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Cuidar de manera integral a nuestras mujeres
Disminuir al máximo el número de muertes por cáncer de cuello uterino en el suroccidente del país es el principal propósito del programa Por Ti Mujer, de la Red de Salud del Centro E.S.E de Cali. El grupo desarrolló un proyecto que mejora la cobertura y el diagnóstico de pacientes con alteraciones en el cuello uterino producidas por el virus del papiloma humano (VPH). Su misión es descubrir a las mujeres con lesiones preinvasivas a tiempo y brindarles una atención oportuna e integral, para luego realizar un seguimiento especial a cada una de ellas. Las usuarias del proyecto son mujeres del régimen subsidiado de la capital y diez municipios del Valle y del departamento del Cauca, quienes hoy cuentan con una mejor oportunidad de diagnóstico y atención. Con este programa, el tiempo entre la toma de una citología y el inicio del tratamiento ha pasado de 130 a 64 días. Esto se ha logrado gracias a que cuentan con un software y una red de atención que optimiza la comunicación y tramitología entre las entidades aseguradoras y el programa.
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“Aquí no nos quedamos con los brazos cruzados”
Este programa funciona en Bogotá y en solo tres años han logrado cifras impresionantes en reducción de tiempo de atención. Antes de implantarlo los pacientes demoraban 6 meses entre la primera cita y el tratamiento oncológico. Hoy esa espera es de apenas 30 días. El modelo de atención abarca la detección temprana de la enfermedad. Esto significa que no se quedan de brazo cruzados esperando a que sus afiliados lleguen con síntomas sino que hacen una búsqueda activa mediante perfiles de riesgo, especialmente en cáncer de mama y cuello uterino. En detección temprana han logrado pasar de 32 por ciento de casos en estadios tempranos a 59 por ciento. Esto significa que son tumores de mejor pronóstico, menos impactos y mayor probabilidad de curación. Para garantizar el tratamiento oportuno cuentan con un software donde están definidos los protocolos de atención. A través de esta tecnología se identifica cuando no se está siguiendo el protocolo: si el paciente no fue a la cita, si el médico no dio alguna orden de examen o si hay demoras. El sistema genera alertas y el grupo busca soluciones para que el tratamiento se cumple en los términos establecidos. Además cuentan con una red articulada de médicos especialistas que trabajan sobre un tratamiento consensuado. Esto evitar que el paciente vaya de un médico a otro y reciba mensajes contradictorios.
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Porque los niños no deben morir de cáncer
El cáncer infantil es una enfermedad curable si se tiene un diagnóstico y tratamiento oportuno. En países desarrollados, 9 de cada 10 niños sobrevive a este mal. A pesar de este buen panorama, en Colombia solo el 50 por ciento de ellos se cura debido a las barreras de acceso que los pequeños y sus familias tienen que superar para ser atendidos. La unidad de oncohematología pediátrica del Hospital de la Misericordia, HOMI, es un oasis en medio de ese desierto, pues gracias a un programa integral que trata de derribar esas barreras han logrado indicadores en salud parecidos a los de los países desarrollados. En el tratamiento de la leucemia linfoide aguda, el tumor infantil más común, han logrado tasas de sobrevida a dos años del 79 por ciento. Es por esto que hoy el HOMI es un referente nacional en el tratamiento y cuidado del cáncer de niños.
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No hay tiempo que perder
Según el Ministerio de Salud, entre la primera cita y el diagnóstico un paciente con cáncer en Colombia demora de 50 a 90 días. En Hemato Oncólogos, una IPS ubicada en Cali, es apenas siete días. Esto obedece a un modelo de atención que lo integra en un círculo de oportunidad en donde no se pierde tiempo, ni recursos en las diferentes fases de la ruta de atención: el diagnóstico, seguimiento, tratamiento y rehabilitación. Brindar atención oportuna y hacer un seguimiento a los pacientes les ha permitido además disminuir el costo del manejo de la enfermedad hasta en un 40 por ciento. Para lograr esta atención integral no solo cuentan con un grupo de especialistas, sino con un equipo de ‘navegadores’ que se encargan de hacer la tramitología por los pacientes. Así, ellos solo tienen que preocuparse por su recuperación. Entre sus pacientes hay afiliados del sistema de salud, otros privados, así como de regímenes especiales, la mayoría de ellos provenientes del suroccidente colombiano.