Semana: ¿Cuál es la obra o programa que marca la diferencia de su administración con respecto a los anteriores gobiernos?
Jorge Emilio Rey: No nos enfocamos en una sola obra, quisimos responder a las grandes necesidades de los habitantes de Cundinamarca; sin embargo, gracias a la unión de esfuerzos entre la Nación y el departamento, a muchos días con sus noches de trabajo y a un equipo técnico muy comprometido, sin lugar a dudas, es el Regiotram de Occidente la obra que marca y marcará la diferencia entre el nuestro y otros gobiernos.
Regiotram de Occidente no solo quedará en el recuerdo de los cundinamarqueses y bogotanos, sino que será el legado que le abrió las puertas a la llegada de la nueva generación de los trenes de conexión regional a Colombia, ni más ni menos, que el cambio de modelo en términos de transporte masivo. El Regiotram ya es una gran realidad que veremos rodando en 2023.
Después de 30 años y cinco gobiernos, un trabajo de verdadera gobernanza con la Nación dio sus frutos. Entregamos la solución efectiva a la movilidad de los pobladores del occidente de Cundinamarca y de nuestra capital, Bogotá; un sistema eficiente, digno con los usuarios, que mejorará los tiempos de desplazamiento, más cómodo y con cero emisiones de gases contaminantes.
Pero hay otra gran noticia: dejamos contratados los estudios a nivel de factibilidad del Regiotram del Norte para transporte de pasajeros y carga, que será la base técnica, legal y financiera para el futuro gobierno departamental. Otro proyecto que reclaman a gritos millones de cundinamarqueses y bogotanos.
Semana: ¿Por qué quiere que lo recuerden los cundinamarqueses?
J.E.R.: Siempre dijimos que íbamos a salir del edificio de la calle 26, que íbamos a gobernar desde los territorios, desde los 116 municipios, desde las veredas, inspecciones y corregimientos. Y eso fue lo que hicimos. Fuimos el gobierno de la cercanía. Queremos que nos recuerden como una administración cercana y eficiente, que puede mirar a los ciudadanos a los ojos con la misma transparencia, sinceridad y voluntad que el primer día, cuando asumimos la responsabilidad de hacer del nuevo liderazgo una forma de actuar con hechos concretos. Con el programa ‘Gobernador en Casa’ logramos visitar seis veces cada municipio, en promedio, con un kilometraje que antes no se había registrado.
Semana: ¿Y lo más difícil?
J.E.R.: Ejercer la defensa del territorio y los intereses de Cundinamarca trajo algunos palos en la rueda. Particularmente, la sistemática desinformación practicada desde políticos que amparados en su buena imagen heredada y el aliento de sus aliados, han instrumentalizado a los medios de comunicación y el aparato judicial, para crearle a nuestra gente mantos de duda. Es desafortunado porque además de distraer a la opinión de lo importante, mancha de manera irresponsable el buen nombre de personas que ofrecen resultados tangibles sirviendo a los propósitos de la gente. Gracias a Dios la gente sabe quiénes somos.
Semana: ¿Cuál es el mayor desafío de quien llegue a sucederlo?
J.E.R.: A los cundinamarqueses aún nos restan muchos desafíos, pero en el corto plazo, quien me suceda debe continuar ejerciendo una defensa contundente, junto con los demás gobernadores, frente a la autonomía de los departamentos; no permitir el avance de la recentralización; ejercer la lucha para que tributariamente los departamentos se fortalezcan. Que sigan buscando recursos, como lo hicimos ante la Ley de Licores, el PAE o el Sistema General de Regalías, para que los departamentos no productores no perdieran los ingresos. Sin duda, afianzar las relaciones con Bogotá, más que un desafío es una urgente necesidad, ojalá en medio de una mejor atmósfera. Es claro que Cundinamarca avanza por el camino correcto, que en cuatro años no se hacen milagros, pero sin lugar a dudas se debe trabajar sin tregua, de domingo a domingo, las 24 horas, para garantizar que los programas logren llegar a quien verdaderamente los necesita.
Semana: ¿Hoy son mejores las relaciones con Bogotá?
J.E.R.: Actualmente, y como lo fue desde el comienzo, es una relación con diferencias claras y marcadas. Por ejemplo, en temas como el esquema de gobernanza regional, consecuencia de la forma como Bogotá se ha querido imponer en diferentes materias sin consultar la voluntad de los municipios.
Pero es muy importante decirlo, a pesar de ello, sin duda, hemos logrado sacar adelante el mayor número de proyectos para garantizar bienestar a los residentes de esta ciudad-región (Bogotá-Cundinamarca), que de lejos superan los acordados o ejecutados por administraciones anteriores, que quizá pudieran haber tenido menos contrariedades mediáticas, pero, al tiempo, menos desarrollos emblemáticos.
Semana: ¿Y lo que todavía no lo deja dormir tranquilo?
J.E.R.: El llanto de Emanuel, mi pequeño hijo de apenas 3 meses de nacido (risas)... El reloj no para y aún restan muchos temas que requieren de nuestro acompañamiento. Lo que para la comunidad son minutos en el Estado son años, y aquí trabajamos para responder a la voluntad de la gente y en eso nos concentramos.
Vivimos siempre al límite del tiempo, en donde cuatro años resultan poco para ejecutar al ciento por ciento proyectos como el Regiotram de Occidente, el TransMilenio a Soacha, la puesta en funcionamiento del Hospital Regional de Zipaquirá, la doble calzada Zipaquirá-Ubaté-Simijaca, el acueducto La Mesa-Anapoima, la terminación de los 26 megacolegios, los miles de kilómetros de vías nuevas secundarias y terciarias, y, así muchos más. Una lista de 5.000 obras, que esperamos que los cundinamarqueses y colombianos recuerden como legado de cercanía, eficiencia y felicidad.