“Decidí estudiar derecho porque siento que con mi profesión voy a transformar la vida de otras personas. Quiero convertirme en una gran abogada de familia. Una profesional que se preocupe porque los derechos de los niños no sean vulnerados y puedan tener oportunidades que mejoren su calidad de vida”. Con estas palabras, Natalia Rincón revela sus metas profesionales a futuro.
Tiene 19 años y en agosto empezará a cursar quinto semestre de derecho en la Universidad Militar Nueva Granada, en Cajicá. Parece que hubiera sido un camino fácil, pero llegar a esta instancia tuvo su costo. Su padre tuvo que endeudarse para pagar la matrícula del primer semestre y después de este nada estaba seguro: graduarse y no graduarse dependía, en gran medida, del dinero.
Natalia Rincón, estudiante de derecho en la Universidad Militar Nueva Granada, en Cajicá, es una de las beneficiarias del Fondo para la Educación Superior "Transformando Vidas".
Foto: Bani Gabriel Ortega.
Sin embargo, una tarde llegó a su correo electrónico información sobre el Fondo para la Educación Superior Transformando Vidas, un proyecto implementado por la Gobernación de Cundinamarca para apoyar la formación profesional de los jóvenes habitantes del territorio.
Y ella cumplía con todos los requisitos. Se había graduado después de 2016, consiguió un buen promedio en el Icfes, su calificación del Sisbén estaba dentro del rango solicitado y su promedio ponderado en la universidad era mayor a 3,8: el mínimo requerido.
Entonces comenzó el proceso de aplicación. Reunió documentos, constancias y certificados y los subió a la plataforma. Luego de casi un mes salieron los resultados y ella estaba dentro de los 50 seleccionados para recibir el beneficio de gratuidad. Es decir, la Gobernación pagaría el ciento por ciento del valor de la matrícula durante sus años de estudio.
“Para mí y para mi familia –dice– el fondo ha sido un apoyo muy grande. De otra manera no hubiera podido continuar con mis estudios. Tengo una gran responsabilidad, pero la afronto con compromiso porque sé que es una oportunidad única. Tengo que aprovecharla al máximo”.
Durante este cuatrienio el departamento de Cundinamarca, a través del Fondo para la Educación Superior “Transformando Vidas”, ha invertido cerca de 50.000 millones de pesos que, a través de las cinco estrategias: gratuidad, matrícula, admisión, transporte y sostenimiento, garantiza el acceso a la formación en los niveles técnico, tecnólogo y profesional. A la fecha se han realizado tres convocatorias y se han gestionado 52 convenios con Instituciones de Educación Superior.
Invertir en el futuro
La Gobernación también ha apoyado programas de articulación entre la educación media y la universitaria. Esto con la finalidad de que los estudiantes tengan una mejor preparación y puedan asegurar un cupo en las universidades del país.
Por un lado, se han favorecido 704 estudiantes de 25 IED en 16 municipios no certificados del departamento, a través de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad), con una inversión de más de 1.550 millones de pesos. Por otro lado las nueve Escuelas Normales del Departamento, que articularon su plan de estudios con los de pregrado de la Universidad Pedagógica Nacional, han apoyado su preparación para postularse al proceso de verificación de condiciones básicas de calidad, lo que benefició a 700 estudiantes de los municipios de Gachetá, Junín, La Palma, Nocaima, Pasca, Quetame, San Bernardo, Villa de San Diego de Ubaté y Villapinzón, con una inversión de 119 millones de pesos.
“Con estas iniciativas estamos asegurando que nuestros jóvenes tengan la oportunidad de convertirse en los nuevos líderes del país. Que asuman retos, cumplan sus sueños y, a la vez, el de tantas familias que ven en sus hijos la esperanza de una mejor sociedad”, concluye María Ruth Hernández, secretaria de Educación de Cundinamarca.