Aunque en su momento se creyó que muchas costumbres, edificios, animales y prácticas durarían para siempre, con el paso de los años, y tras hechos históricos relevantes, algunas fueron desapareciendo, dándole paso a nuevas modas, otras tendencias, una actitud más responsable con el medio ambiente y tradiciones que en un tiempo habrán cambiado también.
Imágenes Archivo Acevedo – Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano
Las imágenes a blanco y negro encontradas en el archivo cinematográfico de los hermanos Acevedo dan cuenta de cómo las grandes ciudades eran apenas unas pequeñas villas al despuntar el siglo XX. Este retrato de los paisajes urbanos de Bogotá, Cali y Pasto es hoy una mirada nostálgica a la vida cotidiana de antaño y un documento que nos muestra cuánto hemos cambiado.
Desde 1958 no se volvió a ver un pez graso o ‘runcho’ en la Laguna de Tota, lo que hizo que entrara en la lista de especies endémicas colombianas que se extinguieron. Se cree que su desaparición se debe a la introducción de la trucha arcoíris en su ecosistema en la década del 40.
Imágenes Archivo Acevedo – Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano
La celebración del carnaval data de principios de siglo aunque tiene antecedentes en las celebraciones indígenas de la época colonial. Inició en 1916 y para la década de los veinte se habían incorporado desfiles, competencia deportivas y una mascarada en la cual todos los participantes salían a las calles disfrazados. Comparsas con temas como Gitanos, Lirios de Japón y Highlanders Escoceses se tomaban las calles de la capital. El carnaval fue suspendido en 1930 por malas conductas relacionadas con el abuso alcohol y un intento de revivirlo en 1960 fracasó. Una nueva versión del carnaval se celebró en el 2005, año en el que fue llamado Carnaval de la Diversidad.
A cambio de un buen trago de ron y un plato de comida, los verdaderos juglares vallenatos recorrían los pueblos de la costa caribe colombiana contando historias de la vida cotidiana, para luego convertirlas en cantos. Se cree que a finales del siglo pasado se extinguió esta tradición debido a la comercialización y producción masiva de discos vallenatos, que ya no eran una copia de las vivencias del autor.
En 1982 se confirmó la extinción de esta ave nativa de los lagos y lagunas de Cundinamarca y Boyacá. Se cree que esta especie desapareció por la contaminación producida por el hombre, que empezó a usar las inmediaciones de los cuerpos de agua para cultivar.
En 1951 fue eliminado de las principales calles de Bogotá el tranvía, un sistema de transporte masivo que arrancó en 1884, y que en sus inicios era impulsado por mulas. Luego del ‘Bogotazo’, día en el que se incendiaron algunos vagones, el modelo entró en declive, y pocos años después, durante la alcaldía de Fernando Mazuera, se decidió terminarlo. Hoy se trata de revivir el tranvía en Medellín y nuevamente en Bogotá.
En el año 2008 se declaró oficialmente la extinción de la foca monje del caribe. El último ejemplar fue visto en 1965 en el Archipiélago de San Andrés y Providencia. Su desaparición empezó desde la época de la colonia española, cuando el animal comenzó a ser cazado por su piel.
Considerado en su momento el más lujoso del país, el Hotel Granada fue construido en 1928 sobre la Avenida Jiménez, donde actualmente está la sede del Banco de la República. A pesar de que la edificación sufrió graves daños el 9 de abril de 1948 durante el ‘Bogotazo’, fue solo hasta 1951 cuando fue demolido para construcción del Emisor.
Según el Instituto Von Humboldt, la Masdevallia es una orquídea endémica de Colombia que ya es considerada extinta. Su desaparición se produjo por la pérdida de su hábitat debido a la intervención del hombre. Hoy solo se encuentra en colecciones privadas en el exterior.
Imágenes Archivo Acevedo – Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano
Colombia decidió construir ferrocarriles con la indemnización que le pagó Estados Unidos por la pérdida de Panamá. Con el auge de las carreteras, Colombia dejó de lado los trenes, que fueron protagonistas en la bonanza cafetera. El arquitecto Alberto Escovar explica que hoy solo unas pocas estaciones se conservan como evidencia de que una generación completa pensó que el futuro del país iba de la mano con este sistema de transporte. Aunque se habla de reactivar los ferrocarriles, para ello se requiere una infraestructura completamente nueva, que nada tiene que ver con el pasado.
Antes de convertirse en un centro comercial, Terraza Pasteur era una casona estilo republicana. Aunque no se conoce la razón por la cual sufrió el cambio, algunos especialistas en el tema afirman que los antiguos dueños se enteraron de que la edificación sería declarada de conservación, por lo que lo demolieron y levantaron una construcción más comercial.
