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Especiales Semana: La Revolución de la Infraestructura

81 Transporte Bancóldex y con el Fondo Nacional de Garantías por 120.000 millones de pesos para lograr tasas subsi-diadas y compensación de riesgo para los futuros dueños. “Están pensadas para los pequeños camioneros que no tienen posibi-lidad de ir a una entidad finan-ciera y que les presten plata”, explica Estupiñán. Así que el Fondo Nacional de Garantías les mitiga hasta el 50 por ciento de su riesgo y Bancóldex les presta a tasas preferenciales. Aunque es necesario que algunos camiones se modernicen, tienen que salir del todo otros tantos para reducir la sobreoferta. El segundo programa del viceministerio le propone al propietario ceder su cupo y por eso el Estado colombiano le reconoce un incentivo económico, equivalente a 70 millones de pesos, el incentivo más alto de la región latinoamericana para sacar un carro de circulación. Para que esos dineros se inviertan de la mejor manera, se han firmado dos convenios: uno con el Fondo Nacional de Ahorro, que asesora en alternativas como la adquisición de un bien o un inmueble, o la financiación de la educación familiar, pues son los escenarios con mayor acogida. El segundo es para los más emprendedores: en alianza con el Minis-terio de Comercio, Industria y Turismo, se le muestra al pequeño inversor qué otro tipo de negocios son interesantes en el mercado actual y que además puedan impulsar la economía. El primer paso para todo trans-portador es acceder al Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), y poner su vehículo a disposición. La Dijin certifica inmediatamente que el vehículo está en las condiciones requeridas y así va a la desintegradora. De allí en adelante es el transportador quien decide si se queda, e invierte en compañía del ministerio para modernizarse, o se va, e incursiona en otro tipo de inversión. se firmaron convenios con BancÓldex y el fondo nacional de Garantías, y loGrar tasas suBsidiadas y compensaciÓn de riesGo para los futuros dueños El cementerio de ‘mulas’ Tocancipá es famosa por los ‘piques’ que aceleran la adrenalina a cientos de kilómetros. Sin embargo, un par de metros más allá del autódromo, funciona una de las acerías más importantes para el proceso de desintegración de vehículos de carga del país. Gerdau Diaco procesa, en condiciones óptimas, más de 20.000 toneladas de chatarra al mes, que van desde una lata de atún o un vehículo cualquiera y los fusiona en gigantes hornos de 1.500 grados centígrados para convertirlos en nuevo material ferroso. El 90 por ciento de un carro puede ser chatarrizado. Con ello se producen nuevas barras, alambrotes, corrugados, lisas, cuadrados, perfiles y mallas que después podrán utilizarse en la construcción de edificios o carreteras. O sea que, un camión Ford del año 72, como el que se ve en la foto, puede convertirse en pequeña parte de las vías de la Cuarta Generación de Concesiones. Las llantas, por otro lado, se reutilizan para construir suelos sintéticos, como los que tienen las canchas de microfútbol, o los parques infantiles. En Tocancipá funciona una de las acerías para el proceso de desintegración de vehículos de carga.


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