Pionera e Innovadora

La Nacional sigue a la vanguardia de la educación superior al cumplir siglo y medio de vida, sin olvidar su valioso legado ni su compromiso con el futuro del país.

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Pilares del progreso

La Universidad Nacional tiene en los posgrados un motor para la investigación y la formación de excelencia. En la actualidad ofrece 349 maestrías, especializaciones y doctorados.

Desde sus orígenes la Universidad Nacional ha formado grandes profesionales que durante años han contribuido al desarrollo del país. En este proceso, la investigación siempre ha estado presente para ampliar las fronteras del conocimiento y buscar soluciones a las necesidades de la sociedad.

La institución fomentó y fortaleció la investigación en los primeros años por medio de las facultades. Luego, en 1944, creó el Fondo Acumulativo Universitario con recursos destinados exclusivamente al desarrollo y progreso de la actividad científica e investigativa. Y lo complementó con la fundación, un año después, del Centro de Investigación y Divulgación de la universidad. Más tarde, en 1977, llegó el Consejo de Investigación y Desarrollo Científico (Cindec), con el propósito de que esta actividad fuera prioritaria y permanente en la institución.

Poco a poco estos esfuerzos dieron resultados que han beneficiado no solo a la comunidad universitaria sino al país y al mundo. La válvula de Hakim desarrollada en 1966 por el médico Salomón Hakim, ayudó al tratamiento de la hidrocefalia. En 1970, el método Investigación Acción Participativa creado por el sociólogo Orlando Fals Borda cambió la manera de acercarse a la realidad de los grupos sociales, que ya no eran vistos solo como objetos de estudio. El programa Madre Canguro, creado por el doctor Édgar Rey Sanabria en 1978, revolucionó la salud pública del país, pues aumentó la probabilidad de vida de los bebés prematuros. Los anteriores son solo algunos de los grandes desarrollos gestados desde la UN a través de los incentivos otorgados a la investigación.

“La universidad ha sido la primera en el país en reconocer la investigación científica como eje fundamental en la formación académica, sin distinguir ni clasificar el tipo de ciencia o de creación de conocimiento que en ella se desarrolla. La investigación hace parte de los fines misionales de la universidad y se encuentra claramente establecida en sus planes de desarrollo”, manifestó Carmen María Romero Isaza, vicerrectora de Investigación de la Universidad Nacional.

Este plan de desarrollo fundamentado en la investigación se consolidó en 2005, gracias al Consejo Superior Universitario y a la Vicerrectoría de Investigación, que destinaron el 25 por ciento de los recursos de la universidad y el 5 por ciento de los excedentes del servicio de extensión a fomentar la investigación, la creación artística, la innovación y el desarrollo tecnológico.

Como consecuencia, actualmente la universidad cuenta con 570 grupos registrados en Colciencias, que corresponden al 12 por ciento del total del país. De estos, 94 se encuentran clasificados en A1, 109 en la categoría A y 130 en la B, las más altas.

Sin duda, los programas de posgrados, creados a finales del los años sesenta en las sedes de Bogotá, Medellín y Manizales, en las áreas de Ciencias Naturales y Estudios Urbanos, se convirtieron en un motor de la investigación. Y permitieron que la universidad tomara un nuevo rumbo en el que la investigación científica es clave en la formación académica, sin importar el campo del conocimiento.

Con la investigación como un eje misional nacieron las primeras especialidades médicas en 1973. Y entre 1978 y 1988 comenzaron los primeros doctorados en Filosofía, Química, Matemáticas y Física. De ese modo pudieron articular proyectos nacionales y regionales en diversos campos que han sido fundamentales para llevar la enseñanza y el conocimiento a una escala superior.

Los posgrados, además de seguir formando profesionales de la más alta calidad, resultaron muy productivos para la sociedad, vía investigación. Entre 1978 y 2015, la UN ha registrado 1.330 productos tecnológicos, y desde 1992 ha tramitado 123 procesos de patente ante la Superintendencia de Industria y Comercio.

En la actualidad hay 54 programas con acreditación vigente, 16 doctorados y 38 maestrías, y el primer semestre de 2017, la Nacional recibió a 9.875 estudiantes de posgrado en seis sedes de todo el país.

Una gran apuesta

En el futuro, la UN seguirá por ese camino. De hecho, la Vicerrectoría Académica tiene previsto invertir 8.400 millones para mejorar estos programas durante el trienio 2015-2018. A su vez, en estos dos últimos años ha abierto doctorados en Administración y Matemáticas en la sede de Manizales y maestrías en Estructuras, en Inmunología y en Gestión y Desarrollo Rural en las de Medellín y Bogotá. Además de especializaciones en Justicia, Víctimas y Construcción de Paz y Métodos Estadísticos Básicos, también en la sede de la capital.

“Desde 2010, 21 maestrías y doctorados se han presentado a los premios de la Asociación Universitaria Iberoamericana de Posgrado (AUIP), de los cuales 18 han merecido el premio y tres han recibido menciones de honor, lo que muestra que la Universidad Nacional también es reconocida internacionalmente y este proceso tiene que seguir consolidándose”, agregó Gerardo Rodríguez, director Nacional de Programas de Posgrados.

La UN también plantea, hacia el futuro, mejorar la articulación entre el Estado y la empresa, al generar ecosistemas de innovación y spin off que permitan seguir llevando las investigaciones al sector productivo y de esta manera aumentar la competitividad del país.

Sin embargo también tiene que superar grandes retos, y uno de ellos es la financiación. Colciencias ha disminuido el aporte para los estudiantes de doctorado notablemente en los dos últimos años. En las convocatorias de becas para ese nivel de 2013, 2014 y 2015 la UN recibió 284, 314 y 245 becas respectivamente, mientras que para 2016 solo 75. Lo que muestra la falta de inversión del Estado a la educación superior.

Más allá de estos desafíos, queda claro que la Universidad Nacional siempre ha apostado por la investigación como un eje vital del desarrollo de conocimiento, y de igual manera ha sido pionera en el desarrollo de programas de posgrados que han contribuido a mejorar estas investigaciones. Esta es una base sólida para construir la universidad del futuro y el crecimiento del país.

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