Por: Clara Luz Roldán
Directora de Coldeportes
El trabajo de campo es fundamental en cualquier actividad de la vida, empaparse de la realidad de forma vivencial resulta fundamental a la hora de trazarse grandes objetivos. Lo es el trabajo rural para el futuro médico o la reportería en el periodismo. De igual manera, en el caso del dirigente, se requiere de experiencia y preparación para asumir la responsabilidad que se le encomienda.
Tal vez, si no me hubiese formado primero en la región para luego afrontar el inmenso reto de liderar el deporte colombiano, los resultados no habrían sido los mismos. Cuando el señor presidente Juan Manuel Santos me nombró directora de Coldeportes, entendí que los primeros pasos de la gestión debían darse firme y en distintas direcciones.
En realidad, partir de un punto central hacia todas las regiones del país. No esperar a que llegasen a la entidad las habituales necesidades, sino proponer oportunidades de transformación a través de los distintos programas que lidera la entidad y que no solo apuntan al alto rendimiento deportivo, como algunos podrían pensar, sino que también incluyen tener una sociedad físicamente activa, recreada y que sepa aprovechar al máximo el tiempo libre.
Trabajamos, en definitiva, por una mejor Colombia. Nos preparamos, como cualquier atleta, hacia la más alta exigencia, para el momento histórico que vive el país, el del posconflicto. Con Deporte, Convivencia y Paz, que empezó a implementarse en 2010, les hemos ofrecido nuevas alternativas a la población más vulnerada y amenazada por la violencia.
Fuimos la primera entidad estatal en hacer presencia en todas las zonas veredales de normalización y transición, hoy denominados espacios territoriales de capacitación y reincorporación, donde se encuentran las personas del proceso de readaptación a la vida civil. Con 33 monitores y 26 promotores contratados, invitamos a esos compatriotas a que desarmaran sus almas para renovarse con deporte y recreación.
También nos la jugamos por una Colombia pacífica con las Escuelas Deportivas para la Paz, que impactan en los cuatro departamentos del Pacífico colombiano y el de Putumayo, con 8.197 personas atendidas. Y si de cifras se trata, a toda la población le llegamos cada vez más y, lo mejor, con mayor impacto. Desde nuestros niños y jóvenes gracias al programa Supérate Intercolegiados, el cual bordea los 4 millones de inscritos en toda la geografía nacional, con la participación de 9.848 instituciones educativas que compiten en los 1.102 municipios del país.
De igual manera, el adulto mayor no solo merece respeto, también nuestro cuidado y atención. Con Nuevo Comienzo, que se implementa desde 1999, ya hay un total de 177.985 personas vinculadas en 748 procesos y encuentros municipales, además de 35 de orden departamental, distrital y zonal.
En cuanto a la actividad física se refiere, con la promoción de hábitos y estilos de vida saludable se busca aumentar su prevalencia en Colombia. Este año, por ejemplo, a través del fortalecimiento de los 40 programas territoriales se ha impactado a más de 2 millones de personas.
Gracias al deporte social comunitario y su promoción de prácticas deportivas autóctonas convencionales y adaptadas, se ha logrado llegar a todos los departamentos. Esa perspectiva nos permitió buscar nuevos proyectos hacia un mejor acercamiento.
Fue así como nació Coldeportes en las Regiones, para fortalecer y ampliar el horizonte institucional en los diferentes territorios del país. Con capacitaciones teóricas y prácticas, se ha promovido el sector.
Ya son 16 departamentos beneficiados y 28.372 personas intervenidas. Impulso suficiente para trabajar igualmente por un deporte más organizado, amparado por la transparencia, valor fundamental de nuestra administración.
Con capacitación y asesoría permanente a los organismos del sector en legislación deportiva, financiera y contable, normas NIIF, marketing deportivo y gobierno corporativo por parte de Inspección, Vigilancia y Control, se cumplieron 11 encuentros académicos en el país con un millar de participantes certificados.
Como lo he leído en las redes sociales, son datos y hay que darlos. Pero más allá de las cifras esperanzadoras, para que el deporte nos haya convertido en referentes continentales, la actividad física sea una costumbre masificada en el país, la recreación más que una alternativa y el aprovechamiento del tiempo libre una realidad, contamos con unos aliados tan necesarios como incondicionales: los entes departamentales.
Sin ellos no encontraríamos eco a nuestras iniciativas y es justamente gracias a su confianza que fortalecemos otro valor fundamental para llevar a cabo cualquier propósito: el trabajo en equipo.
