Muchos equipos conquistan un cupo en la A y luego lo pierden. La Alianza Petrolera no. Desde 2012, se ha ganado un lugar entre los mejores equipos del país. No obstante, construir una afición en una ciudad como Barrancabermeja no es nada fácil.
deslice
Por algo llaman a Barrancabermeja la capital del petróleo. Y no solo es por acoger a la refinería de crudo más grande del país, sino también porque, a pesar de ser una ciudad de menos de 200.000 habitantes y con poca tradición en el fútbol profesional, en ella se halla el yacimiento de uno de los equipos nacionales más fuertes de la última década: la Alianza Petrolera.
Pero no siempre fue así. Antes del siglo XX, pocos hubieran pensado que esa tierra hirviente, rodeada de ciénagas y quebradas, sería clave para el desarrollo energético del país al producir la mayoría del combustible nacional.
De la misma forma, durante décadas los barranqueños no tuvieron conciencia del potencial futbolístico de su ciudad. No fue sino hasta 1991 que un grupo de empleados de empresas petrolíferas concibió el Alianza Petrolera. Pero a pesar del oro negro, tenían que rascar cada peso.
Era un equipo pequeño, de una ciudad pequeña, y para su debut en la B en 1992, alcanzó apenas la novena posición entre 12 competidores.
Cuentan que al principio debían coger la carne que recibían como parte de su salario y repartirla entre los jugadores del equipo para apoyarlos.
Carlos Orlando Ferreiro, presidente del Alianza Petrolera
La perseverancia santandereana –sumada a una importante alianza deportiva con el Atlético Nacional–permitió que en 2012 el Alianza Petrolera se enfrentara cara a cara con el América en la final que definiría el ascenso. Con solo recordarlo, a Roberto Niño, uno de sus hinchas, se le eriza la piel.
Todavía conserva intactos los momentos de su infancia en Barrancabermeja jugando fútbol a más de 30 grados. Tuvo que irse unos años a Venezuela; pero volvió justo a tiempo para el nacimiento del que sería su equipo. Sus amigos de infancia se habían convertido en la plantilla del Alianza. “Muchos vivían en los camerinos, y alguno se desmayó en los entrenamientos porque no había desayunado”, recuerda ‘Robertiño’.
Por eso significó tanto ese penalti que sentenció al América y le dio el ascenso a los orinegros en 2012. Los barranqueños desbordaron las calles ese primero de diciembre.
Ese es el reto que se ha impuesto Ferreira, su presidente, construir un sentimiento.
Desde su triunfo, la Alianza Petrolera se ha ganado un lugar entre los mejores equipos del país, alcanzando los cuadrangulares en varias ocasiones. A pesar de ello, a principios de 2020, después de la mejor temporada de su historia, el presidente Ferreira lanzó en Twitter un mensaje desgarrador: “Soñamos con un equipo grande, triunfante, aguerrido (...) Una tristeza saber que tenemos 17 abonados”.
“Lo que pasa es que Barranca es una ciudad cosmopolita. Aquí el petróleo trajo gente de todo el país, y por eso todos son hinchas de equipos como el América o Nacional”, explica ‘Robertiño. Él mismo solía ser seguidor del cuadro antioqueño. “La gente todavía no entiende que el Alianza Petrolera es nuestro, ¿por qué irse con otros?”. Ese es el reto que se ha impuesto Ferreira; construir un sentimiento.
Para ello, desde su llegada a la presidencia hace cuatro años, realiza tertulias con los fanáticos para oír sus opiniones y comentar los partidos del club, y ha lanzado la academia juvenil en la que ya participan 300 niños y niñas. ‘Robertiño’, de 50 años, claro, sueña con ver al Alianza Petrolera coronado campeón.Pero también con encontrarse a sus vecinos vistiendo la camiseta y gritando a todo pulmón.