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Especiales Semana: La Revolución de la Infraestructura

83 Transporte mulas a menos de que salga una vieja. El Viceministerio de Trans-porte tiene la tarea de chatarrizar 40.000 carros de más de 25 años de antigüedad, y gran parte de la rentabilidad del negocio depende de ello. Esta es la condición con la que han tenido que ingeniárselas los concesionarios. Por eso, para que se modernice el parque automotor y haya más competitividad en el sector, el Ministerio de Transporte creó una bolsa de incentivos para los inversionistas transportadores. Si quieren vender su cupo, se lo reconocen y le dan ideas para invertir en empresa. Pero si desean mantener su cupo y modernizarse, el gobierno aporta 35 millones de pesos para la compra en el concesionario. Ante la deuda que nace para los emprendedores, pues una ‘mula’ nueva puede costar hasta 200 millones de pesos, el gobierno posibilitó créditos con bancos más abiertos para sus perfiles, como Bancóldex, y financiar el 50 por ciento del riesgo a través del Fondo Nacional de Garantías. Sin embargo, Jorge ha pedido créditos a la banca privada y, en sus palabras, le ha ido “muy bien”. En este momento tiene tres leasing con Bancolombia por más de 500 millones de pesos. La cifra no lo asusta: ya tiene a su disposición 12 mulas que le trabajan mes a mes, y tres de ellas son nuevas, pues fue uno de los primeros favorecidos de la opción ‘beneficio + cupo’ que da el ministerio. Hasta que no se cumpla con la tarea de chatarrizar los camiones más viejos de Colombia y modernizar los que se queden, el negocio de transporte va a ser cada vez menos rentable. Es mucha la competencia en carretera, pero la International marrón que reemplazó a la Volvo de Jorge ya entró a apostar. “En un recorrido Medellín-Cali-Barranquilla, hacemos 6 millones de pesos brutos. Un carro de estos puede facturar al mes hasta 30 millones, pero en acpm se va el 70 por ciento. Y a eso súmele peajes, el básico del conductor, y cualquier eventualidad que pueda presentarse”, explica quien también es dueño de una tienda de repuestos para este tipo de vehículos. A pesar de la deuda, todo carro nuevo tiene sus beneficios y el gremio lo sabe. Se gasta menos en combustible y manteni-miento y el tiempo rinde para hacer más viajes. Según datos del ministerio, si se logra una redución del 20 por ciento en el consumo del combustible, se baja el costo por tonelada movilizada en un mínimo de 7 por ciento. Además, las aseguradoras y las empresas confían en un carro como estos y tienden a preferirlos por encima de los obsoletos. Esta es una brecha que el Minis-terio de Transporte quiere reducir y por la que está trabajando. Las crecientes cifras de desintegración y los programas que ha diseñado lo demuestran. La buena fortuna de Jorge es testigo de esto y ella marca un camino por seguir para sus colegas que recién están empezando. A todos ellos –los que duermen donde la noche caiga y comen donde el hambre ataca, los que recorren solitariamente Colombia, en compañía de los sonidos de una radio y un motor– este gobierno promete mejoras en las vías, con los programas de Cuarta Generación, pero sobre todo con una nueva compañera, moderna y efectiva, que los lleve a donde ellos quieran. Las tres modalidades Chatarrizar por cupo: Con el cupo tienen derecho a seguir trabajando, así que pueden mantenerlo para hacer su inversión. Hay quienes escalan de un modelo de los ochenta, a uno de los noventa, y así ganan tiempo. Reposición económica: Se entrega el cupo, que equivale a unos 70 millones de pesos. Ideal para quienes quieren dejar el negocio y quizás invertir en el comercio que tan bien conocen. Beneficio + cupo: El ministerio reconoce, a través de los concesionarios, un beneficio equivalente al 50 por ciento del cupo (alrededor de 35 millones de pesos) para invertir en un vehículo nuevo. Para hacer rentable el transporte de carga se deben chatarrizar los camiones más viejos. Fotos: David Amado


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