En Coldeportes siempre habrá metas por superar, pero con una consigna que, de paso, distingue al verdadero líder, la de optimizar los recursos. A veces solo se asocia al factor económico, cuando en realidad hay uno mucho más importante y, sobre todo, determinante: el human
Clara Luz Roldán González
Directora del Departamento Administrativo del Deporte, la Recreación, la Actividad Física y el Aprovechamiento del Tiempo Libre -Coldeportes-
Tras la contundente victoria de la delegación colombiana en los XVIII Juegos Bolivarianos, con 460 medallas, Coldeportes comenzó la estrategia para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Lo que empieza bien termina bien. Bajo ese lema, Coldeportes, la ciudad de Santa Marta y los atletas colombianos realizaron unos impecables XVIII Juegos Bolivarianos. La historia los recordará por la calidad de los escenarios, la buena organización y el acompañamiento de la gente, pero sobre todo por la contundencia de los atletas, que dominaron las justas de principio a fin.
Con gran orgullo y emoción los colombianos presenciaron las hazañas de los atletas colombianos en los Bolivarianos, que ganaron por segunda vez los Juegos y consiguieron 460 medallas de las cuales 213 son doradas. El poderío de la delegación nacional quedó evidenciado en la amplia diferencia que le sacó al resto de países participantes. Venezuela, que logró el segundo puesto, solo pudo cosechar 94 medallas de oro, 119 menos que Colombia.
“El balance en lo deportivo es positivo para el país. El resultado puede que a muchos les parezca atípico, no tengo claros los factores de rendimiento de los otros países, pero el nuestro obedece a una gran preparación que hemos realizado con cada uno de nuestros atletas. Estamos trabajando bien pensando en Tokio 2020 y tenemos una buena base selectiva para la clasificación a estas justas”, manifestó Baltazar Medina, presidente del Comité Olímpico Colombiano.
El país también triunfó en cuanto a la organización del certamen y el apoyo de los espectadores, que se hicieron sentir en cada una de las competencias, tanto en Santa Marta como en las subsedes de Cali y Bogotá. Los 1.200 voluntarios conformaron un extraordinario equipo que permitió el desarrollo exitoso de las justas.
Para el director de los Juegos Bolivarianos, Luis Guillermo Rubio, estas competencias serán recordadas “como un hecho histórico. Aunque al principio los Juegos tuvieron contratiempos y piedras en el camino, la labor de la Alcaldía de Santa Marta y el manejo transparente de los recursos públicos sacaron adelante los Bolivarianos. Además, la organización fue impecable gracias al trabajo en equipo que hicimos con Coldeportes y el Comité Olímpico Colombiano, y la participación masiva de los samarios que permitieron la realización de los mejores Juegos Bolivarianos de la historia”.
El crecimiento deportivo del país, evidente en este certamen, viene de tiempo atrás y es cuantificable. En los Juegos Olímpicos de Río 2016, la delegación colombiana compuesta por 147 atletas, la más numerosa de la historia, obtuvo 8 medallas, de las cuales 3 fueron de oro, algo nunca alcanzado. En la tabla de medallería, Colombia quedó en el puesto 23 de 206 países participantes, y avanzó 15 puestos con respecto a Londres 2012. Los atletas paralímpicos no se quedaron atrás, pues se alzaron con 17 medallas, para situarse en el puesto 37 de 163 países, una gran gesta.
Estos logros, sin duda, dejaron una huella imborrable, pero también invitan a superarlos. Por eso, Coldeportes ha planificado una estrategia rumbo a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, con la meta de que el país quede en el top 20 general y dentro de los 30 primeros en los Paralímpicos. De esta manera, daría un gran salto para convertirse en una potencia deportiva mundial. Ya en Suramérica solo la supera Brasil.
“Para lograr los objetivos propuestos tenemos que trabajar de manera articulada con el Comité Olímpico Colombiano, el Comité Paralímpico Colombiano y cada una de las respectivas federaciones. Además del trabajo que tenemos que hacer de apoyo y fortalecimiento en las regiones del país”, manifestó Clara Luz Roldán, directora de Coldeportes.
Para posicionar a Colombia a nivel mundial, Coldeportes se ha puesto el objetivo de lograr 10 medallas mundiales anuales en el periodo 2017-2019. Este año han logrado 7, aunque falta el campeonato mundial de pesas. Y en el sector paralímpico el reto es aún mayor, pues los atletas deben alcanzar 15 medallas anuales. Estos objetivos no surgen del azar, sino de proyectos seguidos y valorados por un grupo de metodólogos deportivos, quienes no solo monitorean el rendimiento de los deportistas nacionales, sino de sus rivales de otros países.
