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REINO UNIDO ESPANIOL

XXXXXXXX ¿Oxford o Cambridge? “ESTAS DOS UNIVERSIDADES se caracterizan por sus altísimos estándares académicos y por la rivalidad entre ellas, que se inició cuando unos profesores abandonaron el campus de Oxford para fundar a Cambridge. Cuando Oliver Cromwell quiso acabar con la monarquía inglesa e instaurar una república, Oxford se alineó con la monarquía y Cambridge, con el proyecto de república. Cuando un alumno se inscribe en una de ellas, no lo puede hacer en la otra. Al leer The QS World University Rankings, no hay diferencias significativas. En algunos tópicos, Oxford supera ligeramente a Cambridge; en otros, sucede lo contrario. La escogencia que hace un alumno no es en razón de la calidad, sino de la temática que responde a los intereses personales: ¿En cuál de ellas encuentro mejor desarrollada la temática que me interesa y con qué profesor (o profesores) aspiraría trabajar? ”. JORGE HUMBERTO PELÁEZ PIEDRAHÍTA S.J. rector Pontificia Universidad Javeriana. SIEMPRE CABALLEROS Un exembajador de Colombia en el Reino Unido explica los valores que hacen únicos a los británicos. Tuve el privilegio de ser embajador de Colombia ante el Reino Uni-do durante cuatro años en los que aprendí sobre la forma de ser, de pensar y de actuar de los habitan-tes de esa gran nación compuesta por cuatro países (Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y Gales). Si bien es cierto que hay marcadas diferencias entre las culturas de es-tas cuatro sociedades, y en el interior de ellas, es verdad que comparten tres rasgos comunes que describiré. El gran amor por la educación No es accidental que de las diez mejores universidades del mundo cuatro sean britá-nicas (Oxford, Cambridge, LSE, UCL). Des-de hace varios siglos y en tiempos recientes, la calidad de la educación ha sido una gran prioridad social y es de muy buen nivel en la gran mayoría de los casos. Lo más importante es que todos los británicos tienen acceso ga-rantizado y sin costo alguno, en el caso de las universidades públicas. Ese amor por la educación está presente de numerosas formas: centenares de estupendas bibliotecas públicas, miles de conferencias so-bre lo humano y lo divino abiertas al público, foros de debate a tutiplén (siempre respetuo-sos, con argumentos, sobre temas muy inte-resantes), librerías por doquier, excelente pe-riodismo pedagógico (cuya misión es formar, más que informar). Una insaciable curiosidad intelectual y emocional de todos sus ciudada-nos –que va desde sus primeros años hasta el final de sus días– hace de Londres la capital cultural del mundo. El pragmatismo Pensaba yo –con base en mis experiencias profesionales y personales de muchos años– que Estados Unidos era la sociedad más prag-mática del planeta. Pero luego de cuatro años de trabajo en el Reino Unido no me cabe duda de que la medalla de oro es para los británi-cos. Porque no se enredan en discusiones bi-zantinas, no hablan de más, tienen siempre en mente el objetivo final, enfilan sus baterías al logro de resultados concretos, son eclécticos a la hora de buscar soluciones y saben muy bien que una visión que no se convierte en realidad es una quimera inútil. La decencia Lo que más admiro de la sociedad britá-nica es el comportamiento de su gente. Para ellos, lo que verdaderamente importa de una persona no es su formación académica ni su poder, prestigio, dinero, apellidos o aparien-cia física. Es su conducta. Lo que se valora de una persona es su respeto por los demás, su integridad, su apego a la verdad, su palabra de honor, su puntualidad, sus buenos moda-les, su trasparencia. Y su trato igualitario –sin discriminación alguna por cuestiones de raza, género, edad, creencias religiosas o políticas, lugar de origen o condición económica– es un ejemplo para seguir por el resto del mundo. MAURICIO RODRÍGUEZ MÚNERA Exembajador de Colombia en el Reino Unido. 34 Reino Unido


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