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Gerardo Angulo y Carmenza Castañeda (Foto: Archivo Personal)

SECUESTRO

El drama de los abuelos

La pareja fue secuestrada en la vía a La Calera por las Farc. Trece años después, sus hijos siguen buscando sus cuerpos.

 

“La gente creería que uno se dirige a las personas que matan a sus papás con rabia, pero yo no podía tener rabia, tenía que hacerme amigo de ellos”, cuenta Héctor Angulo Castañeda con un nudo en la garganta. Él y sus cuatro hermanos llevan más de 13 años conociendo guerrilleros desmovilizados, hablando con ellos en las cárceles, indagando en la Fiscalía, sin perder la esperanza de que, algún día, alguien les diga dónde están los restos de sus padres.

 

Gerardo Angulo y su esposa, Carmenza Castañeda, fueron secuestrados por el frente 53 de las Farc el 19 de abril de 2000 en el kilómetro 4 vía a La Calera, en las goteras de Bogotá.  Ambos tenían 68 años. Ese secuestro cambió para siempre la vida de sus hijos. “Nuestra familia se desactivó por completo”, cuenta Héctor, “a mi hermano y a un cuñado les tocó salir del país por amenazas y desde entonces todos vivimos en función de encontrar a mis papás”.

 

Tuvieron que esperar ocho años para tener un atisbo de lo que pasó. Uno de los secuestradores cayó preso y confesó lo ocurrido ante un fiscal de Justicia y Paz. “Los separaron del grupo y los asesinaron porque supuestamente mi mamá, que sufría de vena várice, no podía caminar al ritmo de las otras personas. Mi papá no quiso separarse de ella”, cuenta Héctor Angulo.

 

Héctor ha viajado al menos siete veces a San Juanito, Meta, y otras zonas del cañón del río Guatiquía, para buscar los restos. La reparación para él y su familia es poder enterrarlos en paz y hacer, por fin, el duelo. Frente a la Ley de Víctimas su inconformidad es evidente: “Es una cosa irrisoria. Nosotros pagamos 60 millones de pesos por unas pruebas de supervivencia y (el Estado) nos dio 40 millones de pesos hace menos de un año. (...) El hecho es que mis papás no están, no existen y deben estar en alguna parte de esa zona”.

 

 

Clara Rojas, Exsecuestrada y Directora Fundación País Libre