Las competencias en el ciclo hacia Tokio 2020 ya comenzaron a nivel olímpico con los Juegos Bolivarianos en Santa Marta y continuarán con los Suramericanos en Cochabamba el año entrante, al igual que los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla y los Juegos Olímpicos de la Juventud que se llevarán a cabo en Buenos Aires. Finalmente, los Juegos Panamericanos 2019, en Lima, cerrarán el ciclo.
A nivel paralímpico, tendrán lugar las siguientes competencias: los Juegos Parasuramericanos 2018, con sede aún sin confirmar, y los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019. El año pasado ya se realizaron los Juegos Parapanamericanos de la Juventud en São Paulo. Todas las competencias tendrán lugar en Suramérica.
La estrategia no termina ahí. La Dirección de Posicionamiento y Liderazgo Deportivo de Coldeportes ha desarrollado un plan que prioriza los deportes, modalidades, atletas y entrenadores que pueden obtener logros y garantiza la preparación y competencia de cada uno de los atletas colombianos. Estos, además, cuentan con los beneficios del programa Atleta Excelencia, que trabaja en lo técnico, lo médico, lo social y lo económico, cuatro aspectos fundamentales.
En la actualidad, un total de 363 deportistas forman parte de este programa (281 en el sector convencional y 82 del paralímpico), distribuidos en 7 categorías: altius, élite, avanzado, ascenso, desarrollo, juvenil y talento. Coldeportes apoya a todos los atletas, no solo a los de alto rendimiento, y trabaja en identificar, seleccionar, desarrollar y hacer seguimiento de los futuros Mariana Pajón, Caterine Ibargüen, Óscar Figueroa o Mauricio Valencia. Porque los nuevos talentos también son importantes para consolidar a Colombia como potencia deportiva mundial.
Es de resaltar que este programa garantiza que los atletas se dediquen exclusivamente al deporte, y les garantiza su preparación técnica y su participación en eventos internacionales. A nivel médico, tienen servicios de fisioterapia, bioquímica, preparación física, desarrollo psicosocial, psicología, biomecánica, nutrición, entre otros.
Además, Coldeportes cobija a los deportistas con un apoyo económico mensual según la categoría en que se encuentren, que es diferente a los incentivos otorgados cuando ganan medallas. Y a nivel social, los respalda y acompaña en temas como alojamiento, alimentación, estudio, seguridad social, bienestar en su entorno familiar y asesorías en vivienda.
La estrategia del reto Tokio también contempla el Programa Nacional Antidopaje, que se encarga de poner en práctica las políticas y normas consignadas en el Código Mundial Antidopaje y en la ley colombiana. El grueso de su trabajo se centra en hacer los controles antidopaje dentro y fuera de competencia, en manejar los resultados y en hacer los trámites de autorización de uso terapéutico. Pero también les apuntan a las actividades pedagógicas que promuevan el juego limpio y ayuden a los atletas a entender qué cosas pueden consumir y qué no.
Los deportistas reciben conferencias, seminarios y talleres en los que, por ejemplo, obtienen información sobre el cuidado que deben tener al tomar medicamentos o complementos alimenticios. Igualmente, sobre las autorizaciones de uso terapéutico, los permisos que deben solicitar, junto con su médico, cuando requieran usar alguna sustancia prohibida para un tratamiento.
El Programa Nacional de Entrenadores también forma parte de la estrategia de Coldeportes para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Por medio del mismo, pretende mejorar las condiciones de trabajo y formalizar la labor de cada uno de los entrenadores del sector olímpico y paralímpico. También el fortalecimiento de las federaciones deportivas en el país, el desarrollo del talento y la reserva deportiva, y por supuesto la financiación de cada uno de los programas.
El reto Tokio ya está en marcha. Coldeportes ha dispuesto toda una ingeniería con más de 130 profesionales que trabajan silenciosamente para cumplir las metas propuestas y para que los atletas colombianos sigan brillando a nivel mundial.
Editor
José Ángel Báez A.
Coordinadora editorial
Laura Campos Encinales
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Colaboradores
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Fotografía
León Darío Peláez, Guillermo Torres, Daniel Reina, Juan Carlos Sierra, Carlos Julio Martínez, Esteban Vega La-Rotta, Pablo Monsalve, Danilo Canguçu, Sebastián Peláez, AFP, Getty Images.
Ilustraciones
Gabriel Peña