Venado cola blanca

Foto: Santiago Rosado.

Así se protegen a los venados de cola blanca

Autor: Wilson Fernando Moreno, médico veterinario, experto en el venado de cola blanca.

El Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, las Corporaciones Autónomas Regionales y la Gobernación de Cundinamarca, junto con campesinos e indígenas, han implementado políticas públicas para el cuidado de esta especie. Aquí se está ‘cazando’ una tradición.

El venado cola blanca (Odocoileus virginianus) es una de las especies de fauna silvestre más representativa de Cundinamarca. Y no solo por su belleza, también por su presencia –ellos están en diferentes pisos térmicos: desde zonas templadas hasta pisos fríos y páramos– y por su importancia en la cadena del reino animal: son un magnífico dispersor de semillas de los pastos y frutos que consume y, además, una presa de preferencia para otras especies como el puma. Los venados son un importante elemento en la transferencia de nutrientes en el proceso trófico, o sea, de nutrición.

Estas características convirtieron a los venados, culturalmente, en una pieza de cacería para alimento y recreación, también como una especie de mansedumbre –como mascotas y atractivos turísticos–. Y lo anterior, unido a la deforestación, al uso de agroquímicos y a la presencia de perros ferales en algunas de sus áreas de distribución natural, ha puesto en riesgo a estos animales. Por eso es necesario definir e implementar estrategias participativas de manejo y conservación.

Una de ellas, por ejemplo, es realizar estudios de ecología poblacional, con el fin de obtener información sobre patrones de distribución, densidad, tendencias poblacionales, proporción de sexos y clases de edad, así como el uso del hábitat y movimiento.

Ahora, dentro de las acciones de conservación que ha desarrollado el gobierno, y que han beneficiado a la especie, sus ecosistemas y a la misma comunidad, se destaca la creación de áreas protegidas; los programas de sensibilización y de educación ambiental; y la realización de estudios relacionados con ecología, cría en cautiverio (zoocría), epidemiología y parasitología, entre otros.

Estos proyectos son, en parte, la evidencia de una política ambiental que se viene construyendo desde hace varios años, en cabeza del Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, seguida por las Corporaciones Autónomas Regionales y las gobernaciones, entre ellas Cundinamarca. Ellos, junto con las necesidades y conocimientos campesinos e indígenas, han propuesto programas donde las comunidades son líderes y participantes activos. Al fin y al cabo, el uso y manejo adecuado de especies requiere también de información sobre la valoración e importancia socioeconómica de los recursos extraídos y de las limitaciones biológicas de las actividades de aprovechamiento.

De esta manera los venados de cola blanca –un símbolo del departamento– son, actualmente, más que una bandera: hoy día representan un himno de la protección y conservación de la fauna.

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