Jorge Machuca, gerente de la Empresa de Licores de Cundinamarca (ELC) resume el éxito de la compañía en una frase: “Aplicar las estrategias administrativas del sector privado en las empresas públicas. Claro está, sin privatizar las compañías”. Esto se traduce en ser cuidadosos en la administración y usar de manera eficiente los recursos públicos. Precisamente esa es la visión que ha contribuido a que la empresa crezca y sea rentable en medio del trago amargo por el que pasa el sector licorero del país.
La estrategia incluye aplicar tecnologías de automatización de la producción, que garantizan la calidad del producto, así como el uso de máquinas etiquetadoras y paletizadoras para aumentar la eficiencia del trabajo de los 135 empleados. Así mismo, se ha desarrollado un programa de reducción de costos con el que se lograron descuentos de 67,8 millones de pesos en la compra de insumos a través de la negociación con proveedores. Y se están implementando sistemas sostenibles para disminuir el gasto de agua y energía eléctrica.
Además, la administración se ha enfocado en renovar el producto. Para ello ha participado en eventos con reconocidos artistas, se ha invertido en promoción con embajadores de marca y se cambió el envase para mejorar la imagen.
“El trabajo ha sido arduo, pero ha valido la pena porque hoy somos más competitivos y estamos preparados para entrar en los mercados internacionales. En pocas palabras, lo que era el sueño de un departamento se ha convertido en la empresa de licores más grande de América Latina”, concluye el gerente de la ELC.
Casa nueva
Después de 15 años de trabajo la fábrica de la Empresa de Licores de Cundinamarca (ELC) se trasladó, en 2016, a la zona industrial ubicada en la vía Siberia-Cota.
Este espacio, de 35.000 metros cuadrados –que hace que la ELC tenga la planta de fabricación de licores más grande de América Latina–, trajo una nueva era de logros para la empresa: aumentó la producción en 20 por ciento, modernizó la planta de tratamiento de agua desmineralizada para la fabricación de rones, y comenzó a funcionar el sistema de solera –un método de añejamiento del licor– que garantiza la calidad del producto.
No para de crecer
Las ganancias de la ELC han aumentado desde 2016 un 328 por ciento. Mientras en ese año eran de 21.000 millones de pesos anuales, hoy día alcanzan los 74.000 millones. Esta es una buena noticia para todo el departamento porque significa que se han transferido, desde hace tres años, por el impuesto al consumo, más de 490.000 millones de pesos para inversión en salud, educación y deportes. Además, en 2018 se lanzó el aguardiente Néctar Club ‘La Justa’, una presentación de 500 mililitros. Y se han abierto nuevos mercados en el departamento de Nariño, Atlántico y Estados Unidos.
De vuelta al ruedo
Después de 30 años el aguardiente Néctar volvió a ser el número uno en la mente de los colombianos. La marca ocupó el primer puesto en el estudio Top of Mind 2019, de la revista Dinero. Así mismo, el aguardiente Néctar Club fue el más vendido en el país en el primer semestre de 2018.
¡A celebrar!
El ron Santafé Nido de Cóndores 12 años obtuvo el máximo galardón en la historia de la compañía, el ‘Prize of Jury 2018’, otorgado por el Instituto Internacional de calidad Monde Selection. El producto fue elegido entre más de 350 licores de todo el mundo por su sabor, innovación y originalidad. Esta es la primera bebida latinoamericana en recibir esa distinción. Además, los aguardientes Néctar Club y Premium recibieron el sello de calidad ‘Grand Gold Award’ de la misma institución.
¡Más verde!
¡El aguardiente Néctar y el ron Santafé se fabricarán con energía solar! La razón: en los próximos meses se instalarán 430 paneles en la cubierta de la nueva planta de producción. De esta forma se ahorrará un 30 por ciento de la electricidad que hoy se emplea. Y lo mejor: la ELC será la primera empresa industrial comercial del Estado en operar con energía fotovoltaica.