La máquina que cuida los ríos
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Según un experto
“La educación será el mejor camino para que el minero artesanal tome conciencia del daño que produce el mercurio y le apueste a estas nuevas técnicas de producción”.
Oseas García Rivera, experto ambiental.
Una técnica desarrollada en la Universidad Nacional disminuye un 25 por ciento el mercurio usado para extraer oro.
Al nordeste de Antioquia, aproximadamente a unos 200 kilómetros de Medellín, están los municipios de Remedios y Segovia, lugares que, por sus malas prácticas de extracción de oro, tiene el tercer mayor índice de contaminación de mercurio en el mundo.
Según la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi), en esta región al año se botaban casi 50 toneladas de este elemento a las cuencas hídricas. Pero el panorama cambió significativamente desde hace tres años con el Proyecto de producción más limpia para la minería artesanal y pequeña, liderado por la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín.
Su premisa es que la minería artesanal minimice en un 25 por ciento el daño que ocasiona el mercurio a través de máquinas especiales (concentradoras gravitacionales), que separan los metales preciosos, que son los más densos, de otros minerales livianos que lo acompañan.
En la actualidad, cerca de 1.500 pequeños mineros de la región han logrado acceder a la capacitación y la maquinaria necesaria para desarrollar estas nuevas técnicas de extracción.
Región en alerta
Por cuenta de la explotación minera en Antioquia otros municipios con niveles críticos de contaminación son Cáceres, Caucasia, El Bagre, Nechí, Tarazá, y Zaragoza. El mercurio que los mineros vierten en las quebradas durante la extracción del oro, desemboca en el río Cauca y posteriormente llega al Magdalena y al mar Caribe. Según el Estudio Nacional del Agua del Ideam la presencia de este metal en el agua genera problemas en las especies y los ecosistemas. Aún se está estudiando qué consecuencias tiene sobre la salud humana.