El atleta Arnovis Dalmero participó desde su infancia en los Supérate Intercolegiados. Su generación, con el apoyo de Coldeportes, comienza a cosechar triunfos en competencias de alto rendimiento.
Arnovis Dalmero y su padre no lo podían creer. Con su medalla de plata y su marca de 15,05 metros en la modalidad de salto triple de los Supérate Intercolegiados de noviembre de 2016, se preclasificó al Mundial Juvenil de Nairobi (Kenia). No podían creer que unos juegos estudiantiles pudieran ponerlo a un paso de una competencia a nivel mundial. Desde ese momento, Dalmero, un samario que comenzó a practicar el atletismo desde los 11 años, tuvo que participar en otras competencias en salto largo y triple para clasificar. En todas ellas tuvo una destacada participación como en el Campeonato Sudamericano de Atletismo Sub-20 de junio de 2017 en Guyana, en el que obtuvo la medalla de plata en salto triple.
A sus 17 años, Dalmero es una revelación del atletismo y una promesa que podría lograr importantes victorias en los Olímpicos de Tokio de 2020. Forma parte de una nueva generación de jóvenes que comienzan su vida deportiva en el programa Supérate de Coldeportes, que desde 2012 busca fomentar la práctica deportiva de niños y adolescentes de 7 a 17 años, en especial de los más vulnerables, a partir de competencias municipales, regionales y nacionales.
Así como otros jóvenes interesados en el deporte, pero sin recursos para practicarlo, Dalmero proviene de una humilde familia samaria conformada por padre, madre, una hermana y un hermano. Su papá, don Arnovis Dalmero, levantó a sus hijos con un puesto de frutas y jugos que tiene en las temporadas altas en El Rodadero y con los pesos que le deja su mototaxi en Santa Marta.
Don Arnovis y los profesores de educación física de la infancia siempre vieron en el niño un talento innato para el atletismo, así que decidieron entrenarlo según sus conocimientos. Pero el verdadero empujón llegó en bachillerato, cuando Arnovis pudo participar con éxito en los Supérate Intercolegiados de 2014. Un año después descubrieron sus aptitudes para el salto largo y triple, así que con un nuevo entrenador, comenzó una preparación exhaustiva para el ciclo de competencias de 2016.
“Por lo general salía a entrenar de 7 a 9 de la mañana, regresaba a hacer tareas y a las 12:30 me iba al colegio. Volvía a las 6:30 de la tarde, me cambiaba y me iba para la Universidad del Magdalena hasta las 9 de la noche”, cuenta Arnovis sobre su rutina de entrenamiento.
Y los resultados se vieron en pocos meses. El joven atleta registró una marca menor a los 16 metros. Aquí radica otro de los pilares de Supérate. El programa no solo busca brindar el derecho constitucional de los jóvenes al deporte y a la recreación, sino que con los participantes sobresalientes inicia un proceso de preparación para convertirlos en deportistas de alto rendimiento.
“Lo bonito de Supérate es que cumplimos el propósito de lograr una inclusión y de asegurarles el derecho al deporte a los niños de Colombia. En nuestras competencias participan jóvenes de los lugares más remotos donde ni siquiera hay buenas instalaciones deportivas. Pero al mismo tiempo comenzamos a entrenar a los participantes en los que vemos aptitudes y actitudes”, comenta Daniela Hernández, directora del programa Supérate
Tras la medalla de bronce obtenida en Kenia, Arnovis cosechó más triunfos durante todo el semestre de 2017. Participó en los XVIII Juegos Bolivarianos en los que ocupó el séptimo lugar en salto largo. Una posición destacada si se tiene en cuenta que era uno de los participantes con menor experiencia en las grandes ligas de la región. Luego obtuvo una de sus mayores alegrías. Alcanzó la medalla de oro en salto largo y triple en los Supérate Intercolegiados Nacionales 2017. Ese triunfo lo hizo acreedor a un crédito condonable con el Icetex de 40 millones para estudiar en cualquier universidad.
Arnovis acaba de graduarse del colegio y con el incentivo de Coldeportes decidió estudiar licenciatura en educación física en la Universidad del Magdalena. Pero al mismo tiempo seguirá entrenando para el circuito competitivo de 2018. A corto plazo tiene en la mira los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla y espera en los próximos dos años culminar su preparación para representar al país en los Olímpicos de Tokio. Por su parte, don Arnovis continuará apoyando a su hijo que es su mayor orgullo: “Desde pequeño lo he acompañado a todas sus competencias, es un joven muy veloz que avanza muy rápido, tiene solo 17 años y ha cosechado muchos triunfos. Estoy seguro de que seguirá así porque ha formado una disciplina muy fuerte”.
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