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ESPECIAL RIO MAGDALENA

El bocachico es el pescado más solicitado de la amplia oferta gastronómica del municipio. 79 fiestas, como el Festival de la Virgen de la Candelaria, el 2 de febrero, o el Festival del Bollo Limpio, que se hace en mayo en el corregimiento de Madrid, eventos que atraen a perso-nas de toda la región en un encuentro de gastronomía, arte y cultura. Los magangueleños se enor-gullecen en particular de un corre-gimiento: Cascajal, cuna de artesa-nos. Desde hace más de 100 años las cascajaleras han aprendido de sus madres el arte de tejer la palma sará y la palma de coco para la creación de sombreros, abanicos y bolsos. “Crie a mis hijos y les di educación gracias al tejido de palma”, afirma la artesana Alicia Bolívar. Pero Cascajal no es reconocido únicamente por sus artesanías, tam-bién lo es por la ciénaga que lleva su nombre y que los fines de semana se convierte en el escenario perfecto para descansar y refrescarse de los 34 grados centígrados promedio que se sienten en Magangué. La más visitada de las 80 ciénagas que tiene el munici-pio, sin embargo, es Punta Piedra. Dada la riqueza hídrica de Magangué, la Alcaldía le apuesta a la recuperación y conservación de sus cuerpos de agua para después poten-cializarlos turísticamente. Una idea del alcalde Pedro Alí es convertir nueve ciénagas en hidroparques. “El Instituto de Cultura y Turismo de Bolívar y la Alcaldía ven a Magangué como esa ciudad a la que le quieren apostar para el turismo”, afirma William Morales, coordinador de Cultura. Su oficina planea la crea-ción de unos paradores turísticos en diferentes puntos estratégicos. “Serán unos centros que reunirán diferentes atractivos turísticos: habrá gastrono-mía, artesanías y piscinas”, explica. En ese sentido, y debido a la importante influencia de los cuerpos de agua, Magangué es ampliamente visitada por la variedad de sus comi-das. Los platos más solicitados son el pescado –especialmente el boca-chico–, el mote de queso con beren-jena y el bollo limpio. Esas delicias culinarias serían un atractivo por explotar en los paradores, estableci-mientos que además darían trabajo a muchas familias. El proyecto de convertir a Magangué en un destino turístico va de la mano con la escogencia del departamento de Bolívar como sede de los Juegos Nacionales para el año 2019. Pero se pretende, por supuesto, que los atractivos queden para siempre y dinamicen la econo-mía y la cultura. “Debido a esto, queremos impul-sar la zona hotelera y sobre nuestras ciénagas y el río Magdalena hacer pun-tos de entretenimiento para el turismo. La idea es que la gente tenga una razón para visitarnos, además de nuestra gas-tronomía. Aspiramos también a incen-tivar el turismo ecológico y deportivo”, complementa el alcalde. La meta a tres años es que Magangué se consolide, con toda una variada oferta turística, como un punto importante del Caribe por lo que ofrece y no solo por servir como lugar de tránsito a miles de personas que lo atraviesan en su camino hacia otras regiones en busca de diversión, conocimiento y esparcimiento. La apuesta está en recuperar sus cuerpos de agua para después potencializarlos turísticamente. Una idea es convertir nueve ciénagas en hidroparques. foto: christina gómez echavarría


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