Para la mayoría de equipos, ser los primeros colombianos en ganar la Libertadores sería la cima de su historia. Pero para los ‘verdolagas’, eso no era suficiente: vendrían todavía más triunfos. Esta es su historia.
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El Atlético Nacional alcanzó la cima de su historia en 1989. O, al menos, eso fue lo que se pensó durante mucho tiempo. Ese año, la nave ‘verdolaga’ entró en la Copa Libertadores con una tripulación netamente colombiana y demostró al continente la potencia del fútbol nacional. En la final frente al Olimpia de Paraguay, cuando todo se condensó en la tanda de penaltis, una sensación de ingravidez se apoderó de todos. René Higuita detuvo cuatro cobros de cinco y, con ello, el Nacional se elevó hasta lo más alto del cielo: era el primer equipo colombiano en ganar el torneo americano.
Hoy, más de tres décadas después, se suele olvidar que no fue una hazaña predecible. A pesar de sus 42 años de historia, hasta ese día solo había ganado el torneo cuatro veces. La última fue ocho años atrás. La primera, en 1954, una vez finalizado El Dorado. Quizá porque durante aquella época donde los demás competidores contrataban extranjeros al por mayor, el equipo se mantuvo fiel a sus principios y decidió contar únicamente con jugadores colombianos. Ganar ese torneo fue la primera parada de un viaje que insospechadamente llevaría al Nacional hasta las estrellas y que había empezado humildemente en un potrero conocido como ‘la manga de don Pepe’.
En ese lugar –del barrio Buenos Aires de Medellín– apareció el Unión Football Club. Esa, explica el presidente del Nacional, Juan David Pérez, fue la primera pieza del rompecabezas: “Hacia los años cuarenta, el Indulana, otro equipo que pretendía fortalecerse y jugar en la Primera División, se fusiona con el Unión. El nuevo cuadro participa de manera brillante en el amateurismo, se convierte en uno de los representativos de Antioquia y, finalmente, en el Atlético Municipal: la semilla del Nacional”, relata.
El cuadro ‘verdolaga’ pasó del potrero al cielo. Pero si bien para la mayoría de equipos ser los primeros colombianos en ganar la Libertadores sería la cima de su historia, para el Nacional no era suficiente. A partir de 2010, empezó a tejer una verdadera constelación de estrellas: se coronó campeón de la liga hasta en seis ocasiones, ganó cuatro veces la Copa Colombia, y otras dos la Superliga, convirtiéndose en el equipo colombiano más laureado de la historia.
Por eso, para el presidente Pérez, esta última década es la verdadera “época dorada” del equipo antioqueño. Y el astro más importante, el que se forjó por segunda vez en el fuego de la Copa Libertadores de 2016. Con un desempeño incluso mejor que en 1989, Nacional despegó por encima de los gigantes del continente hasta llegar a la final contra el Independiente del Valle, que había eliminado tanto al River Plate como al Boca Juniors. Tras empatar el partido de ida en Ecuador, miles de ‘verdolagas’ desbordaron la nave nodriza el 26 de julio para la revancha. Y cuando Borja metió el gol de la victoria, y Medellín se tornó verde, se dieron cuenta de que su equipo había llegado más allá del cielo al ganar una segunda Libertadores.