Buen comienzo, el mejor programa para la primera infancia en Medellín

Para Juan Manuel Restrepo Sánchez, los recuerdos del jardín infantil donde pasó sus primeros años no son muy claros, aunque hay momentos que todavía llegan a su mente, como los juegos con sus amigos en la piscina de pelotas. Sus padres, de vez en cuando, le recuerdan que él completó transición y preescolar gracias al programa ‘Buen Comienzo’.

Ellos se sienten muy orgullosos, pues afirman que lo aprendido en esta etapa ayudó a que actualmente este joven de 17 años sea uno de los estudiantes más destacados de las instituciones oficiales de Medellín. Comprendieron, además, que por medio de la disciplina positiva pudieron generar un entorno saludable en el hogar, consecuente con lo que se vivía en el jardín infantil.

Juan Manuel es uno de los jóvenes que en su niñez se benefició con ‘Buen Comienzo’, un programa creado por la Administración Municipal en 2004 para atender las necesidades de la primera infancia más vulnerable de la capital antioqueña. Hoy, 15 años después, llega a todos los estratos de la ciudad. Solo en 2018, según las cifras de la Secretaría de Educación, se atendieron 82.000 niños y desde sus inicios han sido más de 200.000. En 2019, de acuerdo con Camila Gaviria Barreneche, la directora del Programa, llegan a 88.000 los beneficiarios de atención nutricional, psicosocial y educativa.

Las madres gestantes también hacen parte del programa, pues más de 12.000 de ellas recibieron atención el año pasado y durante este serán alrededor de 15.000.
El acompañamiento se presta desde antes del nacimiento, con jornadas de preparación y atención para las madres, y hasta que el niño cumpla 2 años. Sin embargo, “en los jardines infantiles se reciben bebés de 3 meses en adelante –explica Gaviria–. Queremos fortalecer el desarrollo integral de los niños. Allí permanecen ocho horas diarias, durante las cuales se brinda educación inicial, les cubrimos hasta el 70 por ciento de los requerimientos nutricionales para su pleno desarrollo, los acompañamos en todos los componentes de salud y en protección psicosocial para ellos y sus familias”.
Este servicio se presta en 21 jardines y más de 200 sedes administradas por cerca de 50 entidades aliadas –como cajas de compensación y fundaciones– que operan a través de convenios con la Alcaldía.

Cada uno de estos espacios debe cumplir con una serie de normas muy estrictas para evitar el maltrato infantil, la vulneración de los derechos de los niños, o el fraude al erario. A esto se suman las visitas de los interventores y una reunión mensual de la Directora de ‘Buen Comienzo’ con los delegados de las instituciones contratistas, así como el proyecto ‘Aprendiendo a Cuidarme’, con el que se orienta a niños, niñas y familias sobre los cuidados que deben tener en su entorno ya que la educación que reciben en el hogar es la base para su formación como seres humanos y ciudadanos.
El 93 por ciento de los niños de ‘Buen Comienzo’ ingresa a las escuelas al cumplir los 5 años.

Según Camila Gaviria, ahora pasan más tiempo en los jardines infantiles, a diferencia del calendario escolar. “En administraciones anteriores se hacía un cubrimiento de 198 o 200 días de atención. Hoy nosotros lo hemos llevado a 219, para que los niños tengan menos tiempo por fuera del programa”.
 Precisamente esa atención a edad temprana hizo que Juan Manuel Restrepo lograra convertirse en un estudiante destacado. “Nos acercamos al jardín que queda cerca de la casa, era un lugar chiquito, con un personal muy bueno, y el niño salió de ahí para la escuela, pero iba muy adelantado”, recuerda su padre, Hernán. En 2018 su hijo obtuvo una pasantía en Canadá por ser uno de los alumnos con mejor nivel de inglés de las instituciones educativas oficiales de Medellín.


Juan Manuel recuerda que en Huellitas Creativas, el jardín ubicado cerca del parque de La Milagrosa, al oriente de la ciudad, había una piscina de pelotas. No la olvida porque le parecía un mar gigante de bolas de plástico. En sus ‘olas’ se sumergía acompañado de su mejor amigo. Esas imágenes, esos momentos de aventura y aprendizaje, con otros chicos y de la mano de sus maestros, siempre estarán en su mente para recordarle dónde comenzó y a dónde ha llegado hoy que está terminando el colegio como uno de los mejores estudiantes de su clase.
Gracias a este programa, los niños como Juan Manuel adquieren la disciplina y cuentan con el apoyo para continuar con sus estudios y evitar caer en actos delictivos o adicciones. No es fortuito que hoy Medelllín tenga la deserción escolar más baja de su historia: 2,8 por ciento.