La gran inversión

Foto: Cesar David Martínez.

Un plan para facilitar el acceso al agua potable

El departamento se destaca por la calidad de su agua potable y por su avance en materia de infraestructura, protección del medioambiente y gestión social.

En los últimos cuatro años Cundinamarca se ha consolidado como el departamento de Colombia que más invierte en agua potable. Su Plan Departamental de Aguas (PDA), además de ser el más robusto del país, es el más eficiente y eso se debe al esfuerzo colectivo de la Gobernación, las alcaldías municipales, las corporaciones autónomas regionales y, por supuesto, a la voluntad y el trabajo de los cundinamarqueses. La gran inversión sirve para fortalecer a los 112 municipios vinculados al PDA en materia de infraestructura, medioambiente, aseguramiento de servicios públicos, gestión del riesgo y gestión social.

El PDA, que se diseñó teniendo en cuenta la capacidad institucional de todas las entidades territoriales, presenta resultados como: desde enero de 2016 se han logrado intervenir 197 acueductos; se han entregado 5.000 unidades sanitarias; se han adquirido 43 camiones compactadores que agilizan la recolección de basura y reducen los niveles de contaminación (con una inversión de más de 16.000 millones de pesos); se han realizado 25 proyectos de mejoramiento de los sistemas de alcantarillado (con una inversión de más de 50.000 millones de pesos); y más de 25.000 personas que antes no tenían acceso al agua potable ahora pueden disfrutar de este servicio las 24 horas.

De acuerdo con el Informe Nacional de Calidad del Agua para Consumo Humano, del Ministerio de Salud y Protección Social, publicado en 2018, Cundinamarca sigue siendo uno de los departamentos con mejor calidad del agua. Además, de sus fuentes fluviales y sus páramos depende el 75 por ciento del abastecimiento de Bogotá.

La administración de este recurso vital es una misión que no permite descanso: la topografía agreste dificulta los proyectos de cobertura, las sequías generan falta de abastecimiento, y las lluvias torrenciales producen afectaciones en el sistema de acueducto. Por esa razón, desde la administración actual se hacen apuestas ambiciosas por un desarrollo sostenible que optimice cada vez más el rendimiento hídrico y evite al máximo el desperdicio.

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