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aportan a Colombia

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“Se pueden hacer negocios al resolver problemas sociales”

Para Mark Kramer, profesor de Harvard y coautor con Michael Porter del libro Creating Shared Value, hay que ir más allá de la filantropía y buscar oportunidades rentables al superar desafíos que conciernen a todos.

Ganar, pero también aportar

Foto: Cortesía Mark Kramer

SEMANA: ¿Qué es y en qué consiste el concepto de generación de valor o valor compartido que ustedes han desarrollado?

MARK KRAMER: Existe una tremenda sinergia entre el éxito corporativo y el bienestar de la sociedad. Las empresas tienen un conjunto de activos ùnicos (recursos financieros, influencia y la capacidad de innovar y crecer) que las posicionan para abordar problemas sociales de una manera que otros actores no pueden. Al adoptar un enfoque de valor compartido, las compañias pueden aprovechar esos activos para impulsar el cambio social al tiempo que aumentan su competitividad y rentabilidad.

SEMANA: ¿Qué ganan las empresas cuando adoptan un modelo de valor compartido?

MARK KRAMER: Las empresas de valor compartido reconocen la interdependencia entre su éxito y el bienestar de la sociedad. Y cuando lo hacen, a menudo encuentran nuevas oportunidades de crecimiento y ganancias que sus competidores han omitido. Después de todo, no todas las utilidades son iguales. Las compañias pueden extraer valor de la sociedad de manera que agoten las oportunidades a futuro; o pueden optar por trabajar para fortalecer las comunidades donde operan, creando un futuro más próspero para ellas y la población.

SEMANA: Para muchas personas, los conceptos de filantropía y valor compartido son lo mismo. ¿Qué los diferencia?

M.K.: La creación de valor compartido consiste en encontrar oportunidades de negocio y ventajas competitivas para ayudar a superar los desafíos sociales y ambientales del mundo a través de las actividades centrales de lucro de la compañia. No trata el papel de las empresas en la sociedad como una cuestión de filantropía o buena voluntad, que es periférica para la empresa. Más bien, reconoce que los problemas sociales afectan la rentabilidad y el éxito de las compañias; y, por el contrario, estas también pueden ser fuerzas poderosas para el progreso social por medio de sus operaciones y elecciones estratégicas.

SEMANA: ¿Cómo se está adoptando este concepto en América Latina y con qué ritmo se está acogiendo o está creciendo entre los empresarios?

M.K.: En el FSG (Institute for Strategy and Competitiveness), en el que trabajamos, realizamos hace poco un análisis de empresas que crean valor compartido en las cinco principales economías de América Latina, incluida Colombia. Allí vimos que las industrias de alimentos y bebidas, extractivas, forestal y de servicios financieros tienen un alto potencial para la creación de valor compartido. Los actores de la industria han abordado varios problemas sociales de gran relevancia en los mercados latinoamericanos: fomenta estilos de vida saludables (incluida nutrición y disminución de la obesidad), impulsa el desarrollo agrícola, mejora la fuerza laboral e incluye grupos históricamente marginados en el desarrollo económico. Sin embargo, la oportunidad de valor compartido en América Latina es enorme y todavía está en gran medida desaprovechada. Esperamos ver más empresas en Colombia y en América Latina que adopten un modelo de valor compartido para resolver los problemas sociales de una manera que aumente el rendimiento de sus negocios.

SEMANA: ¿Qué empresas considera que pueden ser un punto de referencia en aplicación del valor compartido?

M.K.: Una empresa latinoamericana que viene a la mente como líder en valor compartido es Intercorp. Fundada por el ejecutivo peruano Carlos RodrТguez-Pastor, Intercorp es uno de los principales conglomerados comerciales de Perú. En 2009 lanzó Innova Schools, un modelo de escuela privada asequible que ha transformado la educación para la clase media peruana.

SEMANA: ¿Qué hace este modelo para diferenciarse de otras escuelas que posiblemente buscan ir por ese mismo camino?

