En Tumaco se está cocinando la tormenta perfecta para que la violencia se recicle.
Pocos lugares de Colombia enfrentan un desafío tan grande durante el posconflicto como Tumaco, al sur de Nariño. Actualmente este es el municipio del país con más cultivos de coca, los homicidios están disparados, bandas criminales grandes y pequeñas se disputan el territorio y los negocios, el desempleo es absoluto, y por lo menos 100.000 jóvenes se rebuscan la vida como pueden, entre la violencia y el miedo. En medio de ese panorama las instituciones son débiles, la fuerza pública parece no tener estrategia y una corrupción endémica campea por la ciudad. Nadie en Tumaco parece creer que su situación podría cambiar algún día. La confianza y la esperanza son valores tan escasos como el Estado, la economía legal y una ciudadanía activa. Todos estos, pilares para la construcción de paz.