Ricoh - No solo buena imagen

Un lema inspiró al japonés Kiyoshi Ichimura cuando fundó en 1936 a la compañía Ricoh: “Ama tu prójimo, ama a tu país y ama tu trabajo”.

No se trataba de una frase de cajón. Era en realidad una filosofía de vida que quedó interiorizada en la cultura empresarial.

La compañía inició sus operaciones con la venta de papel para fotografía, que pronto evolucionó hacia la manufactura de cámaras fotográficas, lentes ópticos y relojes. Sin embargo, solo en 1974 ganaron reconocimiento mundial por el lanzamiento de la primera máquina de fax de alta velocidad para oficinas, llamada Rifax 600S.

Hoy es una organización global con muchos pergaminos. Tiene presencia en 200 países y 92.000 empleados directos. Además, produce impresoras 3D, escáneres y fotocopiadoras multiusos, cámaras, proyectores, tableros interactivos, entre otros, servicios de software y soluciones para la gestión de documentos. Esto da cuenta del proceso de transformación por el que ha pasado la compañía, acompañado de permanente innovación.

En este sentido, Ricoh posee unas 47.000 patentes en el mundo y el año pasado alcanzó ventas globales por unos 18.100 millones de dólares.

Para Camilo Andrés Vivi, gerente de Ricoh Colombia, la empresa tiene en su ADN la evolución constante y la adaptación permanente a las nuevas tecnologías que siempre promovió su fundador, a través de la llamada filosofía de los tres amores o Ricoh’s Way.

El empresario asegura que el objetivo es diseñar soluciones de tecnología a la medida de los clientes, que les permita tener un valor diferencial frente a lo que ofrecen sus competidores. Por esta razón, en esta empresa ningún proyecto es igual al otro.

Así, esperan que la tecnología sea la herramienta de cambio y eficiencia en los procesos que emprenden las firmas para contribuir en su desarrollo y permitirles que exploren todas las líneas del negocio.

Ricoh se destacó este año como una de las 25 empresas que más aportan al país, entre otras razones, por sus buenas prácticas de gobierno corporativo, transparencia y políticas anticorrupción.

Vivi sostiene que las políticas de la empresa son adoptadas desde la casa matriz en Japón y las oficinas regionales en Estados Unidos, y consisten en promover la ética como valor transversal en todos los aspectos del negocio.

Por esta razón, todo proceso en la compañía empieza con una selección rigurosa y adecuada del personal, a través de entrevistas focalizadas en valores y, posteriormente, con un análisis de seguridad.

Luego de la contratación, todos los empleados deben pasar por un proceso de capacitación, que incluye un informe de ética y de las normas que deben conocer y certificar.

Además de contar con un oficial de cumplimiento, encargado de supervisar cómo funcionan los procesos internos, reportan sus operaciones a la OFAC, una oficina de control que forma parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Para el directivo de Ricoh en Colombia, esto ha sido esencial a fin de mantener la naturaleza de la compañía a través de su expansión mundial. “Tener ese control ético asegura la transparencia y buenas prácticas corporativas que existen en Japón”, dice. Destaca, además, la necesidad de convertir dichas políticas en valores imprescindibles tanto en el sector público como en el privado.

Otro de los aspectos que hicieron ganador a Ricoh fue el manejo del talento humano, pues 83 por ciento de los trabajadores son permanentes.

La razón de esto, dice el directivo, es que creen que “para mantener a nuestros empleados satisfechos y con una alta motivación, es necesario que tengan una posición estable en la compañía. Solo así se identificarán y apersonarán de nuestra marca”.

Sin dejar de lado la necesidad de tercerizar cierta fuerza de trabajo, Vivi menciona la importancia de mantener un balance claro.

Por eso, cree que hay que saber cuándo tercerizar. Para la compañía, el balance tiene que ser siempre hacia la contratación directa y es porque requieren empleados que se identifiquen y vivan los valores empresariales.

Otro tema clave en su cultura está relacionado con el cuidado de los empleados y la decisión de proyectar dentro de la compañía un plan de carrera claro. “Lo que tratamos es que nuestra gente sienta que la empresa va a aportar a su desarrollo profesional y personal”, sostiene Vivi.

Por tanto, cuentan con proyectos de capacitación, entre ellos el que se conoce como High Potential, para potencializar en competencias de liderazgo a los empleados, y el Ricoh Learning Institute.

Por ello se lanzaron al ruedo en Colombia con dos servicios de tecnología que son CreatorLab y SmartDoctor.

El primero de ellos ofrece a estudiantes de colegio y de universidad la posibilidad de desarrollar competencias para el siglo XXI, con programas e impresoras 3D.

Ricoh pretende promover la innovación en los jóvenes desde las aulas de clase, con una educación práctica focalizada en un currículum diferenciado.

El segundo brinda soluciones en gestión de información y documentos a clínicas y hospitales en el país. La compañía encontró que los profesionales de la salud pasan tiempo excesivo de su jornada diligenciando documentos.

Para eso desarrollaron SmartDoctor, un software para la comunicación en las instituciones de salud, que es fácil de usar y práctico para compartir información clave en el diagnóstico y tratamiento de pacientes.

Cuenta con una función de dictado que ayuda al doctor a analizar la información que brinda el paciente y los síntomas de forma expedita para proponer posibles diagnósticos, además de una verificación clínica.

La compañía cuenta con un estricto control ético, que incluye supervisión de los procesos internos para garantizar sus prácticas 92.000 empleados en el mundo tiene esta compañía japonesa, presente en 200 países.

La misión de Ricoh no es solo dar la mejor impresión. También entender los cambios y responder a ellos.