M.K.: Al abordar las brechas claves en la educación, los estudiantes de las Escuelas Innova reportan puntajes significativamente más altos en las pruebas estandarizadas nacionales; además, muchos han recibido becas en universidades nacionales y mundiales, incluidas Harvard y Princeton. Como resultado de su impacto social, las Escuelas Innova han generado más de 35 millones de dólares en ingresos para Intercorp. Esta ha reinvertido las ganancias para escalar rápidamente la red, que ahora tiene más de 50 escuelas y más de 43.000 estudiantes. Innova está en camino de convertirse en el sistema de escuelas privadas más grande del Perú, al mismo tiempo que aborda el desafío de proporcionar educación asequible y de alta calidad.

SEMANA: ¿Cuáles son las áreas sociales en las que mejor se puede aplicar el valor compartido, para focalizar mejor la ayuda de las empresas?

M.K.: Los problemas sociales más delicados y los sectores empresariales más fuertes varían de una región a otra, por lo que la forma en que las empresas crean valor compartido depende de las comunidades donde operan y de la naturaleza de sus negocios. Creemos que cada negocio en cada región tiene el potencial de crear valor compartido y mejorar su desempeño económico al identificar los problemas sociales que son más importantes para su estrategia y encontrar formas rentables de abordarlos.

SEMANA: ¿Cómo se benefician los Estados de las empresas que adoptan este tipo de visiones?

M.K.: En lugar de tratar a las empresas solo como la causa de los problemas sociales o ambientales, la creación de valor compartido considera el potencial de las compañias para convertirse en actores, junto con los Gobiernos y las ONG, para proporcionar soluciones a los desafíos mundiales. Después de todo, hoy las grandes empresas multinacionales ejercen más influencia sobre los problemas sociales y ambientales que muchos Gobiernos. Y cuando se descubre que un modelo de negocio rentable satisface una necesidad social, puede ampliarse rápidamente por medio del acceso a los mercados de capital convencionales y permanecer económicamente autosuficiente, sin depender de la filantropía o de algún tipo de subsidio gubernamental.

SEMANA: ¿Qué estrategia puede adoptar un Gobierno para promover la solución de los problemas de sus ciudadanos a partir de este modelo?

M.K.: Las empresas pueden aportar su experiencia, recursos e influencia para abordar los desafíos sociales de maneras que otros sectores no pueden. Sin embargo, las compañias no pueden satisfacer las necesidades de la sociedad por sí mismas, y el Gobierno y la sociedad civil aportan otras capacidades que las empresas carecen. El Gobierno puede desempeñar un papel clave en la creación de valor compartido actuando en cinco frentes.

SEMANA: ¿Cuál sería el camino para convertir este tipo de crisis en oportunidades?

M.K.: Primero, el Gobierno puede convocar a los actores clave, incluidas las empresas y los socios potenciales. Segundo, puede compartir conocimientos especializados que ayudan a las empresas a comprender los matices de los desafíos sociales. Tercero, puede mejorar el perfil de riesgo-recompensa del valor compartido mediante herramientas como incentivos fiscales, subsidios o aumentos de ingresos. Cuarto, puede promulgar marcos regulatorios o legales que apoyen el desarrollo de estrategias de valor compartido. Quinto, puede servir como socio operativo para la implementación de estrategias de valor compartido

SEMANA: ¿De qué manera se eliminan las brechas de desigualdad?

M.K.: En muchos países del mundo hemos visto un valor compartido que trabaja para fomentar una mayor equidad e inclusión. En Estados Unidos, varias compañias han fortalecido su ventaja competitiva al trabajar para mejorar la equidad racial. También hemos encontrado ejemplos exitosos de cómo las empresas pueden apoyar el avance de las mujeres en cargos directivos en la industria minorista. El valor compartido puede ser una forma poderosa para que las empresas ayuden a reducir algunas de las inequidades estructurales que mantienen los problemas sociales, con un enfoque particular en la equidad.

SEMANA: ¿En países como los latinoamericanos, que por décadas han cargado el lastre de la desigualdad, qué se debe hacer?

M.K.: Hemos visto ejemplos incipientes de empresas que respaldan la equidad y la inclusiЧn en varios lugares en el ámbito global, incluso en países de América Latina. En Colombia, la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) recientemente publicá dos documentos inspirados en el informe de FSG ‘La ventaja competitiva de la equidad racial’, que destaca a las empresas que descubren que la equidad y la inclusión pueden ser un poderoso impulsor tanto del bienestar social como del éxito empresarial. Este es un buen punto de partida.

“Las empresas de valor compartido reconocen la interdependencia entre su éxito y el bienestar de la sociedad”

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