectivamente. Ambos consolidaron un universo de 10 millones de clientes y se pusieron a la par de Claro y Movistar, sus competidores directos. La jugada respondía a dos intereses: igualar a estas dos empresas –que ya ofrecían servicios fijos y móviles a la vez– y seguir la tendencia mundial del sector de telecomunicaciones de ofrecer los servicios convergentes bajo la misma red y en la misma factura, de modo que el cliente se entienda con un solo proveedor. Desde entonces Tigo UNE, el nombre resultante de la fusión, se ha ido posicionando cada vez mejor y hoy es una de las 25 compañías que más le aportan al país.
Desde que surgió, Tigo UNE le ha apostado a la diversidad, algo que Marcelo Cataldo, su presidente, define como el valor de contar con colaboradores no solamente diversos en género y orientación sexual, sino también tener empleados de distintos orígenes, culturas y nacionalidades. De ahí que siete de los quince vicepresidentes del comité primario son de otros países, incluido él, que es paraguayo. Para Cataldo, el trabajador no se puede medir por su diferencia, sino por su capacidad de aportar a la compañía. Por eso, existe un código de ética con cero tolerancia a cualquier forma de acoso laboral y sexual, así como la Línea Ética no solo abierta a los empleados, sino también al público, para denunciar desde acoso y fraude hasta conexiones ilegales.
Solo el año pasado casi 150 denuncias llegaron a la Línea Ética y 13 terminaron en procesos internos y externos, en algunos casos penales o incluso de fraude. A nivel interno, para darles neutralidad a los procesos éticos de Tigo UNE, los comités que evalúan las denuncias tienen un miembro externo que generalmente es director de otra compañía, da su opinión y ejerce su voto sobre los casos estudiados.
Pero quizás el avance más significativo en materia de derechos humanos de esta compañía está en la equidad de género, especialmente en su deseo de incluir a la mujer en el mundo digital. Justo a mediados de febrero, en el marco del Mobile World Congress –el evento de telefonía móvil y accesorios celulares más grande del mundo–, Millicom, uno de los accionistas de Tigo UNE, anunció que se comprometió en todas sus operaciones móviles de Tigo en América Latina y África con la Iniciativa Compromiso Mujeres Conectadas de la GSMA, la Asociación Mundial de Operadores Móviles. Esto se traduce en varios programas de capacitación impulsados por Tigo, con el objetivo de aumentar el uso de datos móviles y servicios de dinero móvil en las mujeres. Por lo pronto, ha aplicado la iniciativa en Guatemala, Honduras y Chad.
Otro de los fuertes de esta firma reside en su obsesión por innovar. Realizó la primera prueba en Colombia de velocidad 5G (hasta el momento la más alta es 4G) en noviembre del año pasado y alcanzó velocidades cien veces más altas que la 4G. Y en octubre de 2017 lanzó Titanium, el data center más moderno de Colombia, según el Uptime Institute, la mayor autoridad a nivel mundial en este campo. Con 10.000 metros cuadrados y una inversión de 14,5 millones de dólares, esta instalación promoverá la economía digital en el país, gracias a los beneficios que ofrece la gestión de datos mediante almacenamiento remoto y computación en la nube. Su tecnología permite a las empresas que guarden allí su información reducir costos en un nivel muy ambicioso: 77 por ciento.
En cuanto a las telecomunicaciones, la herramienta más innovadora de esta compañía obedece a un principio que Cataldo tiene muy claro desde el comienzo: "Si conectar a más colombianos implica ser amigos del ecosistema, lo haremos". De ahí surgió la idea de fusionar contenidos que generalmente compiten: los de televisión con aquellos bajo demanda, es decir, series, documentales y películas usualmente transmitidas en plataformas online bajo el concepto de ‘yo veo lo que quiero, cuando quiero y como quiero'. Esa convergencia se materializó en Tigo Onetv, una plataforma lanzada en octubre del año pasado que les da a los usuarios la oportunidad de grabar aquellos contenidos lineales que, por alguna razón, no pudieron ver.
Internamente, sorprende de esta compañía la manera como identifica e interactúa con sus diferentes grupos de interés. ¿La razón? Comenzaron como una empresa que vendía productos, pero en realidad proporcionaba un servicio.
Por eso, miran el negocio en 360 grados, para ponerles atención a los colaboradores, a los clientes, a los aliados estratégicos, a los proveedores, a los medios de comunicación, socios y, por supuesto, al Estado.
El año pasado, por ejemplo, por medio de un proyecto de uso responsable de la tecnología impactaron a 550.000 clientes a nivel nacional y cada día están más comprometidos con adaptarse a las necesidades de sus colaboradores millennials que tienen otro perfil, vienen por un periodo corto, quieren ascender pronto y no les importa la relación jerárquica dentro de la compañía
Está claro que el futuro de las telecomunicaciones reside en los datos móviles y fijos y esta compañía tiene una ventaja: funciona bien en los dos. De ahí que Tigo UNE tenga el gran desafío de darles el mejor servicio posible de datos a la mayor cantidad de colombianos. Siempre enmarcado en la inclusión femenina, la transparencia y, sobre todo, en la innovación.
Alta contribución
Las empresas de telecomunicaciones como Tigo UNE no solo tienen que pagar impuestos, también tasas y contribuciones.
El pago de impuestos para todas las compañías en Colombia es una de las principales obligaciones a la hora de contribuir social y económicamente al país. Sin embargo, para las empresas de telecomunicaciones va acompañada de otras tasas. "Nosotros pagamos casi el doble en contraprestaciones al gobierno", dice Marcelo Cataldo, quien se refiere a los recursos que anualmente destinan a contribuciones como por ejemplo a la ANTV por la transmisión de televisión; al Fondo de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones del MinTic o a la Superintendencia de Industria y Comercio por el tema de protección al usuario, entre otros. Por eso, desde este sector se impulsa una ley que unifique estos tributos y los haga más sencillos y eficientes de recaudar.