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Especiales Semana: La Revolución de la Infraestructura

7 Introducción Camino al futuro En el último trimestre de 2013, Ecopetrol copó su capacidad de producción de asfalto. Mientras que en Colombia se consumían normalmente entre 30.000 y 35.000 toneladas de este material, durante octubre y diciembre del año pasado se superaron las 45.000 toneladas. Este es un primer indicativo de que en materia de infraestructura se está construyendo como nunca antes en la historia del país. Así, con un ritmo sin precedentes y grandes transformaciones, se define la apuesta del presidente Juan Manuel Santos desde 2010. Y la estrategia para lograrlo se ha desarrollado desde el Ministerio de Transporte. Primero, con el exministro Germán Cardona, quien abrió la puerta al desarrollo del sector y luego –desde el 3 de septiembre de 2012– Cecilia Álvarez-Correa ha sido la encargada de liderar la reingeniería institucional y poner en marcha los proyectos del gobierno nacional. Gracias a su gestión, los escándalos, las demoras en las obras y la falta de unión institucional son cosas del pasado. Hoy, el ministerio y cada una de sus entidades adscritas tienen una visión intermodal en infraestructura de transporte y trabajan para hacerla realidad, pues más que un país carretero Colombia debe consolidarse como un país con ferrocarriles, puertos, ríos y aeropuertos eficientes. Esta política integral ya cuenta con resultados exitosos. Entre los más sobresa-lientes se cuentan la Ley de Infraestructura, la Ley de Alianzas Público-Privadas y la ley que crea la Agencia Nacional de Seguridad Vial que transformaron por completo la manera como el Estado contrata una obra y los trámites que debe seguir el conce-sionario al momento de realizar un proyecto determinado. Además se logró la partici-pación activa del sector privado, la banca multilateral y los fondos de pensiones. Atrás quedaron los sobrecostos para la Nación y los pagos anticipados del gobierno. Y la inversión no se queda atrás. Entre 2011 y 2014 los recursos destinados a los proyectos de infraestructura llegaron a 28,5 billones de pesos, con una ejecución promedio anual de 7 billones de pesos y solo en los primeros cuatro meses de 2014 el ministerio ejecutó 2,3 billones de pesos. Adicionalmente, desde el Sistema General de Regalías se han invertido en proyectos de infraestructura para el sector transporte más de 3 billones de pesos. Por eso, ejecutar, más que un lema, ha sido el camino. Las Concesiones de Cuarta Generación, las Autopistas de la Prosperidad, los principales corredores viales y todas las obras que necesita el país cuentan con recursos asegurados para su desarrollo. Pues no solo se implementó un mecanismo de contratación justo para las partes, sino que además se garantizó que, en un futuro, las inversiones no procedan solo del presupuesto nacional, sino que haya una real sinergia entre públicos y privados. En infraestructura nunca nada estará totalmente dicho o hecho, pero al menos el panorama para los próximos cinco años está resuelto. Continuar con este programa de inversiones es necesario si se quieren reparar los errores de décadas anteriores. Solo así Colombia llegará a ser un país más competitivo, con menores costos y mayores beneficios para sus ciudadanos.


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