“La Operación Jaque creó condiciones para negociar la paz”

Más allá del espectacular éxito militar, 10 años después no cabe duda que esta hazaña marcó una tendencia estratégica que cambió el equilibrio de la confrontación en el país. En diálogo con SEMANA el presidente Juan Manuel Santos relata lo que la antecedió y se refiere a la frustración que hoy sienten algunos de los que en ella participaron.

SEMANA: ¿Con lujo de detalles recuerda lo que pasó el 2 de julio de 2008?

Juan Manuel Santos.: Viví todo desde mi oficina en el Ministerio de Defensa. Invité a dos personas que no tenían ni idea de lo que estaba pasando: el almirante René Moreno y el director de la Policía, el hoy vicepresidente Óscar Naranjo. Ambos quedaron boquiabiertos cuando les conté. No lo podían creer. Les dije: ‘La operación está en marcha y hay unos tiempos fijos’. Sufrí muchísimo porque todo estaba calculado y el helicóptero en tierra comenzó a demorarse más. Esos fueron los minutos más largos de mi vida. Creí que se estaban demorando porque había problemas. Ahí comencé a imaginar lo peor.

SEMANA: ¿Hubo un plan B en caso de que la operación fallara?

J.M.S.: Sí, pero en ese momento estaba pensando qué le iba a decir al país, a las familias de los secuestrados y de los soldados asesinados por las Farc. Era casi seguro que si todo salía mal los ejecutaban. Por eso, comencé a imaginar varios escenarios, cuando de pronto me dijeron: ¡despegó el helicóptero! Sentí un alivio absoluto y una inmensa felicidad.

SEMANA: ¿Qué tuvo en cuenta para tomar una decisión tan arriesgada?

J.M.S.: Llevábamos muchos años buscando a los secuestrados y había una presión tremenda sobre Colombia. Sacar adelante la operación implicaba correr un riesgo inmenso. Si algo salía mal me habría tocado renunciar. Yo soy bastante arriesgado y me pareció que la operación estaba muy bien diseñada. Al final todo resultó exitoso porque hasta clases de actuación tomaron los que iban en el helicóptero.

SEMANA: ¿En algún momento se contempló atacar los guerrilleros que quedaron abajo?

J.M.S.: Esa fue una de las discusiones que tuvimos. Qué hacer después de que el helicóptero se retiró con los liberados. En el lugar iban a quedar muchos guerrilleros y eso era una tentación. Aunque se pensó mandar aviones que acabaran con ellos, los generales Padilla y Montoya dijeron que no. Esta debía ser una operación completamente limpia. Ahí se empezó a notar la transformación de un paradigma y la forma de operar: respetando los derechos humanos. El rescate ya era un golpe para las Farc y eso las iba a desmoralizar.

SEMANA: ¿Cuál es la génesis de la Operación Jaque?

J.M.S.: Antes de posesionarme como ministro de Defensa hice un viaje a Inglaterra donde fui a ver al primer ministro Tony Blair y le pedí ayuda en algo. La inteligencia británica es una de las que tiene más prestigio en el mundo. Como sabíamos que ese tema iba a ser clave para el futuro del país me puso en contacto con John Scarlett del MI6, era como el jefe de James Bond.

SEMANA: ¿Qué cambió para el país con esa reunión?

J.M.S.: Comprendí que teníamos que unificar las inteligencias porque aquí operaban independientemente. Esa era la única forma de tener la información real para que las operaciones fueran más efectivas. Llevábamos 40 años y hasta ese momento nunca le habíamos llegado a la cúpula de las Farc. En Colombia la inteligencia es controlada por los militares, que son muy rígidos, y la inteligencia de Presidencia no servía, el DAS estaba completamente corrompido. Recomendaron que para hacerla efectiva había que pensarla por fuera de lo normal.

SEMANA: ¿Con los cambios llegaron los resultados?

