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ESPECIAL RIO MAGDALENA

XXXX foto: león darío peláez / archivo semana Pit ut essinietur rem voluptat que venditate ilissimodio ide volorempos ea pos mollatius rem vel id quodit Algunos expertos afirman que de las actividades relacionadas con la pesca en el río dependen unas 150.000 personas. 125 se capturaba hace 40 años (cerca de 77.000 toneladas anuales), ahora se estima que la degradación ambiental es la causante de los mayores impac-tos sobre las poblaciones de peces y su productividad. Claro que las dos principales especies de peces emblema de la cuenca, como son el bocachico y el bagre rayado están sobrexplotadas y en riesgo, lo que conlleva a clamar por la implementación de su orde-nación pesquera; pero su estado es también respuesta a otros no menos importantes factores como la regula-ción hidrológica y la construcción de embalses, la ocurrencia de eventos climáticos que alteran la dinámica de las poblaciones de peces, la degrada-ción del hábitat tanto por pérdida de planicies inundables como la baja calidad de agua por actividades agropecuarias (incluido el efecto de los búfalos en los playones), la con-taminación y transformación por minería, y la carencia de sistemas eficientes de tratamiento de aguas residuales de casi todos los poblados ribereños. Por último, como no se posee un estudio de impacto ambien-tal relacionado con el proyecto de mejoramiento de la navegabilidad del río Magdalena, salen a flote más preguntas que respuestas acerca de los verdaderos efectos sobre los peces, por la construcción, en pun-tos críticos del río, de infraestructura correctiva. Como si no fuera sufi-ciente, para agravar la situación, las especies invasoras como las tilapias africanas, y ahora un pez asiático conocido como basa, compiten con las vulnerables especies nativas. Es evidente, entonces, que lo que acontece con la pesca está ligado a lo que se desarrolla en la cuenca y no se necesitan eufemismos ni arti-lugios para concluir que su futuro se articula al país (no se nos olvide que cerca del 80 por ciento de la activi-dad productiva nacional se ejerce en la cuenca Magdalena-Cauca). Pero también es por ello que el enfoque de intervención se complica. No podemos tener puntos de vista reduccionistas o simplistas. Sabe-mos que para conservar los peces y su producción son urgentes medi-das de ordenación pesquera como


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