PELIKAN - Creatividad para toda la vida

Aunque dicen que nadie es profeta en su tierra, ese no es el caso de la compañía alemana Pelikan. A diferencia de muchas otras, es una empresa que mantiene el liderazgo en el mercado de productos escolares tanto en su tierra de origen como en aquellos países hasta donde ha extendido sus alas la marca del pelícano. Y, por supuesto, también sus valores.

Los inicios de esta compañía manufacturera se remontan a 1832, cuando el químico alemán Karl Holleman, cuyo padre era el maestro de pintura del rey Jorge V de Hannover, se percató de que las tintas que utilizaba su padre en la enseñanza del príncipe provenían principalmente de Inglaterra y de Francia.

Esto lo llevó a desarrollar sus propias tintas, que comenzó a distribuir entre sus allegados y su propio padre.

Siendo hijo del maestro del príncipe de Hannover, Holleman empezó a tener mucho reconocimiento en el país. Esto hizo que en 1838, y más exactamente el 28 de abril, el químico emitiera su primera lista de precios para que de manera oficial se diera inicio a la distribución y venta de los productos que él mismo fabricaba.

Holleman se especializó en distintos tipos de tintas y amplió su portafolio de productos. Ya en 1871, el empresario Günther Wagner adquirió la firma y con él empieza un proceso de expansión de la compañía que la llevó a distintos países de Europa.

Con la intención de diferenciar a su empresa de las demás, Wagner registró el nombre con el escudo de armas de su familia como logo principal. Este escudo, que tenía como emblema un pelícano alimentando a sus crías, hizo que la compañía se convirtiera en una de las primeras registradas de Alemania.

Aunque la historia de Pelikan ha estado rodeada de algo de misticismo, también ha sabido mantener los valores que forjaron sus fundadores. Tanto es así que estas mismas ideas llevaron a que en 1959 un grupo de empresarios alemanes cruzaran el Atlántico y llegaran a Colombia con sus productos escolares.

Al ver el gran potencial que tenía en ese momento el país, los empresarios decidieron crear una planta de producción para elaborar y distribuir sus productos en la región.

En sus inicios esta planta, que recientemente cumplió 60 años de operaciones en territorio colombiano, empezó elaborando carretes de tinta para máquinas de escribir, tinta china y papel carbón. Hoy en día los distintos desarrollos tecnológicos han transformado las necesidades y el consumo de las personas, lo que ha llevado a sus directivos a buscar soluciones innovadoras, que se ajusten a las demandas de los productos actuales.

Orgullosa de su historia, Pelikan mantiene muchos de sus valores iniciales. Como lo menciona Yamil Valencia, presidente de la empresa en Colombia, “somos conscientes de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos.

Son 180 años de historia y no queremos ser la generación que dejó caer la compañía, por eso enfocamos nuestro trabajo en la innovación y pensamos nuestros productos que ayudan a la motricidad de los niños”.

Para el directivo, el hecho de que el ser humano sea en esencia gráfico y sus primeras representaciones sean pictóricas es un motivo para elaborar productos que son funcionales en las primeras etapas de desarrollo y se mantienen útiles para las generaciones más adultas.

Precisamente uno de sus eslóganes fue ‘un producto para toda la vida’, y este es un mensaje que la empresa desea mantener. Ser parte de las 25 firmas que más le aportan al país representa un logro muy importante, asegura Valencia.

Atribuye esta distinción al trabajo desarrollado por décadas, y que ha posicionado a la planta en el país como una de las más importantes para el grupo en el ámbito mundial.

Este éxito se ve reflejado en la producción y distribución de productos elaborados en Colombia a países como Rusia y Turquía.

Lo que hace a Pelikan diferente dentro de las industrias manufactureras en el país es su compromiso con la innovación y el desarrollo, que además se enmarca en la calidad de sus productos. De igual forma, la vocación exportadora de la planta hace que esta misma se destaque tanto en el mercado nacional como en el internacional.

Cabe resaltar que, en temporada escolar, pueden alcanzar el 75 por ciento de sus ventas anuales en un solo mes.

La empresa también ha desarrollado un trabajo que la distingue en temas de responsabilidad social. Uno de sus proyectos –‘Cumple con tu papel, recicla ya’– busca generar conciencia sobre el impacto ambiental. Este tiene varias aristas, entre las cuales se destaca la intención de cambiar la manera en que se consumen sus productos.

Por esto ha implementado programas de economía circular, con el fin de disminuir los desperdicios una vez culmina la vida útil de cualquiera de sus artículos. Como explica Valencia, “queremos que cuando un producto cumpla su ciclo de vida los usuarios puedan reutilizar partes de este mismo y evitar generar más desechos”.

Pelikan sobresale también por su trabajo con la comunidad, reflejado en el apoyo que brinda a distintas entidades. Una de ellas es la Fundación Ideal, la cual se dedica a trabajar con personas con diversidad funcional.

Lo que busca la empresa es brindarles la posibilidad de trabajar y valerse por sí mismas. Esto mediante capacitaciones en distintas funciones y labores de producción y gestión.

Su compromiso con sus empleados la convierte en una de las empresas con mejor gestión del recurso humano. La compañía genera 200 empleos directos, y cuenta con una inversión para impulsar el mejor desempeño en las áreas de producción y ventas, mediante la cual también genera cerca de 1.500 empleos indirectos.

Esto se refleja en la diversidad de los trabajadores, ya que al menos el 52 por ciento de sus funcionarios son mujeres cabeza de familia.

SE DESTACA EN TEMAS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL Y EN SU COMPROMISO CON EL DESARROLLO 60 Años cumplió la planta de Pelikan en el país. Empezó elaborando carretes de tinta para máquinas de escribir, tinta china y papel carbón. Pero hoy se ha diversificado y actualizado.

Frente a los retos que le impone la transformación digital, Pelikan trabaja en innovación de manera permanente, con el fin de adaptarse a los cambios para responder a las necesidades de sus clientes, ampliar su portafolio y llegar a nuevos mercados.