Page 121

SUECIA

 Astrid Lindgren, escritora de literatura infantil. 121 tada desde un motivo local. La geografía sueca es un buen pretexto para que Selma Lagerlöf hable de emociones co-munes a todos los seres humanos. Mientras nos dirigíamos a Junibacken en un tranvía an-tiguo que aún circula dentro de un pequeño circuito de la ciudad, pensé en los libros y personajes de Astrid Lindgren. El vehículo, fabricado en madera, era conducido por un ma-quinista de pelo y bigotes blancos, vestido con un uniforme azul marino impecable, que de manera amable me hacía sen-tir como parte de uno de los cuentos de Astrid. Sus historias y personajes ven al niño como un ser inde-pendiente, capaz de entender el mundo o al menos de hacer preguntas profundas sobre él. No hay soluciones simplistas en ninguna de sus obras. Finalmente, mi tía Lili y yo llegamos a Junibacken. Allí están recreados los escenarios más importantes de la literatura infantil sueca, lo mismo que los de otros autores de la región escandinava. Están los Moomin Troller o bien como los conocemos en español, la familia Mumin, de la autora finlandesa Tove Jansson. Son una especie de troles de aspecto bonachón cuya filosofía de la vida consiste en resolver todo problema a través del diá-logo, así como vivir felices con pocas cosas materiales y permanecer unidos por el afecto… Estos escenarios son espacios creados tal y como aparecen en las ilustraciones de los cuentos y en los que los niños, al igual que los adultos, pueden jugar bien sea entrando en las casas de la familia Mumin o en la de Pi-ppi. En ocasiones, algunos grupos de actores y titiriteros profesionales hacen representaciones para los niños en estos escenarios. Como si ello no fuera suficiente, el mejor sitio del par-que es una especie de estación de tren en la que, dentro de una vitrina, se ve la habitación en la que Astrid Lindgren se sentaba a escribir. Luego se debe esperar la llegada de un funicular para dos personas en el que uno es transportado al mundo de los libros de la autora. Todos estos escenarios, ambientados con luces que se intensifican o disminuyen y con las voces de los personajes, están construidos a una escala proporcional a la mitad del tamaño de un niño de tres años. Las facciones de los muñecos están perfectamen-te esculpidas en un material que parecería ser madera. Llevan vestidos idénticos a los de las ilus-traciones y, para completar, se mue-ven gracias a un mecanismo eléctrico. Si ya la fuerza de la obra de Lindgren es conmovedora, ver a estos personajes animados dentro de este mundo a escala pequeña hace emocionar a cualquiera hasta el grado de quitar el aliento. Uno quisiera volver una y otra vez, o que-darse a vivir allí, me atrevo a decir que para mí sería como estar en el Nangiyala de la historia de Skorpan y Jonatan, los hermanos Corazón de León. Al salir de Junibacken me quedé pensando en estos maravillosos autores que dedicaron su vida a crear obras conmovedoras, tan próximas a esas personas sensibles que lo perciben todo con curiosidad extrema: los niños. Otros autores, como María Gripe (premio Hans Christian Andersen 1974), escribe novelas que hablan de los con-flictos que viven ese grupo de personas que están en ese limbo en el que dejaron de ser niños, pero que aún no son considerados adultos. No en vano fue en estos países –y más precisamente en Dinamarca– en donde nació uno de los grandes inno-vadores del género de la literatura infantil y el cual, con su mirada respetuosa hacia los niños, escribió cuentos de gran calidad literaria que se destacan por poseer no solo gracia narrativa, sino un profundo pensamiento a través de la metáfora. Hablo de Hans Christian Andersen, autor de cuentos como El patito feo, La sirenita o El nuevo traje del Emperador. La emoción que Junibacken dejó en mí, unida a mi per-cepción de Suecia como una cultura en la que las personas son amables y casi siempre hablan en un tono de voz bajo, me llevó a pensar en éste como un país en el que hay auto-res de historias fuertemente ligadas al sentido poético de la vida. Es decir, a la belleza de aquello que no tiene ninguna utilidad práctica.  La serie Pippi Mediaslargas fue creada por la autora sueca Astrid Lindgren. FOTO: JACOB FORSELL/SCANPIX De este laDo Del frío


SUECIA
To see the actual publication please follow the link above