J.M.S.: No fue fácil unificar las inteligencias porque era un cambio cultural. Cada comandante tenía datos y los guardaba muy bien porque la información es poder. A todos los de inteligencia les dije: ‘Piensen en cosas completamente locas que yo me encargaré de ver si funcionan o no’. Así comenzaron a llegar los resultados que crearon condiciones para negociar la paz. Las operaciones contra Raúl Reyes, el Mono Jojoy, Alfonso Cano, Martín Caballero y el Negro Acacio.

SEMANA.: Pero, ¿en qué momento cocinaron la Operación Jaque?

J.M.S.: Surgió con la idea de dos radistas que durante muchos años escucharon a las Farc. Ellas mismas se refirieron a lo fácil que sería interceptar las comunicaciones de la exguerrilla y engañar a las Farc. La idea fue dar instrucciones haciéndose pasar por las radistas de los comandantes. Así nació la Operación Jaque, producto de ese cambio en la inteligencia de las Fuerzas Armadas.

SEMANA: ¿Cómo reaccionó cuando supo que la operación había tenido éxito?

J.M.S.: De inmediato llamé al presidente Álvaro Uribe, a su esposa y le envié un mensaje a la mía que estaba en París con mi hija, rezando aunque no sabían por qué. Finalmente, llamé a la mamá de Íngrid, a quien días antes había convencido de no viajar a Francia.

SEMANA: ¿Cómo recibió la noticia la familia de la ex candidata presidencial?

J.M.S.: Ese 2 de julio llamé a Yolanda y le recordé las palabras que le había dicho en el sepelio del expresidente López Michelsen. En esa ocasión que nos encontramos ella fue bastante agresiva conmigo. Me dijo: usted cómo dice que quiere a mi hija y no hace nada para sacarla de la selva, la van a asesinar. Yo le respondí: no voy a descansar hasta ver a su hija libre. Por eso cuando la llamé le recordé ese momento y en seguida le dije: ¡está libre! Ella no lo podía creer.

SEMANA: Se cumplen 10 años de esa hazaña la próxima semana, ¿por qué no debemos olvidar esa fecha?

J.M.S.: Fue la operación de inteligencia militar más audaz y efectiva de la historia reciente del mundo. Me lo dijo en una ocasión Larry King, que tenía por hobby estudiar ese tipo de operaciones: ‘esto es como en televisión pero mejor porque no se derramó una sola gota de sangre’.

SEMANA.: ¿Qué significado tuvo la Operación Jaque para el futuro del país?

J.M.S.: Fue un punto de quiebre en la guerra contra las Farc. Con ella les propinamos un duro golpe a la moral y las Fuerzas Armadas ganaron prestigio. Había que debilitar a la guerrilla para que se sentara en la mesa de negociación y lograr un acuerdo. La Operación Jaque contribuyó muchísimo a la paz.

SEMANA: ¿Transformó la forma como se venía desarrollando la guerra?

J.M.S.: No la transformó sino que con ella llegaron una serie de cambios en la historia del país. Desde que era ministro de Defensa ya estaba pensando en el tema de la paz. Siempre fui consciente que este conflicto armado tenía que acabar en una mesa de negociación. No es viable en una guerra asimétrica pretender arrasar y acabar con el último de los enemigos. Incluso, desde el punto de vista que apela al respeto por la vida. Sin embargo, para poder negociar una paz aceptable había hacerlo en una posición de fuerza y todas estas operaciones contribuyeron a crear las condiciones para sentarnos y lograr la paz.

SEMANA.: Varios de los miembros de las Fuerzas Armadas que participaron en la operación no quedaron a gusto con la forma en que les reconocieron su trabajo. De hecho, muchos se retiraron…

J.M.S.: A mí me da mucha tristeza ver que muchos de los que participaron en esta operación, que arriesgaron sus vidas, fueron de cierta forma castigados por sus propios compañeros o por sus superiores. Muchos de ellos ni siquiera recibieron ascensos, cosa que a mí me pareció totalmente contraria a lo que debió haber pasado. Sí hay una frustración en ese sentido y los que participaron tienen razón al sentir muchas de las frustraciones.

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