Por Juan Mauricio Ramírez, subdirector de Fedesarrollo
Hace cinco años se hizo un ejercicio liderado desde el Sistema Nacional de Competitividad para pensar el país que queremos en el año 2032. Para ese año se vislumbra a Colombia como una de las tres economías más competitivas de América Latina, con un nivel de ingreso por persona equivalente al que hoy tienen España y Portugal, con una economía exportadora de bienes y servicios de alto valor agregado, elevados niveles de calidad de vida, tasa de pobreza inferior al 10 por ciento y una mayor convergencia regional.
Con respecto a esto último basta saber que hoy el ingreso por habitante de Bogotá es más de cinco veces el de Vaupés. El objetivo es que en 2032 esa diferencia entre la región más rica y la más pobre no sea mayor a 2,5 veces como ocurre en España o Estados Unidos.
Alcanzar esta visión va a depender, principalmente, de las transformaciones que se logren en las regiones. Las ciudades liderarán este proceso como grandes generadoras de innovación y movilidad social. Para ello se consolidarán verdaderas áreas metropolitanas, que hoy en día sólo existen en Medellín y el Valle de Aburrá. Estos esquemas permitirán coordinar decisiones de inversión, prestación de servicios públicos y movilidad entre las grandes ciudades y los municipios circundantes (a diferencia de lo que hoy ocurre, tristemente, en Bogotá). Para cumplir su rol, las ciudades tendrán más autonomía y más instrumentos que aumentarán su músculo presupuestal.
Por otro lado, en los próximos años vamos a ver un fortalecimiento de los departamentos, a lo cual contribuye de manera crucial el nuevo Sistema General de Regalías. Los departamentos tienen el reto de asumir cada vez más el liderazgo y el acompañamiento, en especial a los municipios más pequeños, en temas cruciales de la planeación territorial cuya solución va más allá del municipio, como el uso del suelo y la gestión de cuencas, prevención y gestión del riesgo y la promoción del desarrollo económico.
Debemos ver también una mayor capacidad de coordinación entre el Gobierno Nacional y los entes territoriales, especialmente a nivel departamental y regional. Los contratos plan entre la Nación y los departamentos van a ser cada vez más importantes en la distribución regional de la inversión del Gobierno Central y serán, a la postre, el verdadero Plan de Desarrollo.
En síntesis, en las próximas dos décadas tendremos un país con mayor descentralización, pero también con una mayor coordinación entre el gobierno nacional y las regiones. El reto es que las reglas fiscales aseguren un comportamiento sostenible y responsable de las finanzas territoriales.
Rosario Córdoba
Presidenta del Consejo Privado de Competitividad
Carlos Fernando Galán
Secretario Anticorrupción y Transparencia
Salomón Kalmanovitz
Decano de Economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Esteban Piedrahita
Exdirector de Planeación Nacional
Juan Mauricio Ramírez
Subdirector de Fedesarrollo
Jaime Castro
Exalcalde de Bogotá