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ESPECIAL RIO MAGDALENA

Los acueductos del canal en Bolívar llevan el agua a más de 1.500.000 habitantes del departamento. ello importó de Panamá, en 1922, la enorme draga Ellicott ‘Dique’, sobrante de las obras del Canal Tran-sístmico. En 1923, el Ministerio de Obras Públicas suscribió con la Foun-dation Company un contrato simi-lar al suscrito posteriormente para construir los tajamares de Bocas de Ceniza con la Casa Ulen; es decir, a todo costo, ganando ambas empresas extranjeras un porcentaje de lo inver-tido. Con la draga Ellicott de succión, el canal se amplió desde Calamar hasta Sincerín en 1930, con 35 metros de ancho y 270 curvas. La segunda ampliación y recti-ficación del dique en el siglo XX, lo sacó entre 1951 y 1952 hasta la bahía de Cartagena, obra hecha con simple topografía para traerlo encajonado y conservando su corriente autodra-gante. Pero fue tal la impresión que causó el chorro de aguas turbias car-gadas de sedimento a la bahía, que la Junta de Conservación del Dique abrió aliviaderos hacia la bahía de Barbacoas (en 1958, Matunilla, y en 1961, Lequerica). 83 (1823), Cartagena declinaba año tras año en importancia y pobla-ción, la cual descendió de 20.000 habitantes en 1825 a menos de 8.000 en 1878. Esta decadencia se atribuía naturalmente, a la imposibilidad de navegar desde las bahías de Carta-gena y Barbacoas hasta el río Mag-dalena, cuyo apogeo como la arteria de la patria comenzó con la llegada de los buques de vapor del conce-sionario Juan Bernardo Elbers. Brandsma propuso prefabri-car en Holanda tres grandes esclusas metálicas e instalarlas en sólidas obras de mampostería en Calamar, Sana-guare y Mahates. Como su presu-puesto sobrepasaba las posibilidades de la Nación, Rafael Núñez optó por conectar a la bahía de Cartagena con el río, pero ¡por ferrocarril! En 1889 la Gobernación entregó al norteame-ricano Samuel McConnico tanto la concesión portuaria de la bahía como la del ferrocarril Cartagena-Calamar. En 1893 fue concluido el mue-lle de la Machina, y en 1894, el ferro-carril, comenzando así una era de prosperidad que reversó el declive que traía la Ciudad Heroica desde el desastroso y cruel sitio de Morillo. Los estudios adelantados en el siglo XX para construir el Canal del Dique, en contraste con el de La segunda ampliación y rectificación del dique en el siglo XX lo sacó hasta la bahía de Cartagena, obra hecha con simple topografía para traerlo encajonado. Brandsma, fueron de simple topo-grafía para dragar y crear un canal navegable, hechos por un ‘Junior Engineer’ de dragados (Vander-burgh, 1917 y 1920). El primero de ellos fue construido por la Junta de Limpia y Navegación del Dique. Para en 2011, 27 municipios reportaron no tener funcionamiento de sus plantas de tratamiento de aguas residuales; 180 más informaron no tener ninguna. foto: javier mancera / sin esquinas producciones RÍO ABAJO: BAJO MAGDALENA


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