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ESPECIAL RIO MAGDALENA

Tierra a la vista El sector agropecuario del depar-tamento se calcula que entre 1975 y 2008 el total de la pesca anual disminuyó 90 por ciento. 72 del Cesar ha sufrido males que lo han afectado con fuerza, y durante el primer semestre de 2015 tuvo pérdidas por 175.000 mi-llones de pesos. A raíz del fenómeno de El Niño, que golpeó a la región dos años seguidos, la situación se agudizó y los agricultores dejaron de sembrar más de 16.000 hectáreas de maíz, 6.000 hectáreas de arroz se perdieron, 5.000 reses murieron y la producción de leche pasó de 1 millón a 500.000 litros diarios. Las pérdidas alcanzaron el 48 por ciento del PIB agropecuario departamental, e impactaron a más de 45.000 productores, con lo que 80.000 personas quedaron desempleadas. Por eso, el gobierno local diseñó una política de desarrollo rural a largo plazo que, para 2032, pretende haber transformado por completo la eco-nomía de la región. Se trata de Cesar Siembra, un proyecto cuyo objetivo principal “es contribuir al mejora-miento de la calidad de vida de la población rural a través de la planifi-cación efectiva del territorio”, según Carlos Eduardo Campo, secretario de Agricultura y Desarrollo Empresa-rial del departamento. El proyecto se estructura en tres ejes fundamentales: ordenamiento territorial y ambiental, descentralización y desarrollo social, y desarrollo productivo. El primer eje busca aprovechar las bondades propias de la región. El Cesar cuenta con la ventaja de tener en su territorio todos los pisos térmicos, y es el sexto departamento con más tierra para el uso agropecuario, con 640.000 hectáreas sin restricciones. Por eso, una transformación en ese sentido es primordial, y para lograrlo, el depar-tamento diseñó tres planes. El primero es el Plan de Uso del Suelo, firmado con la Unidad de Planificación Rural y Agropecuaria, por medio del cual se analizará la tie-rra para saber qué sembrar y dónde hacerlo, y así darle el uso adecuado. Luego se aplicará el Plan de Irrigación, con el que se busca lograr que el 28 por ciento del departamento tenga sistema de riego, ya que, hasta el momento, solo el 3,9 por ciento cuenta con ello. “El objetivo es mitigar el riesgo de los próximos fenómenos de El Niño, no depender tanto del clima e industrializar los riegos para potenciar los cultivos, porque sin agua el campo no sale adelante”, manifiesta el gober-nador Francisco Ovalle. Los cítricos pertenecen al grupo de 11 cadenas productivas priorizadas por el departamento. Una política de desarrollo rural, por valor de 12,8 billones de pesos, busca fortalecer al sector agropecuario del Cesar, golpeado en los últimos años por la violencia y el cambio climático. foto: fernanado vergara / ap EL RÍO QUE SOMOS


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