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SUECIA

Una larga amistad 45 VISIÓN HACIA EL FUTURO Suecia se ha convertido en un actor crucial para la paz de Colombia. Su apoyo en temas como género, víctimas y desaparecidos es esencial para el país. ANNIKA OTTERSTEDT Consejera y Jefe de Cooperación de la Embajada de Suecia en Colombia. Después de la firma de un acuerdo de paz en Colombia, la presencia de Suecia seguirá apoyando todo este trabajo de construcción de paz en el país, incluyendo un enfoque en los tres temas -género, víctimas y desaparecidos– según nuestro papel en el nuevo acuerdo. Esto es fundamental para el desarrollo y la sostenibilidad del país. Por esta ra-zón, nuestro trabajo tendrá un enfoque muy fuerte en la sostenibili-dad de la paz, a través del apoyo a los derechos humanos, la igualdad de género, la justicia transicional y un desarrollo sostenible. Por ejemplo, esto se hará a través de apoyo a las víctimas y del proceso de restitución de tierras, incluyendo la cadena de valor del mercado, y del fortalecimiento de la capacidad de los municipios para suminis-trar servicios públicos a nivel local, entre muchos otros. Debido a la necesidad que tienen algunas zonas en el país –tanto hoy como en el futuro– de un mayor desarrollo y de fortalecer la pre-sencia de las entidades estatales, los actores humanitarios tendrán un rol estratégico para contribuir en la transición de la asistencia humanitaria hacia una cooperación para el desarrollo a largo plazo, que contribuya a la resiliencia y al fortalecimiento de las municipali-dades. El trabajo fundamental durante el posconflicto en Colombia estará inevitablemente relacionado con la sostenibilidad ambiental, el cambio climático y el uso de los recursos naturales, en especial de la tierra, los minerales y el agua. Todos estos serán aspectos cen-trales en el diálogo y en la implementación de la cooperación sueca para el desarrollo. Los problemas de género serán priorizados, con especial énfasis en las mujeres como actores claves para una paz duradera y un desarrollo eco-nómico, social y ambientalmente sostenible. Se tendrá en cuenta, además, que el desarrollo tam-bién contribuye al empleo para los jóvenes que constituyen el futuro del país. Colombia tiene tres importantes procesos que se refuerzan mutuamente y que se gestiona-rán en 2016 y en el futuro. Estos son: el proceso de paz y la implementación de los acuerdos de paz, la entrada a la Ocde y el cumplimiento de la Agenda 2030. Suecia apoyará de manera directa los tres procesos a través de: a) Cooperación entre enti-dades gubernamentales colombianas y suecas; b) Respaldo a la sociedad civil como veedora para que las ganancias de la paz, los compromisos de la Ocde y la Agenda 2030 lleguen realmente a mu-jeres, hombres, niñas y niños en las zonas rurales, así como a las zonas vulnerables de las ciudades; c) Ayuda de nuevos instrumentos financieros, como por ejemplo los fondos concursables, para el emprendimiento y negocios innovadores, prés-tamos y garantías. Suecia estará a la vanguardia para que los recursos de la cooperación en Co-lombia se utilicen como un catalizador y generen un capital adicional a través de, por ejemplo, los bancos para el desarrollo e institutos de crédito. En Colombia, Suecia seguirá siendo un ac-tor para la paz y el cambio entre 2016 y 2020. En este período, la política, la cooperación para el desarrollo y la colaboración con las agencias estatales, el sector privado, la academia y el rol de la sociedad civil serán dimensiones diferentes pero entrelazadas en una relación fuerte y a largo plazo entre dos Estados que tienen la posibilidad de desarrollarse de manera equitativa, inclusiva y sostenible, a través de inversiones inteligentes, tanto en las zonas rurales como urbanas. El conflicto siempre fue un obstáculo por su impacto negativo en el pueblo colombiano. Por eso, nos concentramos en los derechos humanos, enfocándonos en el papel que las mujeres desempeñan en los diálogos de paz. En esa lucha teníamos que ser muy persistentes si queríamos lograr que el primer acuerdo de paz a nivel mundial con un enfóque de género se hiciera realidad. Las mujeres hacen parte de la paz, no son solo víctimas de la violencia. A medida que la paz llega a Colombia, podemos usar las experiencias exitosas de regiones donde antes había conflicto. Estoy segura de que nuestros esfuerzos en conjunto para implementar los objetivos globales (Agenda 2030), especialmente el número 16, la paz, serán muy fructíferos .


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