La formación docente es una de las luchas históricas de la educación en Colombia. Los maestros, en agremiaciones, marchas y mesas de trabajo la han demandado incansablemente, no solo para dignificar y profesionalizar su labor, sino también, para mejorar la calidad educativa. La ecuación es simple: entre más formación reciba un profesor mejor será la educación de los estudiantes.
A pesar de los reclamos, las apuestas para fortalecer el tema son aún incipientes. Y aunque por ley existen planes territoriales de formación docente, la financiación para esto es escasa. Sin embargo hay excepciones: en 2003, Medellín creó la Escuela del Maestro y en 2015, se aprobó el Acuerdo Municipal 019 en el cual se adopta la política pública de formación de maestros del municipio de Medellín a través de ‘Mova’, la primera en ser implementada por una ciudad en el país.
desde 2016, se han invertido 8.000 millones de pesos en fromación paara maestros.
Foto: Cortesía Alcaldía de Medellín.
El proyecto tiene tres sedes: la Escuela del Maestro, que se reabrió en 2016; el Vivero STEM+H, un lugar donde se prepara a la comunidad educativa para enfrentar los desafíos de la cuarta revolución industrial (de hecho, en Medellín se encuentra el primer centro para esta revolución en Latinoamérica); y el Centro de Innovación del Maestro (Mova), que se inauguró en 2018.
Todo el proceso ha buscado transformar los saberes, el ejercicio pedagógico, la producción de conocimiento educativo y el bienestar de los profesores. Mova Mova tiene 8.226 metros cuadrados y está ubicado en el Distrito de la Innovación. Cuenta con aulas y espacios experimentales para el cuerpo; con áreas de lectura, arte culinario, creación audiovisual, investigación, ciencias de la vida, bricolaje y expresiones artísticas. También hay zonas verdes, espacios multifuncionales y auditorio.
Allí participan 5.000 maestros por mes, aproximadamente, en procesos de formación continua, intercambio de experiencias y otros eventos. La oferta es amplia: desde talleres de poesía, danza, teatro y clown, cocina y musicoterapia, hasta formación política y reflexiones sobre el poder.
Mova tiene 8.226 metros cuadrados y está ubicado en el Distrito de la Innovación.
Foto: Cortesía Alcaldía de Medellín.
Hay cuatro líneas de formación: desarrollo humano, que invita a repensar las relaciones y reconstruir las acciones de la escuela; formación situada, que quiere poner los saberes en contexto con los problemas sociales y el contexto cultural; investigación educativa, para formar educadores investigadores; y reflexión metodológica, donde se piensan las prácticas de enseñanza para proponer nuevas soluciones.
En palabras de Juan Guillermo Pérez Rojas, director de Mova, “queremos maestros que sean portadores de saberes pedagógicos, didácticos y específicos del área que enseñan. Todo esto para que generen nuevas realidades en Medellín”. Por su parte, el secretario de Educación, Luis Guillermo Patiño Aristizábal asegura que “no podemos pensar en cambiar la educación, si no tenemos mejores docentes. Por eso la ciudad ha tenido siempre estrategias para la formación de los maestros, que no solo incluyen talleres, sino una apuesta por su formación superior”.
Redes de conocimiento
Además de la formación continua, los educadores pueden integrarse en diversas instituciones educativas de la ciudad, como las Redes de Conocimiento Educativo y Pedagógico. Estos son espacios de encuentro, reflexión entre pares y creación académica. Entre ellos hay redes de educación artística, ciencias naturales, ciencias sociales, matemáticas, educación primaria, bilingüismo y TIC.
También hay redes de maestros caminantes, equidad de género en la escuela, etnoeducación y ruralidad, entre otros. “A partir de eso hemos generado eventos para otros colegios, formación para otros maestros y estudiantes. Mova ha permitido divulgar nuestro trabajo investigativo y modificar la práctica pedagógica en el salón de clases… porque escuchar las experiencias de otros sectores lo lleva a uno a repensar el ejercicio docente”, explica Andrés Vélez, profesor de educación media y universitaria, y miembro de la red de ciencias sociales.
Foto: Cortesía Alcaldía de Medellín.
Y es que Mova no es solo un edificio, es toda una política pública que pone en el centro del debate la formación como un proyecto social y como un asunto fundamental de la ciudad. En el último cuatrienio, por ejemplo, se han otorgado 300 becas completas de maestría a los educadores para cursar 33 programas en ocho universidades certificadas.
Hay convocatorias para pasantías internacionales a partir de propuestas investigativas y se realiza la Cátedra Internacional, en alianza con la Fundación Kreanta y el Ayuntamiento de Barcelona, a la que asisten expertos extranjeros en innovación educativa. Lourdes Cardozo Gaibisso, docente de la Universidad ORT, de Uruguay, ha sido una de las conferencistas.
Ella asegura que “está comprobado que los maestros tienen ideas innovadoras los cinco primeros años. Pero luego de eso, si los contextos no los favorecen caen en prácticas tradicionales. Entonces requieren de formación durante toda la vida porque, además, son profesionales con un rol preponderante en la sociedad”.
Precisamente, si se tiene en cuenta esa importancia, desde 2017 se otorga el Reconocimiento ‘Ser Mejor’, que exalta a los maestros, directivas, estudiantes e instituciones por su trabajo transformador en el mejoramiento permanente de la educación.
Así mismo, está a punto de lanzarse la revista digital Mova, con la que se divulgará la producción intelectual y experiencias de los educadores. Y una novedad: en el segundo semestre de 2019, la Alcaldía les entregará a los maestros la tarjeta ‘Maestro Ciudadano Ejemplar’ para descuentos y servicios de bienestar. “Todo esto es el sueño de y para los más de 10.800 maestros de la ciudad de Medellín. Mova se ha convertido en una especie de universidad. Es el centro de formación y experimentación docente más importante del país; es un modelo para replicar”, concluye Patiño.